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Bajo la lupa

¿Privatización de Pemex para la guerra de EU contra China?

D

espués de su fallido intento de guerra en Siria y sus acumulados fracasos bélicos durante una generación desde Afganistán hasta Irak, (Estados Unidos) pasó a una feroz contraofensiva en los ámbitos financiero, mercantil y energético donde el “México neoliberal itamita” es literalmente deglutido por la principal apoteosis geopolítica del siglo de Washington hasta ahora.

Los movimientos financieros de Obama son muy significativos: acaba de invitar al ex gobernador del Banco Central de Israel, Stanley Fischer, a ser vicepresidente de la Reserva Federal para colaborar con el secretario del Tesoro, el israelí-estadunidense y ultraortodoxo religioso Jacob Joseph Lew.

Se profundiza el eje financiero Casa Blanca/Wall Street/Banco Central de Israel cuyo ex gobernador Jacob Aharon Frenkel (http://www.muckety.com/Jacob-A-Frenkel/641.muckety) exhibe perturbadores nexos con la aseguradora AIG y el banco lavador Wells Fargo/Wachovia ( The Guardian, 3/4/11).

AIG (http://www.muckety.com/American-International-Group-Inc/5000105.muckety) implicada en el pestilente doble cobro de seguros del 11/9 (Bajo la lupa, 26/9/04; 22/12/04; 22/06/05, y 6/05/13) se cuece aparte.

Por cierto, Frenkel fue detenido en Hong Kong por el robo de una maleta en una tienda, según el rotativo israelí Haaretz, 7/8/13. No cabe duda: la cleptomanía es adictiva.

Las guerras son ya geoeconómicas, geofinancieras y geomercantiles en las diversas regiones del planeta.

Nada menos que Robert Zoellick, anterior presidente del Banco Mundial, visualiza al TLCAN, del que fue su arquitecto, como la piedra estratégica de toque de un núcleo de Norteamérica para la economía global que pudiera rivalizar a los ascendentes poderes como China, según reporta Shawn Donnan del Financial Times, 2/12/13). Aquí se encuentra una de las claves geopolíticas de la reforma energética entreguista/masoquista de Peña/Videgaray/Aspe (Ver Bajo la lupa, 11/12/13).

En el Banco Mundial han despachado los planificadores de la estrategia de EU, como Robert McNamara (ex secretario del Pentágono), y Paul Dundes Wolfowitz (ex subecretario del Pentágono).

Según Zoellick, la triada EU/Canadá/México deberá moverse hacia adelante para asegurar que Norteamérica asuma tal papel (Nota: rivalizar con China), con el fin de tener una posición unificada (sic) en la diplomacia global y en los debates económicos.

La idea estratégica de Zoellick radica en que los tres países de Norteamérica, de casi 500 millones de habitantes, son “autosuficientes en energía (¡súper-sic!), con una infraestructura integrada y manufacturas y servicios industriales interconectados y una política exterior común (¡súper-sic!).

Sin duda, el doble talón de Aquiles de China son los alimentos y los hidrocarburos, pero le faltó a Zoellick enunciar el proyecto de una divisa común de Norteamérica, de acuerdo con el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés; http://www.americanfreepress.net/html/cfr_making_moves.html) y del canadiense Instituto Fraser (http://oldfraser.lexi.net/publications/critical_issues/1999/amero/).

En la geoestrategia metamercantilista de Zoellick, Norteamérica estará bien posicionado para rivalizar (¡súper-sic!) con los mil 300 millones de chinos en la era del megarregionalismo (¡súper-sic!), que significa también la era del imperativo estratégico en comercio. ¿Entrará el “México neoliberal itamita” a una guerra –sea comercial, financiera, cibernética o militar, o multidimensional– contra China y al lado de EU?

Zoellick delineó su nueva estrategia para contener a China, en el marco de la Doctrina Obama del pivote, en la Universidad Baylor Texas en Octubre( http://es.scribd.com/doc/191367450/Zoellick-20131015) y adjudicó su linaje a la genealogía estratégica de Otto von Bismarck, a quien Donnan califica de astuto político prusiano del siglo XIX y arquitecto de la unificación alemana.

Ambos, Zoellick y Donnan soslayan la defenestración de Bismark y la posterior desintegración de Alemania como consecuencia de sus dos guerras mundiales.

El banquero Zoellick, hoy miembro del influyente CFR, pertenece a la cúpula del poder de EU: anterior director de Goldman Sachs, subsecretario de Estado, presidente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), accionista de la mafiosa gasera Enron y profesor de seguridad nacional en la Academia Naval.

El TLCAN –firmado en 1986 y formalizado en 1992 en el contexto de la caída del Muro de Berlín y de la disolución de la URSS– es ahora empujado a un nivel superior en la coyuntura de la guerra multidimensional que avizora EU contra China (http://www.dodbuzz.com/2013/12/12/call-made-to-congress-for-china-war-) y a la que empinan al “México neoliberal itamita” totalmente absorbido al esquema estratégico de Norteamérica, pero sin mexicanos, y próximamente a ser insertado al Comando Norte después de haber sido incrustado al cibercomando mediante la polémica Ley Telecom, cuando todos las rutas del neoliberalismo –de PRI, PAN y los elementos antinacionales del PRD– convergen en la Nueva Roma de EU: Norteamérica.

La pertenencia de Canadá y México al proyecto de la Asociación Transpacífico de 12 miembros (TPP, por sus siglas en inglés) y a la Asociación Transatlántica de Inversiones y Comercio (TTIP, por sus siglas en inglés) facilita las cosas a los dos océanos que domina la poderosa marina de EU, que se da el lujo de proyectarse hasta Sudamérica mediante la Alianza del Pacífico (miembros latinos: México, Chile, Perú y Colombia) con el fin de contener al BRICS: primordialmente a Brasil y a China.

Donnan reseña que en la agenda jerárquica comercial de EU yacen tales dos potenciales tratados comerciales regionales que son vendidos (sic) con la capacidad de propinar un golpe (¡súper-sic!) estratégico –el cual, a mi juicio, va con dedicatoria a China.

Pese a las apariencias, la reunión de cancilleres del TPP en Singapur, que no concluyó en ningún acuerdo, está a punto de dar un golpe sonoro para su próxima concreción ( ABC News, 12/12/13).

De hecho, Donnan decreta la irrelevancia de la OMC, pese a su reciente logro unificador: en realidad no se encuentra más en el centro de la agenda comercial global de negociaciones, y ahora vivimos en una era del megarregionalismo (¡súper-sic!) en lugar del multilateralismo, lo cual refrenda la tesis de mi libro Hacia la desglobalización (Jorale Editores, 2007).

La globalización se desglobaliza y los grandes del mundo tripolar geoestratégico (EU/Rusia/China) se reparten sus respectivas esferas de influencia, cuando Brasil se ha quedado un tanto rezagado en Sudamérica debido a la brutal contraofensiva de EU (v. gr. la Alianza del Pacífico) y la guerra financiera contra la plaza bursátil de Sao Paulo).

EU se está quedando con todos los recursos estratégicos de Norteamérica entre los que destaca su flagrante apartheid contra los mexicanos (nativos y migrantes) y, en particular, su control financierista de la dupla Peña/Videgaray que padece el síndrome de Estocolmo.

Un día de estos los mexicanos nos enteraremos que Norteamérica (EU/Canadá/México) declaró la guerra a China.

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