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La obra, con inversión brasileña de 800 mdd, reubica a la isla en el comercio regional

Castro y Rousseff inauguran ampliación del puerto de Mariel
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La primera fase de construcción de 702 metros de muelle en el puerto de Mariel, financiada por Brasil, se inauguró ayer. El presidente cubano, Raúl Castro, cortó el listónFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Martes 28 de enero de 2014, p. 30

Mariel, 27 de enero.

Los presidentes Raúl Castro, de Cuba, y Dilma Rousseff, de Brasil, inauguraron hoy la ampliación del puerto de Mariel, una obra con la que se pretende reubicar a la isla en las rutas del comercio regional, basado en un servicio de contenedores construido por la empresa brasileña Odebrecht y financiado por el gobierno del país sudamericano.

Brasil se enorgullece de asociarse con Cuba en este que es el primer puerto terminal de contenedores del Caribe con capacidad para integrarse a la cadena logística internacional, afirmó Rousseff en un discurso en el cual subrayó que su país quiere convertirse en aliado de primer orden para Cuba porque cree y apuesta en el potencial humano y económico de la isla.

La directora de la oficina reguladora de la zona de Mariel, Ana Teresa Igarza, informó que a la fecha se han interesado en invertir en el nuevo puerto de Mariel unas 70 empresas de España, Italia, Rusia, China, México, Panamá, República Dominicana, Chile, Argentina y Canadá, entre otros.

Los presidentes Nicolás Maduro, de Venezuela; Evo Morales, de Bolivia, y Michel Martelly, de Haití, también estuvieron en la inauguración en Mariel, pequeña localidad de 15 mil habitantes ubicada 45 kilómetros al oeste de La Habana, conocido por haber servido de punto de embarque para unos 100 mil cubanos que emigraron a Estados Unidos en la década de los 80.

Brasil financió con 802 millones de dólares la primera fase de construcción de 702 metros de muelle y en la segunda etapa aportará 290 millones para crear la zona especial de desarrollo de Mariel y su megapuerto de contenedores, explicó Rousseff.

Para Castro, Mariel será la principal puerta de entrada y salida del comercio exterior cubano y su ubicación geográfica en la ruta de los principales flujos de transportación marítima en nuestro hemisferio.

Por la noche la presidenta Rousseff se reunió con el líder cubano Fidel Castro, publicó el sitio de noticias Cubadebate en su cuenta de Twitter.

La ceremonia de inauguración se realizó un día antes de que comience en La Habana la segunda reunión cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que es vista por diplomáticos y analistas como una nueva expresión de respaldo a la reinserción de Cuba al diálogo político de la región, después de haber sido marginada por la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1962, luego de que la revolución cubana se proclamó socialista.

Al encuentro asistirán 32 jefes de Estado y de gobierno de la región –con excepción del presidente de Panamá, Ricardo Martinelli–, así como los secretarios generales de la Organización de Naciones Unidas, el sudcoreano Ban Ki-moon, y de la OEA, el chileno José Miguel Insulza.

Ban sostuvo un encuentro en el Centro Nacional de Educación Sexual con la directora de esa institución, Mariela Castro. Ahí destacó el trabajo de Cuba en la campaña Únete, lanzada por ese organismo internacional en 2008 para poner fin a la violencia contra las mujeres.

Los cancilleres de la región, que se reunieron hoy para terminar los preparativos de la cumbre, abordaron una larga lista de temas que serán llevados al plenario este martes y a la declaración final que será difundida el miércoles. Algunos de esos temas son la defensa de cultivos tradicionales como la quinua andina, proyectos de alfabetización en zonas marginadas y derecho al agua.

Me siento profundamente complacido con las condiciones en que arribamos a esta reunión, dijo el canciller cubano Bruno Rodríguez tras el encuentro con sus colegas de la región.

Rodríguez destacó el extraordinario y permanente espíritu de solución, que está caracterizando al foro, en el que no participan Estados Unidos ni Canadá.