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El cerco se extiende a calles contiguas; participan agentes federales y del DF

Altas vallas resguardan sede del Senado ante debate de cambios constitucionales

La cerca no impedirá las manifestaciones en defensa del petróleo, dice Alejandro Encinas

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La barrera que rodea el edificio de la Cámara de Senadores comprende varias calles. En la imagen, el muro en la lateral del Paseo de la ReformaFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Domingo 1º de diciembre de 2013, p. 6

Legisladores de PRD y PT lamentaron que la sede del Senado haya amanecido ayer amurallada, rodeada por un dispositivo policiaco, la víspera de que se comiencen a discutir las reformas política y energética.

En esta ocasión las medidas de seguridad son aun mayores que cuando se dictaminaron otras reformas controvertidas, como la laboral o la educativa, toda vez que el cerco abarca más calles adyacentes al edificio localizado en Paseo de la Reforma e Insurgentes.

Las vallas metálicas de dos metros y medio de altura que se levantaron en la madrugada de ayer no sólo cubren el edificio del Senado, sino que se extienden más allá, sobre Paseo de la Reforma y también Insurgentes, en un cerco en que participan tanto policías federales como del Distrito Federal.

Los perredistas Dolores Padierna y Alejandro Encinas y el petista Manuel Bartlett consideraron que esa decisión no significa más que el aislamiento del Congreso, que se encierra para legislar contra la voluntad de los mexicanos.

“Es vergonzoso que la sede senatorial se convierta en un búnker, rodeado de granaderos, policías federales y muros metálicos, lo que exhibe cuán alejado está el PRIAN de los ciudadanos”, señaló Dolores Padierna. Dijo que ahí se tratará de encerrar la decisión más lesiva para la historia del país, la vuelta atrás a la expropiación petrolera. Ahí se está fraguando la mayor traición a la patria.

Bartlett, en tanto, destacó que esa mayoría amurallada no representa a la mayoría del país, y denunció que el presidente del Senado, Raúl Cervantes, solicitó el auxilio de la fuerza pública, para poder aprobar la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex), “protegidos por escudos y garrotes policiacos.

Ya nada más falta que a cada senador se le de un casco, un chaleco y un tolete para entrar al recinto, agregó. Hizo notar que ese espectáculo de un edificio sitiado por vallas y policías deja ver que el gobierno de Enrique Peña Nieto y su mayoría en el Congreso están aislados del sentimiento nacional y sólo en esas condiciones podrán votar esa reforma energética encaminada a entregar el petróleo mexicano a las trasnacionales.

Por su parte, el senador Encinas advirtió que ni esa muralla metálica alrededor de la sede senatorial va a impedir que los mexicanos expresen su rechazo a la reforma a los artículos 27 y 28 constitucionales que PRI y PAN negocian fuera del Congreso. Adelantó que asistirá hoy al mitin en el Zócalo, convocado por Andrés Manuel López Obrador y también participará en las otras movilizaciones contra la privatización de Pemex.

Por separado, el vicepresidente de la mesa directiva del Senado, el panista José Rosas Aispuro, sostuvo que Cervantes sólo pidió al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, que se diera seguridad para que los 128 legisladores pudieran ingresar al recinto y cumplir con sus responsabilidades la próxima semana.

Nosotros no pedimos que amurallaran la sede de Reforma e Insurgentes, sólo solicitamos garantías: fue decisión del gobierno capitalino cómo ponerlas en marcha, aclaró.

Las calles adyacentes a la sede, como París, Madrid e incluso Antonio Caso tienen ya las altas vallas metálicas, y aunque hay paso peatonal es necesario que quien intenta cruzar se identifique ante los elementos policiacos. La intención, además, es prolongar aún más el cerco en los días siguientes, para aislar completamente al recinto cuando se discuta la reforma energética.