Opinión
Ver día anteriorJueves 14 de noviembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Conversaciones
C

omo un homenaje a la actriz de número de su elenco estable Mercedes Pascual, la Compañía Nacional de Teatro (CNT), en su ciclo llamado Nuevas teatralidades, escenifica la obra Conversaciones en la que la homenajeada tiene un rol principal por primera vez desde que participa en los montajes de la Compañía. La trayectoria de la actriz es muy larga y descollante y tras sesenta años de su debut sigue demostrando su calidad, su gracia, sus matices y la profundidad con la que recrea a sus personajes. Es, pues, un homenaje muy merecido a la talentosa Mercedes y quien vaya a verla reconocerá la validez de éste que se le hace con el apoyo de Roberto Soto como coprotagonista y de su director Martín Acosta.

Conversaciones o Conversaciones con mamá, como sería su nombre completo (Que a saber por qué fue mutilado) es la versión teatral del ya fallecido dramaturgo español Jordi Galcerán a la película del argentino Santiago Carlos Oves, en que el adaptador recorta los personajes del filme, incluso el interesante Gregorio anarquijubilado según su propia definición, y del que la madre habla todo el tiempo, para dejar solos y en enfrentamiento a la madre de ochenta y cuatro años y al hijo cincuentón. Ese enfrentamiento que no oculta, a lo largo de los dos actos de la obra, el verdadero afecto y la preocupación del uno por el otro que se comunican por teléfono todos los días, sobre todo al final con la toma de conciencia de Jaime, el hijo. El cariño maternal está expuesto, desde un principio, cuando se manifiesta que ella le guisa todos los días algo que a él le gusta, a la espera de que llegue a comer con ella y que tras su decepción lo tira a la basura y luego se lo entrega a Gregorio, quien antes de eso lo buscaba entre los desperdicios, y de esa manera ambos se conocieron. Ahora, el menesteroso argentino que hace proclamas marxistas y a eso se dedica, es pareja de la anciana, quien le ha regalado los trajes del difunto esposo y desea llevarlo a su casa, entre otras cosas porque le recuerda al hijo cuando tenía veinte años y era idealista.

El problema entre ellos es el departamento que la madre habita y que el hijo reclama porque se ha quedado sin trabajo y tiene una mujer exigente y un par de hijos que no le van a la zaga, por lo que desea venderlo. La octogenaria, muy próxima al alzheimer, mezcla recuerdos y tiene olvidos que exasperan al hijo que no se recata en demostrarlo. Lo que podría ser un melodrama se convierte en un texto en que campea el humor, sobre todo por la malicia de la madre que tiene salidas que demuestran su cultura, como: Sin las madres, este doctor Freud no hubiera llegado a ningún lado. El sorpresivo segundo acto y final de la obra con la madre sosteniendo las mismas actitudes y al hijo que, de manera muy original, siendo personaje de sostén pasa a tener el descubrimiento de su situación (anagnóresis) y cambio de actitud (peripecia) que debe tener el o la protagonista según dictan los cánones y que en este texto se invierte.

En un escenario –debido a Sergio Villegas y con iluminación de Matías Gorlero a los que se añaden el vestuario de Fernanda García y el audio de Xicoténcatl Reyes– que muestra en la primera parte el patio con plantas y paredes de mosaico, con una apertura hacia la cocina por la que se llega a ver un atisbo de ese cuarto que en la segunda parte se despliega entero y bien equipado con todos los elementos de toda cocina usada y cuidada, transcurre la acción. Martín Acosta despliega su conocida eficacia en trazo y dirección de actores en este montaje que dedica a su propia madre ya ida y que en el fondo es un homenaje a todas las madres ante la desidia muy sabida de muchos de sus hijos que solo las recuerdan en días fijos, como el de las madres o las fechas navideñas. Mercedes Pascual crea una Mamá con todos sus matices de malicia, ternura, gracia y sentimiento y está en verdad notable. La secunda como el hijo, el excelente Roberto Soto que va del gesto afectivo a la desesperación y a la toma de conciencia final.