Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 1 de diciembre de 2013 Num: 978

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

La poética de
Juan Gelman

Juan Manuel Roca

Festival Internacional
de Teatro Puebla
Héctor Azar

Miguel Ángel Quemain

Las calles, los teatros
Miguel A. Quemain

Puebla, de tradición
teatral novohispana

Miguel A. Quemain entrevista
con Moisés Rosas

Manuel Acuña,
poeta mayor

Marco Antonio Campos

Ibargüengoitia y
el Día del Libro

Ricardo Guzmán Wolffer

Columnas:
A Lápiz
Enrique López Aguilar
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Festival
Internacional
de Teatro Puebla
Héctor Azar

Miguel Ángel Quemain

La tercera edición del Festival Internacional de Teatro Héctor Azar en Puebla se convirtió en un conjunto de opciones donde el espectador se vio obligado a elegir qué vería, quizá lamentando lo que dejó de ver, frente a un mundo de opciones consagradas a los días de fin de semana, cuando la programación concentra la mayor cantidad de presentaciones.

La programación es muy variada y pone en escena todo tipo de géneros, espectáculos y piezas, películas, documentales, talleres y conferencias. Puebla puede llegar a ser un verdadero laboratorio de las producciones teatrales nacionales, así como el principal aparador de un teatro internacional que nutra diversos festivales nacionales susceptibles de incluir lo escénico en su programa.

Hay que reconocer que, en apenas tres años, este festival se ha colocado como el más importante del país. Incluso podría llegar a ser el festival muestra de la producción mexicana nacional, capaz de recoger los montajes más significativos de la Compañía Nacional de Teatro y la Dirección General de Difusión Cultural de la UNAM que, a través de la Dirección de Teatro, participa a nombre de la máxima casa de estudios, aunque todavía está lejos de incluir las producciones del Colegio de Teatro.


Escena de Gold Mountain

Este festival presenta un buen número de producciones locales, bajo un programa semejante al de México en Escena, que en la entidad se denomina Puebla en Escena, donde participan treinta de las más de cincuenta compañías, todas con desarrollos y calidades distintas, algunas que gozan de distintos apoyos y otras que todavía no tienen ninguno, aparte esta oportunidad de mostrarse codo a codo con profesionales de excelencia y de que pueden foguearse, como se dice en el ámbito deportivo, con problemas que van desde el diseño y rediseño de los espacios, hasta la convivencia y la traducción de sus necesidades al terreno del lenguaje técnico. 

Muchos de estos grupos vienen de medirse en el Festival Cervantino, que inició en octubre, y que ya en noviembre hace que estas compañías vengan enriquecidas al participar en una actividad de alcance internacional, sumamente exigente y que, al representar a sus estados, ven duplicada su responsabilidad porque forman parte de una imagen de conjunto.

En Puebla tuvieron lugar doce agotadoras jornadas, y la ciudad fue anfitriona  de casi ochocientos artistas procedentes de Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Italia, Reino Unido y la República Checa. Dieciséis países que poseen lenguajes escénicos distintos y algunos verdaderamente apabullantes, por su aprovechamiento de las nuevas tecnologías al servicio del teatro: telas, luces, aparatos de sonido, micrófonos, reproductores, auténticas consolas programadas para dar vida a compañías teatrales que funcionan como un reloj suizo mecánico, pero con los alardes del mundo digital que todo lo puede,  sobre las anatomías de clowns, acróbatas y titiriteros, que siguen usando su cuerpo de modo semejante a los apolíneos atletas emocionales de la antigüedad.

En cada emisión se incorporan cada vez más escenarios. Esta vez fueron veintidós, que gozan de remozamiento, mantenimiento y rescate, con el pretexto de estrenarlos de cara al mundo escénico y presumir esta ciudad, una de las más bellas y complejas de Latinoamérica, con un pasado en el que el teatro emerge a través de la indagación histórica, que preña muchos de los montajes que se han presentado a lo largo de estos tres años de irrupción teatral y con más de un centenar de actividades para esta ocasión.


Escena de Dreamers

Sobre los recintos, hay que decir que unos son formales y otros apenas pueden adaptarse a las puestas en escena. Vale la pena documentar este repertorio: Teatro Principal, Teatro de la Ciudad, Zócalo capitalino, Casa de la Cultura, San Pedro Museo de Arte, el atrio de la Catedral y el atrio del templo de San Francisco, la Biblioteca Palafoxiana, la Plaza de la Democracia, el Lago de la Concordia, así como espacios independientes y comprometidos con el desarrollo del teatro en la entidad, entre los que destacan el Teatro Taller de Investigación y Experimentación Mexicano, y Espacio 1900, que bajo la dirección de Manuel Reigadas se suma a este encuentro anual del teatro en Puebla. A éstos se agrega un escenario nuevo para deleite de todos los poblanos: La Estrella de Puebla.

Presencia de Azar

Para quien se pregunte si Héctor Azar es algo más que un nombre para este encuentro, la respuesta sería que Azar está en la pluralidad y la diversidad de intereses que recogen la producción no sólo local, también nacional, y lo mismo sucede con el registro de lo internacional, incluyendo aquello que está de moda en las plazas estadunidenses y europeas más comerciales, que van de Nueva York a París, pasando por Londres y sin olvidarse de Berlín, Roma, Milán y Madrid. Ese es el legado de un artista poblano universal, cuyos alcances en el terreno teatral van de la política a la teoría, de la dirección a la actuación, en un pasaje intelectual que contempla la dramaturgia y el ensayo.

En ese tenor se puede constatar la importancia que tienen las actividades académicas, a través de conferencias magistrales de las que se había líneas adelante, y a través de la presentación de dos libros dedicados a figuras imprescindibles de nuestra historia teatral: uno sobre el propio Azar y otro sobre Carlos Ancira, ese actor extraordinario capaz de traducir, escribir, actuar y dirigirse a sí mismo.

La programación del festival que lleva el nombre de uno de los más importantes dramaturgos poblanos –Héctor Azar-, en esta ocasión ofrece los más diversos géneros de las artes escénicas: teatro de calle, teatro musical, teatro para niños, teatro experimental, teatro de sala, circo contemporáneo, teatro-danza, teatro negro, teatro cabaret, entre otros.

Festival Internacional de Teatro Héctor Azar auspiciado por el Gobierno del Estado de Puebla y el Ayuntamiento de la ciudad capital, con el apoyo además del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, también es un espacio de reconocimientos cuya valoración está por afinarse, porque si bien todos los reconocidos tienen méritos, no es tan claro de dónde vienen las propuestas. En la clausura, los reconocimientos fundamentales fueron: la entrega del Premio Héctor Azar 2013 a los actores Silvia Pinal, Ignacio López Tarso y Roxana Castellanos, al director Francisco Franco, a la productora Tina Galindo al dramaturgo y director Miguel Sabido, así como al actor y productor Luis Gimeno.

El teatro bajo la mirada del cine

La programación de cine a lo largo del fitha es espectacular, pues completa la multiplicidad que se vive en calles, plazas y foros cerrados. La magia del cine hace posible una traducción del teatro que no está al alcance de ningún otro arte y que logra acercarnos a las dimensiones rítmicas del texto dramático y de la poética exclusiva de la escena, que si bien tiene como testigo privilegiado a una cámara –dueña de una movilidad con la que el espectador no cuenta–, no puede dejar de mostrar ese arte de la presencia que convierte al teatro en una de las experiencias más ricas desde la antigüedad hasta el mundo de hoy.


La caída del cisne de la Compañía Tenarco,
de Colombia

La Tragedia de Hamlet (Francia, 2001), dirigida por Peter Brook, fue la más impactante del festival. Se trata de una puesta en escena que reescribe a partir de su montaje teatral del año 2000 para contemporaneizar al dramaturgo inglés con una perspectiva multicultural, profundamente ligada a los cuestionamientos sobre la traición y el poder, y dotada de un conjunto de recursos que colocan al actor en el centro del trabajo que testimonia una cámara al servicio del gesto. Brook por Brook, Retrato íntimo (Francia, 2001), dirigida por  Simon Brook, en poco más de una hora retrata el poder creador de este demiurgo inglés.

Hubo un festín de clásicos, con la relectura contemporánea de directores de gran riesgo y erudición, como Jean-Baptiste Mathieu, Stéphane Metge, Jean Michel Ribes, Ariane Mouchkine y Hélène Cixous. Todos ellos proponen interpretaciones actuales de las viejas palabras del Tío Vania (Mathieu, Francia, 2004), con problemáticas cada vez más compartidas, dada  la actualidad de la violencia y confusión que impera en el planeta occidentalizado en términos absolutos.

Stéphane Metge dirige Otra soledad (Francia, 1996), sobre el proceso creador de Patrice Chéreau, director y creador de En la soledad de los campos de algodón, de Bernard Marie Koltés. Metge  es también director de Fedra (Francia- Alemania, 2003), filme de largo aliento con la puesta en escena de Patrice Chéreau.

Tambores sobre el dique (Francia, 2002) codirigido por la prestigiada teatrista Ariane Mouchkine y Hélène Cixous, una de las mayores pensadoras francesas, que dan cuenta de la Tropa del Teatro del Sol. Esta es otra de las grandes películas sobre teatro, musicalizada y animada con las marionetas clásicas japonesas, dotadas de matices trágicos y de un lenguaje que visualiza el teatro dentro del teatro.

El complejo de Thenardier (Francia, 2002), bajo la dirección de  Jean-Michel Ribes, forma parte también de este acercamiento en profundidad a los problemas de la dramaturgia, la dirección y la puesta en escena, sin dejar a un lado el lenguaje poético y la metáfora del teatro como escenario del mundo. También Violación (Francia, 2002), de Sophie Fillieres, fue otro de los trabajos poderosamente vinculador al teatro; se trata de la visión de una autora que se inicia en el camino de la realización, con una amplia trayectoria en el seno de una familia totalmente vinculada a la dirección y la actuación.

Meditaciones sobre el arte escénico

Con dos conferencias magistrales se mantiene el espíritu académico del festival, un acercamiento teórico-práctico que ofrece el testimonio de hacedores contemporáneos capaces de inspirar el trabajo teatral nacional, y el poblano en particular, donde prolifera sin tregua el ejercicio de la independencia propositiva, a través de las ya referidas más de cincuenta compañías de todos los colores que indagan en la dramaturgia local, en los autores clásicos, y que conciben el teatro como un laboratorio donde caben todos los géneros, todas las palabras y las búsquedas de distintos órdenes y finalidades.

Estos son algunos de los invitados de honor:

Stamatios Efstathiou (Grecia) es un director que explora los caminos que recorrió Eugenio Barba y que hace del teatro una ritualidad en ascenso y en tránsito a donde quiera que lo guían sus pasos. Un explorador de la emoción que mostró los ingredientes para hacer un teatro de repertorio, duradero, comunal y que permita expresar lo más rico de la tradición universal sin perder los matices de lo local, búsqueda que agradecen en este estado de exploraciones singulares sobre lo escénico.

Efstathiou es un director que responde a los dictados del teatro físico, gran entrenamiento, expansión de las posibilidades corporales del actor a través de la acrobacia, la danza, el canto. Energía Project 2012 se llama su trabajo comunal, de trashumancia, de caminante en busca de espacios en el campo, sobre todo para llevar la teatralidad que empieza desde que llega para arribar al teatro de la mano de todos, del cuerpo de todos.

Steven Berkoff (Reino Unido) da lecciones sobre su lectura contemporánea de Shakespeare y responde sin mediaciones a los problemas de lo contemporáneo en el teatro shakesperiano, así como a las influencias que, desde nuestro presente, operamos en esa dramaturgia que continúa siendo fecunda en suelo inglés, no sólo a través de la Royal sino que es retomada por artistas independientes que proponen lecturas contemporáneas de los dramas de Shakespeare, que identificamos en las primeras planas de la prensa actual.

Fragilidades y recomendaciones generales

Todavía hace falta un sistema de reservaciones eficaz, telefónico e in situ que impida que los poblanos pierdan tanto tiempo en largas e inútiles filas; hace falta que en la enorme cantidad de foros se sensibilice más a los responsables, quienes no saben qué hacer con sus pequeñas dosis de poder, y en algunos casos llegan a maltratar al espectador con un deficiente sentido de lo que significa ser un anfitrión.

En los espectáculos al aire libre, en calles y plazas, vale la pena estructurar programas de mano públicos donde los transeúntes que se convierten en espectadores y luego en un posible público, puedan enterarse de qué están viendo, de dónde vienen los grupos y de qué va el espectáculo que se presenta.

Hace falta aprovechar el espacio público con información permanente sobre el festival en general, y no sería ocioso proponer rutas de espectáculos con información precisa sobre su duración, como sucede sobre todo en ciudades europeas que ofrecen mapas y amplias explicaciones sobre sus programas artísticos.

La sábana de la programación está en todas partes, pero hace falta una elaboración profesional de los programas de mano en cada foro. Es una herramienta que le vendría muy bien a los grupos poblanos, todavía muy amateurs en cuanto a la información que producen sobre ellos mismos.

Es necesario elaborar una página de internet precisa, clara, de fácil navegación y con información suficiente. Buena parte del contenido remite a los propios sitios de los artistas, y no está en español en el caso de grupos extranjeros.

Hace falta un seguimiento puntual diario de las actividades en su sitio web, con galerías comentadas, videos, podcasts, entrevistas y cobertura del evento.

También hace falta el seguimiento de cómo se muestra el FITHA en las páginas y medios culturales poblanos y nacionales, para tener en espejo la pobreza o riqueza de la atención periodística que se le da a un esfuerzo de tan amplio alcance.

El alcance social de la política cultural

Moisés Rosas, titular del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla, no tuvo dificultad para retomar la estafeta que dejó Saúl Juárez, porque conoce desde hace muchos años la dinámica del estado, su tradición, y viene de promover ampliamente el trabajo del Museo Amparo. Pasó un año en el Museo del Estanquillo en Ciudad de México, pero es un gran conocedor de lo que sucede en el interior del país. No es un hombre protagónico sino un funcionario que se pone detrás de los logros y los comparte. Sabe de lo que habla cuando concilia los gestos polémicos en torno a los distintos criterios: cobrar o no cobrar.

Para él, las enormes desigualdades económicas no siempre se traducen en ignorancia e indiferencia frente a las expresiones culturales. “Mucha gente que carece de recursos –dice– está ávida de asistir a espectáculos, conciertos y actividades que no podría pagar. Inauguramos el festival con cinco mil personas en una noche fría, que esperaron y aplaudieron interesados lo que vieron esa noche.

“Tenemos noches de museos donde hemos tenido la presencia de casi ocho mil personas, y tenemos llenos permanente para escuchar a la Orquesta del estado que dirige Fernando Lozano. No estamos descubriendo el hilo negro, esto ya se hacía en Puebla y le damos continuidad y multiplicamos el alcance de esta demanda, de estos programas y este modo en el que la gente ha marcado las pautas del ejercicio de políticas culturales en la entidad.”