Sociedad y Justicia
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Actualmente es el jefe de proyectos especiales con perspectiva de género del instituto

Contrata Inmujeres a ex funcionario implicado en acoso sexual y laboral

Jesús Villa Cordero laboró en el Inegi, donde incluso fue sancionado por visitar sitios web de encuentros virtuales

Una joven lo acusó de amenazas por haber rechazado sus invitaciones

 
Periódico La Jornada
Lunes 11 de noviembre de 2013, p. 44

El acoso sexual y laboral que ejerció por más de dos años como funcionario del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), no le impidió a Jesús Villa Cordero ser recientemente contratado por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), encargado de defender los derechos de género y combatir cualquier tipo de violencia ejercida contra las mujeres.

Villa Cordero, actualmente jefe de departamento de proyectos regionales con perspectiva de género en el Inmujeres (como se asienta en el directorio de la página electrónica del instituto), fue incluso sancionado por la contraloría interna del Inegi, luego que una investigación develó que en su horario de trabajo solía visitar páginas web para sostener encuentros virtuales y de otra índole con mujeres del país y del extranjero.

Amigosardientes.com, buscalogratis.com, amorenlínea.com, conquistamujer.com, amor.euroresidentes.es, conquistachicas.net, comoconquistaraunamujer.com, mexicancupid.com, adultfriendfinder.com, peoplefinders.com, son algunas de las páginas no oficiales que Villa Cordero solía visitar en su horario de trabajo y del cual se ausentaba por varias horas para dejar a sus subordinados las responsabilidades de su área.

En su computadora y en su correo institucional se encontraron fotografías de mujeres en poses corporales provocativas y mensajes personales de carácter sentimental, se asienta en la indagatoria 40.902.03/013/2012, del área de Quejas y Responsabilidades de la Contraloría Interna del Inegi, institución en donde se desempeñaba como jefe de departamento de diseño de indicadores.

El expediente referido integra también el testimonio de las y los trabajadores afectados (profesionistas de las facultades de Ciencias, Ciencias Políticas y Sociales e Ingeniería de la UNAM, del Colegio de la Frontera Norte y de otras instituciones), quienes detallan la forma en que los asediaba, intimidaba, amenazaba y acorralaba.

Una joven contratada en el Inegi tras concluir su servicio social, narra cómo la asedió de diversas formas durante varios años, y cómo, a causa del rechazo a sus diversas invitaciones, empezó a amenazarla e intimidarla.

El hostigamiento, chantajes y terror sicológico lo padecieron seis subalternos de Villa Cordero. Incluso, los obligaba a realizar su propio trabajo, tras ausentarse por varias horas de la oficina, porque decía que le aburría su trabajo.

Su forma de acorralar a los trabajadores iba desde el registro a detalle de sus actividades (cuánto tiempo se tomaban para ir al baño, hablar por teléfono, hacer un trabajo, salir a comer, etcétera), hasta con la asignación de tareas sin utilidad, minutos antes de concluida la jornada laboral o antes del horario de comida. También los acusaba de no hacer nada ante los superiores.

¿Cómo es que el Inmujeres tiene al enemigo de las mujeres en casa?, cuestiona con sorpresa una de las afectadas. Me pregunto: ¿qué puede hacer una persona como Jesús Villa por el respeto, la equidad y el fortalecimiento de los derechos de las mujeres si su manera de relacionarse con ellas es a partir de suponer que son objetos supeditados a sus necesidades y caprichos personales?.

Plantea a La Jornada que resulta incomprensible que la indagatoria concluyera que las faltas en que incurrió Villa Cordero eran no graves, y sólo lo suspendieran cinco días mientras trabajó en el Inegi, aunque después lo despidieron porque no trabajaba, según la denuncia del director general de estadísticas sociodemográficas del instituto, Miguel Cervera.

El expediente íntegro con las irregularidades se envió a la secretaria ejecutiva del Inmujeres, Marcela Eternaud, quien durante 30 años trabajó en el Inegi.