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Familias desembolsarán 850 mensuales más en la compra de productos de consumo popular

Pega a los bolsillos de capitalinos oleada de alzas por reforma fiscal

Se suman a los incrementos a gas y gasolina, señala Gerardo López, presidente de Canacope

Rechaza que sean responsabilidad de comercios

Autoridades y legisladores, culpables, dice

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La oleada de alzas por la reforma fiscal comenzó a pegar en los bolsillos de la población que adquiere alimentos y bebidas, así como bienes y servicios, En esta imagen, un aviso en la Central Camionera del Norte que informa del incremento de 16 por ciento en el precio del pasajeFoto María Meléndrez
 
Periódico La Jornada
Viernes 3 de enero de 2014, p. 26

Las familias capitalinas desembolsarán 850 pesos mensuales más en la compra de refrescos y bebidas endulzadas, chocolates, frituras, chicles, paletas, cereales, helados y pan dulce, entre otros productos de consumo popular, al aumentar su precio 8 por ciento a partir del primero de enero, estimó Gerardo López Becerra, presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño (Canacope).

Alertó que estas alzas, avaladas por las fracciones de PRI y PRD en la Cámara de Diputados, tendrán repercusión directa de 10 por ciento en el bolsillo de la gente, pues se sumarán al aumento en el gas y la gasolina utilizados por los vehículos distribuidores de mercancías, además de la electricidad utilizada en los negocios.

Aclaró que dichos ajustes no son responsabilidad de los pequeños comerciantes, dueños o encargados de los comercios, pues fueron fijados tanto por las autoridades hacendarias como por los legisladores, quienes estuvieron de acuerdo en aplicar un impuesto de 8 por ciento a esos productos, para castigar el precio y reducir su consumo, por ser engordantes.

La medida, sin embargo, afectará a poco más de 30 por ciento de los productos que venden las tiendas de abarrotes, misceláneas, dulcerías, vinaterías, tiendas de regalos, supercitos y negocios con venta de alimentos, como taquerías, torterías, fondas o restaurantes, que lo reflejarán en el precio final al consumidor.

Los refrescos de cola de 600 milílitros, por ejemplo, debieron subir un peso, pero en muchos lugares el alza osciló entre 1.50 y dos pesos, para venderse en 10 y 11 pesos; o el jugo Boing de un litro, que pasó de 8.90 a 14.80; mientras el Nesquick de 250 ml pasó de 9.90 a 10.69 pesos; las Sabritas de 100 grs de 18 a 19.44; la cajeta Coronado de 32.50 a 35.10, o los Cheetos de 44 grs de cinco a 5.40 pesos.

Otros alimentos incluidos en la dieta de los escolares también subieron de precio, como las Barritas, que ya cuestan 7.60; los flanes, ocho; los dulces m&m de 143.4 grs, 32 pesos, o la sopa Maruchan de 64 grs, siete o 7.50 pesos, lo cual provocará que las familias de cinco miembros gasten cada mes 12.6 salarios mínimos adicionales para adquirir esos productos, ya que el minisalario que regirá este año en el Distrito Federal apenas subió 3.9 por ciento, es decir, 3 pesos con 53 centavos.