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Pide castigar al propietario del bar de SLP donde la joven fue hallada muerta hace un año

El de Karla Pontigo, homicidio con violencia, no muerte accidental, asegura su madre
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 2 de diciembre de 2013, p. 35

San Luis Potosí, SLP, 1º de diciembre.

A poco más de un año de que la joven Karla Pontigo fue encontrada muerta en el bar Play Club, donde trabajaba de edecán, su madre, Esperanza Luccioto López, sostiene que se trató de un homicidio con violencia, pues el cuerpo de su hija tenía lesiones propias de un ataque y no de una muerte accidental como determinó la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

La ocasión más reciente en que fue atendida por funcionarios de esa dependencia fue en abril pasado, cuando se exhumó el cadáver de la joven de 22 años para la necropsia. Desde entonces no le han informado sobre los avances de la investigación. No sé nada, no me volvieron a llamar a decir a nada, todo ha sido omiso, subrayó la señora.

Por ello, exigió que las autoridades correspondientes cumplan con su obligación y apliquen justicia castigando al empresario Jorge Vasilakos, propietario del antro, contra quien en algún momento la PGJE giró orden de aprehensión como presunto responsable de la muerte de Karla.

Marco Barrera, representante de la familia Pontigo Lucciotto, informó que se obtuvo un amparo provisional para suspender el proceso penal por homicidio culposo contra Vasilakos y en busca de reponer el proceso para reclasificar el delito por homicidio calificado.

Argumentó que solicitará la reposición del delito, pues el sitio donde murió la edecán fue contaminado y no fue resguardado por ninguna autoridad.

Acusó de negligencia al gobierno del estado, encabezado por el priísta Fernando Toranzo, por no preservar de inmediato la escena donde fue hallada la muchacha. Además, dijo, no se garantizó la cadena de custodia de los objetos asegurados: el celular de la joven, sus ropas y unos utensilios de cocina.

La medianoche del 28 de octubre de 2012 Pontigo fue encontrada sin vida en el segundo nivel de dicho antro, por su hermano Fernando, quien había ido por ella.

Luccioto López recordó que cuando vio el cadáver de su hija en el hospital, observó que tenía contusiones, cortaduras e incluso huellas de dedos en el cuello.

Tenía golpes muy fuertes en el ojo, otro en la cabeza, sangrado; además se notaba una mordida que casi le arranca el labio, sus manos las tenía heladas y se le veían cortadas en los antebrazos, describió.

“Ella era muy blanca, se le veían unos dedos marcados en el cuello, por lo que para mí todo estaba muy claro, por eso dije a los médicos: ‘esto no fue un accidente, dejen de hacerme pendeja, porque esto no fue un accidente’”.

El pasado 29 de octubre, la madre de Karla Pontigo, junto con amigos y familiares, colocó una ofrenda floral fuera del Play Club, ubicado en la avenida Venustiano Carranza.

Denunció que ni a ella ni a sus abogados les han permitido colaborar con la PGJE, donde ni ha sido recibida, lo mismo que por funcionarios de la administración estatal.

Ese día, el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Jorge Arroyo, informó que el organismo intervino en el caso a petición de Esperanza Luccioto.

Alteraron escenario del crimen

Subrayó que se percataron de fallas en el proceso y de la alteración del escenario del crimen; sin embargo fue hasta julio la CEDH tuvo participación, pues a partir de entonces la madre de la edecán pidió la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que es la que lleva el caso.

En abril, personal de la PGJE y familiares de Karla Pontigo acudieron al panteón de El Saucito, en esta capital, para exhumar los restos de la joven, que fueron trasladados al Servicio Médico Legista para practicarle una nueva necropsia. Desde entonces no se sabe nada.

A un año de la muerte de la joven, las autoridades judiciales potosinas sostienen como única hipótesis que se trató de una muerte accidental, sin contemplar el feminicidio como línea de investigación.