Economía
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México SA

La Colonia restituida

A mineras, gas y crudo

A vivir como noruegos

A

rrasaron los gestores de la 62 legislatura del Senado de la República (bananera), y lo propio hará el grupo que despacha en San Lázaro. Y para que no quedara la más mínima duda de para quién confeccionaron el moderno traje a la medida, allí están los cambios de última hora en el dictamen que ya había sido votado, es decir, que ya no permitía alteraciones en su redacción ni en su contenido, porque hacerlas sería totalmente ilegal. Pero lo hicieron.

La ya famosa frase peñanietista de que la reforma energética no privatizaría ni un tornillo del sector energético del país pasará a la historia nacional como una de las mayores mentiras institucionales (y miren que de ellas hay un inventario por demás grueso) y deberá inscribirse en el muro de honor de la Cámara de Gestores en el Senado y en el correspondiente en San Lázaro.

Arrasaron, pues, y ya en lo inconcebible el grupo de gestores disfrazados de senadores aprobó que los de por sí depredadores corporativos mineros ahora también claven sus colmillos en el gran pastel de los hidrocarburos. Es una locura, pero generará pingües comisiones a dicho grupo, para el que no ha sido suficiente el saqueo, la permanente evasión fiscal, la constante violación de la ley laboral y los derechos sindicales, la devastación ecológica, el neolatifundismo y demás gracias de los barones de la minería, nacionales y foráneos.

En la madrugada del martes 10 de diciembre, “cambios de última hora que introdujeron PRI y PAN en el dictamen (en materia de energía, ya votado por el pleno) permiten que las empresas mineras que operan en el país (…) puedan explotar el petróleo y gas, asociados a los yacimientos de carbón u otros minerales que formen parte de la concesión que se les haya asignado”, y por las cuales, dicho sea de paso, pagan entre 5 y 111 pesos por hectárea. Este añadido de última hora se suma a las modificaciones a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales, que permiten la apertura total al capital privado en la exploración y explotación de petróleo, en su industrialización, así como en la generación de electricidad, actividades reservadas hasta hoy al Estado (La Jornada, Andrea Becerril y Víctor Ballinas).

A los barones de la minería, pues, el oro, el moro, el gas y el petróleo, es decir, saqueo redondo e impunidad garantizada. Y el que mayores beneficios obtendrá, que no el único, será Alonso Ancira Elizondo, el zar del carbón, cabeza visible del Grupo Acerero del Norte por obra y gracia de Carlos Salinas de Gortari. Pero también el inenarrable Germán Larrea, el de Pasta de Conchos, Alberto Bailleres, totalmente Palacio y, aunque parezca increíble, Carlos Slim. A ellos se suman las empresas canadienses que de México y su oro han hecho su paraíso, con la complicidad de gobierno y legisladores.

Son los mismos que acaparan 95 por ciento de la actividad minera, la extracción y los beneficios, y los mismos que amagaron –Larrea y canadienses a la cabeza– con dejar de invertir en México si el Congreso aprobaba que les cobraran un nuevo derecho. Y lo aprobó, pero a cambio, ya se ve, a los barones de la minería les entregan buena parte del pastel gasífero y petrolero, pues han sido beneficiados con miles de concesiones por medio de las cuales controlan y explotan más de una tercera parte de la geografía nacional (60 millones de hectáreas, y contando) en las que son amos y señores, y en las que abundan gas y oro negro.

Es la Colonia rediviva, pero los gestores incrustados en el gobierno, en el Senado y, por lo visto, en la Cámara de Diputados aseguran que eso es modernización y lo que a México conviene. No es la primera vez que los legisladores lo hacen, pero ahora pisaron el acelerador a fondo. Tres semanas después de la explosión en la mina Pasta de Conchos (de Germán Larrea), en la que murieron –homicidio industrial de por medio– 65 trabajadores (de los cuales 63 permanecen bajo toneladas de roca y tierra), el Legislativo tomó una decisión que calificó de trascendental. Los primeros beneficiados: Larrea y Alonso Ancira (al momento de llegar Carlos Salinas a la Presidencia de la República, la única fortuna de Ancira era su esposa, por ser prima de Cecilia Occelli y lo que ello implicó).

Retomo parte de lo aquí escrito el 12 de marzo de 2006: “no se sabe cuándo rescatarán a los mineros muertos en Pasta de Conchos, pero en medio de la tragedia los legisladores trabajaron como nunca, con asombrosa cuan sospechosa velocidad, para garantizarles un filón adicional a los empresarios de la minería. El Legislativo aprobó reformas a la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional y a la ley minera, con el propósito de entregar al sector privado la explotación del gas metano asociado a los yacimientos de carbón, mejor conocido como gas grisú, con lo cual los empresarios de la minería obtendrán al menos 550 millones de dólares anuales adicionales que les permitirán elevar sus ganancias, en especial a Grupo México, Peñoles, Autlán y Grupo Acerero del Norte, por medio de sus subsidiarias Minera Carbonífera Río Escondido, Minerales de Monclova y algunas trasnacionales con las que estos corporativos mexicanos se han asociado.

Nadie debe quebrarse la cabeza para conocer quiénes son los dueños, cuando menos las piezas visibles, de estos poderosos grupos mineros que ahora vuelven a pegarle al gordo, sin que autoridad alguna les ponga freno ante la ignominiosa explotación de sus trabajadores. Entonces legislaron a favor de los barones de la minería (a siete años de distancia no se han rescatado los cuerpos en Pasta de Conchos), todos ellos hinchados de dinero mediante los bienes de la nación. Y hoy lo vuelven a hacer. Eso sí, dicen que es por el bien de la patria.

Las rebanadas del pastel

¡Felicidades!, mexicanos guadalupanos, que ahora sí vivirán como noruegos, tal cual prometen los autores intelectuales y materiales de la desnacionalización energética. Eso sí, deberá superarse un pequeño escollo: para que los nativos de este país vivan como escandinavos, México requiere un gobierno decente como el noruego, empresarios respetuosos de la ley como los noruegos y funcionarios incorruptibles como los noruegos. Entonces, mejor cómprense un mullido sillón para esperar el advenimiento del paraíso mientras los modernizadores saquean a la nación… Pero no se preocupen, que eso es peccata minuta: hoy arranca el Lupe-Reyes y el Mundial futbolero cada día está más cerca, en el que los ratoncitos verdes serán campeones, según prometen. Entonces, tranquilos, que si algo sobra en este país es pan y circo.

Twitter: @cafevega