Sociedad y Justicia
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Rino Fisichella critica que se busque relegar la religión al ámbito privado

Jerarca del Vaticano llama a mexicanos a no aceptar idea del Estado de separar fe y vida

Felipe Arizmendi lamenta las resistencias para reconocer el derecho a la plena libertad confesional

 
Periódico La Jornada
Jueves 14 de noviembre de 2013, p. 39

Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, criticó que se quiera relegar la religión al ámbito privado.

Al dictar una conferencia en el encuentro académico La Iglesia en los espacios públicos de hoy, realizado en la Universidad Pontificia de México, el arzobispo italiano detalló que se busca imponer una idea privada de la religión, de modo que no incida en la vida pública. Se pretende relegar, en suma, a un hecho privado que el Estado garantiza, más o menos como una libertad estrictamente individual, pero que no debe influir en el desarrollo de la vida social, política y cultural de la nación.

El integrante de la curia romana señaló que todo esto se hace en aras de la laicidad del Estado, y llamó a los cristianos a no aceptar la idea de separar fe y vida. Esta perspectiva juega con un equívoco de fondo, porque un cristiano jamas podría aceptar aislarlos. De hacerlo, se terminaría por confinar el compromiso en el mundo al interno de una esquizofrenia que debilitaría tanto la fe como el empeño en la sociedad.

En tanto, Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de Las Casas y responsable de la Pastoral de Cultura de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), precisó que a través de la historia ha habido épocas en que se ha querido silenciar a la Igleisa, sobre todo cuando ha sido crítica de los sistemas políticos y económicos, y lamentó que en la actualidad haya resistencias para reconocer el derecho a una plena libertad religiosa para todas las denominaciones, a pesar de que este derecho está garantizado en los tratados internacionales que el país ha suscrito.

Agregó que los integrantes del clero no pretendemos tener presencia en la vida social, política y cultural del país, como se imaginan algunos, para adquirir poder político, para recuperar privilegios del pasado, para dominar a la sociedad e imponer una sola religión a todos los mexicanos; para que los gobernantes y legisladores se nos sometan. Nada de eso, nuestro reto y desafío es ofrecer con nuevo vigor nuevos métodos y expresiones con audacia y creatividad, de la vida y el Evangelio.

Dijo que la Iglesia católica tiene una luz que ofrecer a la sociedad, y por ello sentimos urgencia de estar presentes en este mundo, yendo muchas veces a contracorriente para ofrecer alternativas de solución, no en el sentido técnico, sino a partir de una evangelización que centre a los mexicanos en Jesucristo.