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Recortes al presupuesto afectan salud, educación e investigación

Protestan en Madrid contra el deterioro en los servicios públicos
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 16 de diciembre de 2013, p. 36

Madrid, 15 de diciembre.

La capital española volvió a ser hoy el escenario de una multitudinaria manifestación contra el gobierno del conservador Mariano Rajoy, al que miles responsabilizaron del deterioro diario de los servicios públicos básicos y le advirtieron que sin educación no hay ciencia (y) sin ciencia no hay sanidad.

La actual administración española, que asumió el poder en noviembre de 2011, ha despertado la mayor ola de protestas de las últimas décadas; sólo en Madrid se han registrado más de cuatro mil 500 manifestaciones este año, lo que supone un promedio de 12 por día.

Ahora fue el turno de los movimientos ciudadanos y de profesionales, que se organizaron en torno a las llamadas mareas. Estas se diferencian por colores y representan a los servicios públicos que están en peligro de desaparecer o de sufrir un severo deterioro, en virtud de las políticas de recortes auspiciadas por el gobierno español.

La convocatoria de hoy fue de la marea blanca, que defiende en las calles la sanidad pública y está integrada por médicos, enfermeros, personal administrativo, pacientes y ciudadanos que viven diariamente las consecuencias de la los recortes presupuestales con largas listas de espera en hospitales y entrega de medicinas.

La marea blanca protesta además contra las acciones tendientes a favorecer a hospitales y empresas privadas, como la transfusión de sangre, la limpieza de los nosocomios o el almacenamiento y análisis de pruebas clínicas.

A la manifestación también acudieron militantes y simpatizantes de la llamada marea verde, integrada por profesores, alumnos, padres de alumnos y ciudadanos que defienden la educación pública como única manera de democratizar la igualdad de oportunidades en la sociedad.

Con los recortes y el proyecto privatizador del gobierno de Rajoy se afecta severamente a la red de escuelas públicas con menos profesores, reducción del personal administrativo, y disminución de recursos para actividades de investigación y becas.

Y, por último, también acudieron a la protesta los representantes de la marea roja, que está formada por científicos y ciudadanos preocupados por el retroceso que está sufriendo la investigación española, con el cierre de numerosos centros especializados, recortes en las universidades y fuga masiva de cerebros a otros países, donde sí reciben el respaldo económico para llevar a cabo sus indagaciones científicas.

Entre las consignas más repetidas destacaron las ya clásicas de los últimos dos años: Sanidad pública, no se vende, se defiende, educación de calidad para todos, país sin ciencia, país en decadencia.

Los manifestantes recorrieron el centro de la ciudad y advirtieron que sus luchas persistirán y no claudicarán a pesar de amenazas y descalificaciones que han recibido de parte del gobierno central y del autonómico madrileño, también gobernado por el Partido Popular.

Durante la protesta se volvió a exigir la dimisión del ministro de Educación, José Ignacio Wert, y se reclamó la retirada del plan privatizador de sanidad madrileña. Hubo además alguna pancarta crítica de la futura ley de seguridad ciudadana, por la que se manifestaron el sábado anterior miles de personas en Madrid y con la que se pretende criminalizar la protesta pública y castigar con multas de hasta 30 mil euros a los convoquen a manifestaciones frente a instituciones del Estado como el Parlamento o a los que ofendan los símbolos de España.

Madrid se ha convertido en la ciudad que ha canalizado el descontento social en aumento en el país. Sólo en 2012 hubo más de tres mil 450 protestas, mientras que en lo que va de 2013 ya se superan las cuatro mil 500. Es decir, una media de doce diarias, la mayoría contra el gobierno y su política neoliberal de recortes y privatización.