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El actor irlandés, famoso por su papel de Lawrence de Arabia, murió el sábado en Londres

Es mi derecho ser un hombre poco común, decía Peter O’Toole

Obtuvo el Óscar en honor a su trayectoria en 2003, luego de ocho postulaciones

Apasionado de Shakespeare, su Hamlet fue aclamado por la crítica

Irlanda y el mundo han perdido a uno de los gigantes del cine y el teatro, expresó el presidente Michael D. Higgins

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Peter O’Tool caracterizado de Lawrence de Arabia, en la película de 1962Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de diciembre de 2013, p. a12

Londres, 15 de diciembre.

Era conocido como Lawrence de Arabia y por perder siempre en la noche de los Óscar. Estuvo postulado ocho veces y nunca ganó la estatuilla, récord en Hollywood. El actor irlandés Peter O’ Toole murió el sábado en una clínica de Londres, según informó por la noche su agente, Steve Kenis.

No seré un hombre común porque es mi derecho ser un hombre poco común, escribió O’Toole alguna vez en una poesía.

El presidente irlandés, Michael D. Higgins, dijo que recibió la noticia de la muerte de O’Toole con mucha tristeza.

Irlanda y el mundo han perdido a uno de los gigantes del cine y el teatro, puntualizó en un comunicado.

Tuve el privilegio de conocerlo como amigo desde 1969, agregó el mandatario. Consideró que el fallecido actor era insuperable por la gracia que aportó a cada actuación.

Apenas el año pasado, el actor de los llamativos ojos celestes se retiró de la actuación e hizo del cricket y el rugby sus principales intereses. Ya no tengo mi corazón puesto en ello y eso no cambiará, dijo a principios de julio al anunciar su decisión. Se quedó con un Óscar honorario a la trayectoria que recibió tras algunas dudas en 2003 y después de haber rodado casi 70 películas en 50 años.

Cristiada, la despedida

O’Toole se despidió el año pasado con un papel de sacerdote en la película mexicana Cristiada, de Dean Wright.

Sobre sus inicios, siempre recordaba cómo había llegado a la Academia de Arte Drámatico de Londres y se había esforzado por conseguir una beca. Decía: No por una pasión desmedida, sino por las muchas y hermosas chicas.

Cuando debutó en el teatro le fue tan mal que se emborrachó hasta perder el conocimiento y luego tuvo que pagar una multa por disturbios públicos.

Su nombre está asociado sobre todo a un héroe del desierto: Lawrence de Arabia, película con la que ganó fama mundial en 1962.

Tuvo su primera postulación al Óscar en 1962 por esa cinta, y la última por Venus, en 2006. Con eso estableció el récord de más candidaturas sin ganar jamás una, aunque sí recibió una estatuilla honoraria en 2003.

Incorregible reformado, O’Toole padeció mucho tiempo de mala salud. Siempre delgado, no quedaba ni la sombra de sus años mozos, su famoso rostro apuesto se había deteriorado debido a años de excesos con la bebida.

Pero nada disminuyó su llamativa apariencia y candor. Si no puedes hacer algo con voluntad y alegría, entonces no lo hagas, dijo el actor en una oportunidad. Si dejas de beber, no vayas a quejarte por ahí, regresa a la botella. Sigue tu propio dictado.

El actor comenzó su carrera como uno de los talentos jóvenes más cautivantes en los escenarios británicos. Su Hamlet de 1955, en la compañía teatral Bristol Old Vic, fue aclamado por la crítica.

Para ese entonces, ya era un amante de Shakespeare, había finalizado sus estudios en la Real Academia deArtes en Londres y ganado el título de actor del año.

Cuando David Lean le ofreció el papel del oficial británico que ayuda a los árabes en su lucha por la independencia y se encuentra consigo mismo en el desierto, O’Toole cambió las tablas por la pantalla grande. Décadas después dijo que su papel en ese clásico se convirtió en la vara para casi todo en su vida. Nunca más tuvo un éxito similar.

Eso no quiere decir que no haya brillado en la pantalla: interpretó a reyes, emperadores, maestros y arcángeles. Se lució como Enrique II al lado de Richard Burton en Becket (1964), de Peter Glenville o junto a Peter Sellers en Qué hay de nuevo, Pussycat (1965), el filme de Clive Donner y Richard Talmadge con guion de Woody Allen.

También se destacó como el ángel caído de Lord Jim, de Richard Brooks, basada en la novela de Joseph Conrad, y como el tímido maestro cuyo destino se ve alterado cuando se enamora de una artista de varieté de Goodbye, Mr. Chips (1969), de Herbert Ross.

Incluso se lucía en pequeños papeles, como el de maestro en El último emperador, de Bernardo Bertolucci (1987).

A mediados de los años 70, el actor, que después de la escuela había intentado sin éxito una carrera de periodista, entró en una dura crisis. Las películas de O’Toole eran consideradas un fracaso en taquilla, su matrimonio de años con la actriz Sian Phillips fracasó y sus padres murieron. Hasta el perro se murió, dijo en ese entonces.

Bebió sin parar, hasta que una inflamación del páncreas lo obligó a dejar el alcohol. Una gota más y te mueres, le advirtieron los médicos.

Tuvo su gran regreso con The stunt man (1980), de Richard Rush en el papel de un director tiránico, papel que también le valió una candidatura al Óscar.

Macbeth, menos exitosa

En paralelo, este hijo de un corredor de apuestas irlandés nacido en Connemara continuó con su carrera en el teatro. Bajo la dirección de Laurence Olivier llevó a las tablas Hamlet en el Teatro Nacional de Londres en 1963. Como muchas otras veces en su vida, a un gran éxito le siguió un fracaso: más tarde, tuvo mucho menos éxito con su versión de Macbeth.

También en Hollywood, O’Toole intercaló papeles más rutilantes con otros menores. Justificaba su disposición a malgastar su talento con una falta de dinero crónica. No se puede esperar eternamente el papel justo. Debo pagar el alquiler, decía. Tuvo dos hijas con Phillips, y un varón de otra relación.

Por su parte, el primer ministro británico David Cameron dijo, refiriéndose a O’Toole, que “su actuación en mi película favorita, Lawrence de Arabia, fue impresionante”.

La hija de O’Toole, Kate, dijo que su familia estaba totalmente emocionada por las múltiples muestras de amor y afecto.

El actor Stephen Fry calificó la muerte de O’Toole de noticia terrible. Tuve el honor de dirigirlo en escena, agregó.

Por su parte, el crítico de cine Barry Norman estimó que fallecido actor era sumamente apuesto y encantador.