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El atrevimiento de la heterodoxia
C

ristina Fernández de Kirchner (CFK) en su primer discurso del pasado 20 de noviembre –después de 47 días de ausencia–, de regreso a las tareas de la presidencia, ante una multicolor militancia peronista, pidió no dejarse robar las ilusiones. Un discurso renovado con el sabor de quien apenas está iniciando su mandato, y con la convicción acaso profundizada de que lo suyo es continuar con el atrevimiento de la heterodoxia en el manejo de los asuntos económicos. Más allá de los discursos, esa convicción quedó más que probada con el nombramiento del joven economista Axel Kicillof en el Ministerio de Economía.

CFK llegó con tres nuevos nombramientos en su bolso, para tres respectivos ministerios (Economía, jefe del Gabinete y Agricultura), pero en el momento de su presentación en la Casa Rosada, Kicillof fue más ovacionado que nadie; algo altamente significativo si se toma en cuenta su orientación teórica; que apenas en 2009 pasó de la academia (Universidad de Buenos Aires) a la estatizada Aerolíneas Argentinas, a lo que siguió una meteórica carrera en el gobierno, tomando ahora las riendas en el manejo de la economía; que se trata de un duro –referido así por los argentinos como oposición a moderado–; y que no es un peronista.

No vamos a hacer nada que genere bruscos cambios en la economía ha debido decir Kicillof en su primera entrevista, buscando apaciguar a los muchos a quienes debe aterrorizar ese nombramiento. Antes, Jorge Capitanich, el nuevo jefe del Gabinete, había dicho que el gobierno buscará que Argentina tenga coherencia fiscal, monetaria y cambiaria, con lo que aludía a una de las mayores preocupaciones expresadas por el electorado en los más recientes comicios legislativos: la inflación y las vacilaciones de la política cambiaria. El propio día 20 el dólar oficial se cotizaba en 6.03 pesos, mientras el dólar blue (el del mercado libre) se negociaba a 9.92. Sin dar mayores detalles Capitanich dijo que el gobierno mantendrá un tipo de cambio con flotación administrada. Más tarde Kicillof declaró que las incertidumbres y tensiones cambiarias son provocadas y muy propias de la Argentina en periodos electorales.

Marxista, keynesiano, intervencionista, heterodoxo, son algunas definiciones que se pudieron leer en los medios en los últimos días para describir las principales características de Kicillof, el joven economista que sedujo a CFK. Kicillof tiene 42 años pero su apariencia es de unos 30. Y le gusta cultivar ese talante: no usa saco ni corbata, suele traer el pelo alborotado y parece disfrutar el comportamiento de l’enfant terrible de los economistas. Es considerado el ideólogo de la expropiación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) a la petrolera española Repsol.

Estudió la licenciatura y el doctorado en Economía en la Universidad de Buenos Aires y ha escrito dos libros: De Smith a Keynes: siete lecciones de historia del pensamiento económico, y Fundamentos de la teoría general. Las consecuencias teóricas de lord Keynes.

Dirigido tanto a los especialistas como a los estudiantes y al público interesado, Fundamentos de la teoría general, dice una reseña reciente, “es fruto de una rigurosa investigación crítica que reconstruye el espectro de discusiones sobre la obra fundamental de Keynes. En sus páginas iniciales, se detiene en los antecedentes históricos y en el estado de la teoría económica prekeynesiana, para luego abocarse, de forma concisa y llana, a una minuciosa interpretación del texto original. La revisión de algunas de las corrientes interpretativas imperantes prepara el terreno para el verdadero arribo final: la identificación de los fundamentos que sostienen el andamiaje argumental de la teoría general [de Keynes]. A su vez, esta exploración de los fundamentos teóricos convierte al libro de Kicillof en una original intervención sobre la génesis y la pertinencia de la división –hoy naturalizada– entre la micro y la macroeconomía. Concebida como una reacción a las críticas de Keynes, esta escisión es vista como la forma en que la escuela neoclásica ‘debió disfrazar y desvirtuar su intervención’, creándole ‘una prisión a su medida en la que permaneció encerrada, como si nada tuviera que decir sobre los fundamentos teóricos de la ortodoxia. Ese calabozo se llama macroeconomía’”.

Infobae es un diario digital argentino de actualidad y economía propiedad de un empresario de la misma nacionalidad. Trabaja ahí un equipo de economistas que coincidieron en que el nombramiento de Kicillof es un gesto que apunta a profundizar el modelo (crecimiento con inclusión social lo llama CFK, y es reprobado por un sector no menor de los empresarios).

Kicillof llega con la visión de que la macroeconomía no tiene problemas estructurales. Es por ello que aparenta no estar en sus planes impulsar una devaluación o un desdoblamiento del tipo cambiario (que en los hechos existe), como se ha especulado en los últimos meses. Una rectificación brusca del tipo de cambio necesitaría de una ley aprobada por el Congreso. Su plan de acción incluye una activa intervención del Estado en la economía. Así quedó demostrado en sus principales discursos en el Congreso cuando le tocó defender la expropiación de YPF, el presupuesto y el blanqueo de capitales.

Kicillof ha despertado entusiasmo en un sector de izquierdas y centro izquierda de la sociedad, pero tiene encima a un ministro Jefe del Gabinete que es un peronista moderado, que además es aspirante a la presidencia; puede restarle muchas libertades. Será de verse como CFK y Kicillof darán solución a una creciente maraña de arduos problemas.