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Defensora de los humillados y oprimidos y referente intelectual y moral, señalan artistas

Júbilo en México por el premio a Poniatowska
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Elena Poniatowska, en la calle donde tiene su casa, en ChimalistacFoto Cristina Rodríguez
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Elena Poniatowska en su bibliotecaFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Miércoles 20 de noviembre de 2013, p. 5

Con júbilo fue recibida ayer la noticia del Premio Cervantes de Literatura conferido a Elena Poniatowska en los medios literario y cultural de México, donde es considerado un reconocimiento justo y merecido.

Escritores como José Emilio Pacheco, Fernando del Paso y Margo Glantz destacan el incansable trabajo que la autora mantiene hasta la fecha en el periodismo y la literatura, además de reconocer su compromiso y coherencia con diversas causas y movimientos sociales.

Al respecto, el poeta Hugo Gutiérrez Vega la define como defensora de los humillados y oprimidos, mientras la creadora escénica Jesusa Rodríguez y la escritora Aline Pettersson la consideran el referente más importante que tenemos en el país en los planos intelectual, espiritual y moral.

Consultados por La Jornada, a continuación se reproducen las opiniones de personajes que celebran a Poniatowska y hacen hincapié en su papel dentro de las letras mexicanas –donde José Agustín la sitúa como una de las mujeres más adelantadas en cuanto cómo escribir la ficción y la realidad–, así como su entrega y congruencia con las clases menos favorecidas.

Activismo admirable

José Emilio Pacheco, poeta, narrador y ensayista, ganador del Premio Cervantes 2009: “Me dio muchísimo gusto la noticia del premio. Me parece que Elena sacó a las mujeres de las páginas de sociales: Antes si querías ser periodista te decían ‘¡sí cómo no, haga reseñas de bodas o recetas de cocina, o entreviste a los modistos!’

“Ella llevó de esa página femenina a la primera plana la entrevista y de ahí hizo un género literario que es una mezcla de retrato y de conversación. Ése es un aspecto muy importante.

“Me dejó muy sorprendido un periodista español que me dijo que después de España, México es el país de lengua española que tiene más premios Cervantes. Le dije que no lo sabía, nunca había hecho la cuenta; me da gusto, porque siempre he defendido la literatura y la poesía mexicanas diciendo que en México no he conocido a nadie que diga qué buena literatura o poesía tenemos. Dicen qué buena gastronomía, pintura, ruinas, ciudades coloniales, pero nadie toma en cuenta la literatura.

“A principio de año dije algo que le dio rabia a mucha gente: que es una vergüenza lo que se gasta en futbol y nada más salen los equipos mexicanos y siempre hacen el ridículo. Es terrible lo que se gasta y el papel que hacemos. En cambio los escritores, como lo demuestra Elena, siempre hacen un buen papel fuera de México.

“Un aspecto muy importante es lo que hace Elena con la entrevista y con la mujer dentro del periodismo. Sigue escribiendo en La Jornada, sigue haciendo periodismo, además de continuar publicando. Tiene un nuevo libro, El universo o nada. Es increíble mantener esa doble faceta de escritora y periodista, porque generalmente dicen ‘iba a ser escritor pero tuve que dedicarme al periodismo’, o ‘no hago periodismo, porque prefiero escribir libros’. Pero ella ha nutrido las dos actividades, en vez de perjudicarse una a otra.

“En ese sentido de literatura y periodismo creo que es excepcional La noche de Tlatelolco, que es la versión clásica de la matanza del 2 de octubre. También hay que considerar, por ejemplo, que en esa época, nosotros no trabajábamos como se hace ahora: no había grabadoras ni fotocopiadoras, ni dejaban ingresar grabadoras a Lecumberri. Elena apuntaba y después lo reproducía de memoria.

“Hasta no verte Jesús mío es realmente otro género paralelo al del testimonio y la novela sin ficción, que es lo que llaman historia de vida, pero es una historia de vida en que en la vida de Jesusa Palancares ves todo el México de 1900 a 1970 o 69. Lo que ha hecho por un género tan mexicano como es la novela corta, me parece una obra maestra Querido Diego, te abraza Quiela y que hace ver algo que raras veces se ve: el precio que pagaron muchas mujeres por el éxito del marido.

Es una escena muy dramática que se encuentran en Bellas Artes y Diego ya ni siquiera reconoce a Angelina Beloff. La venganza de las mujeres ha sido absoluta en el sentido de que hace 50 años decían, ¿quién es Frida Kahlo? La esposa de Diego Rivera. Ahora dices, ¿quién es Diego Rivera? El esposo de Frida, o ¿quién es Perón? El esposo de Evita y no Evita la esposa de Perón.

“Hay tantos aspectos de qué hablar de Elena –prosigue José Emilio Pacheco–. Una amistad de 55 años. Otra cosa que decía es que nunca pensamos en un grupo ni en una generación ni nada pero siempre fuimos, hemos sido muy amigos durante todos estos años Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, Pitol, Elena y yo.

“Pero todos, de alguna manera, bajo la amistad de Fernando Benítez, que fue un hombre muy generoso y que nos apoyó mucho. Entonces, cuando dicen de la mafia, bueno pues sin duda hubo muchos aspectos criticables, de los que debemos hacer crítica y autocrítica, pero no es cierto que haya sido un grupo elitista y cerrado. Monsiváis y yo éramos unos pobres alumnos de preparatoria cuando entramos al suplemento, ni hijos de familia rica ni famosa ni nada.

“El activismo de Elena me parece admirable, ha sido muy valiente y es un aspecto desconocido, porque la gente no sabe lo que ha pasado ella en defensa de su opción política.

“Por ejemplo, de su apoyo total a Andrés Manuel López Obrador, que le llamen a las 3 de la mañana para insultarla, o que la insulten de un coche a otro. En ese sentido, ha sido de un valor ejemplar, cuando muy bien podría haberse retirado hace mucho tiempo con todos los libros que ha escrito y todo el periodismo que había hecho y decir ‘ya cumplí con mi función y ahora me la paso muy bien’, pero no, ha seguido al pie del cañón.

Admiro mucho su energía y su capacidad de trabajo.

Fernando del Paso, escritor: Elena Poniatowska es una figura literaria muy conocida y muy querida desde hace muchos años en México. Se merece este premio y todos los que le den. Eso es lo que puedo decir del premio y de la premiada.

Margo Glantz, escritora: “Elena es una figura muy representativa de México, altamente popular, muy significativa; es muy importante que se le reconozca con un premio como el Cervantes.

“Es una escritora muy importante, con libros trascendentales como La noche de Tlatelolco, Hasta no verte Jesús mío y Nada, nadie: las voces del temblor. Me interesan mucho esos libros, lo mismo que sus artículos y entrevistas. Creo que es de gran generosidad la cantidad infinita de entrevistas que ha hecho, es impresionante.

El Cervantes es no sólo un premio por su trayectoria literaria y periodística, sino por su figura pública.

Jesusa Rodríguez, creadora escénica: “Pienso que le podemos cambiar el nombre al Faro de Alejandría y ponerle el de Elena Poniatowska. Justamente para mí, como lo ha sido para muchas otras personas, es un faro que me ha guiado durante todos estos años.

“La alegría que me da el premio es enorme, sobre todo porque muchos la van a leer, y cualquiera que la lee será mejor persona.

“Elena ha sido la voz más coherente y congruente que ha tenido México en los recientes 50 años. Eso se demuestra porque nunca, ni siquiera cuando ha sido estigmatizada por su propio origen por la gente que se precia de ser aristócrata y la ha despreciado por su postura en favor de los menos favorecidos, ni en esos momentos Elena ha tenido un rasgo de arrepentimiento, cobardía o censura.

Eligió este país como su patria materna y en este momento es el referente más importante que tenemos en los niveles intelectual, espiritual y moral.

Cualidad literaria indiscutible

Hugo Gutiérrez Vega, poeta: Es un premio merecidísimo. La obra de Elena está en su momento de mayor madurez. Tiene cualidades literarias indiscutibles que se combinan con su talante periodístico. Es un trabajadora ejemplar y una defensora de los humillados y oprimidos de este país. Su honestidad y su coherencia ideológica vienen a completar su imagen de mujer ejemplar y, por muchos conceptos, paradigmática. Todos los escritores y escritoras de México celebramos con júbilo este premio que nos permite renovar nuestra admiración y afecto por Elena.

Laura Restrepo, escritora: “Estoy emocionada hasta las lágrimas. A Elena la leo desde que yo estaba en la universidad, siempre como una maestra. Sé que es una escritora de primerísima línea. Este es un reconocimiento más que merecido.

“Siempre he dicho, y se lo he dicho a ella, que Elena tenía que haber sido considerada parte del boom, es arbitrario que la dejaran fuera. Sin juzgar a nadie, fue un movimiento monopolizado por lo masculino. Ya cuando estaban saliendo las grandes novelas del boom, Elena tenía lo suyo: una novela extraordinaria como Hasta no verte, Jesús mío. Era evidente que lo suyo era tan poderoso como otras novelas del boom.

“Elena es una persona extraordinaria, no sólo la Elena escrita sino la hablada. Con el don de lenguas, que incluye el francés, el inglés, con una pronunciación impecable y una gracia enorme para expresarse en español.

“Habría que anotar, además, la generosidad de Elena, no sólo su calidad como escritora sino también como ser humano: una persona comprometida, valiente, jugar hasta el último momento, con convicciones fuertes, independencia frente al poder, un valor, una fortaleza física enorme para emprender los ajetreos que le han planteado sus convicciones políticas.

Es el premio Cervantes que a mí más me ha alegrado. Muy bien por Elena. Me encanta que una mujer y una latinoamericana consiga este reconocimiento y, ¿quién si no ella se lo merecía?

Bárbara Jacobs, escritora: Me parece muy bien la concesión del Premio Cervantes a Elena Poniatowska. Es una gran escritora, en la narrativa, en el ensayo, en el periodismo. Una gran activista. Me representa, me da más voz de lo que ella o nadie imagina. Si la amistad fuera premiable, yo la añadiría a sus méritos. Porque saber que somos amigas, que cuento con ella en las buenas y en las malas, me da confianza en el mundo. ¿O a ti no, lector?

Vicente Rojo, artista: “‘Vicente y yo nunca nos hemos dicho nada, pero hay algo que sabemos juntos; la verdad no sé lo que es, pero sí sé que es algo que los dos sabemos’. Así escribió de mí Elena hace muy poco. Y es cierto: quizá no hemos hablado lo suficiente, ¡pero cuántas tareas hemos hecho juntos! Y me voy no tan lejos, apenas 1961, cuando Era editó sus Palabras cruzadas, el primero de una larga serie de libros que pasaron por mis manos. (Y me alegra saber que hoy, 50 años después, el libro reaparece, claro, muy, muy ampliado.) De una entrevistadora magistral y sabia, Elena se convirtió en una narradora y cronista con una obra que hoy justamente recibe un premio mayor. Regreso a Palabras cruzadas. Su diálogo más antiguo de los ahí reunidos es con Carlos Pellicer y es de 1953. (¡Elena tenía 21 años!) Y Pellicer se despide: ‘Redacte esta entrevista de modo que yo tenga en ella un aire levemente franciscano... Muchas gracias. Y téngame a sus pies, como su más humilde y cariñoso amigo: Carlos Pellicer’”.

En estos momentos yo quisiera atreverme a firmar en lugar de Carlos Pellicer como Vicente Rojo.

José Agustín, escritor: Me parece un premio muy merecido. Es una señora que se ha esforzado toda la vida por la cultura y ha dejado por lo menos tres libros interesantísimos. Es una de las mujeres más adelantadas en cuanto a cómo escribir la ficción y la realidad. ¡Muchas felicidades, Elena!

Cristina Pacheco, escritora y periodista: Elena merece muchos premios por muchas razones, por su calidad como escritora, como periodista, por su solidaridad con las mejores causas y porque es una muy buena amiga. Respeta mucho la amistad. De ella hay que aprender siempre muchas cosas, sobre todo su capacidad de trabajo y su constancia en la actividad literaria, su pasión por la vida y por el periodismo.

Aline Pettersson, escritora: “Me parece que Elena ha sido una gente con una entrega y vitalidad muy grandes, que son muy obvias en su escritura, su compromiso y su trato personal con la gente. La conozco desde hace muchos años y siempre encuentro esta cosa interesante, curiosa y entrañable para saber del prójimo, de la causa que va a apoyar, de la amiga, para saber de todo.

“Y eso no es muy frecuente. Creo que ella ha tenido una labor continua alrededor de sus intereses y éstos en realidad son los seres humanos y las personas en lo específico. Le interesan no sólo aquellos que son importantes por algo, como lo era su esposo, el astrofísico Guillermo Haro, sino en general ella se compromete con causas que le mueven en lo humano, las apoya y las hace presentes en su escritura.

Por otra parte, creo que sus entrevistas, desde que era muy jovencita y hasta la última que haga, tienen algo extraordinariamente encantador en cuanto a que no toma distancia enorme, algo que podría hacer muy bien, con frialdad. Las de ella son entrevistas entregadas, encuentra siempre la mejor forma de poner frente a los ojos de los lectores a la persona de la que ella se ocupa, y eso es admirable.

Sandra Lorenzano, escritora: Que gane Elena que tiene un compromiso tan fuerte con el oficio literario, que es una escritora tan potente, tan sofisticada, tan rica en su escritura, y que además esta misma persona sea una mujer tan comprometida con su tiempo, con su país, con su gente, con los más marginados, desposeídos y castigados, me hace enormemente feliz, como supongo que a la inmensa mayoría de los habitantes de este país.