Política
Ver día anteriorDomingo 2 de febrero de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
A la Mitad del Foro

Disolución habitual

Foto
Cuauhtémoc Cárdenas encabezó la marcha de protesta por la reforma energética, pero el llamado a la unidad no tuvo ecoFoto María Luisa Severiano
N

uevo capítulo de la reforma política, de los pasos perdidos, o de cómo dejamos de dar vueltas a la noria por un instante. Hasta que a los del pacto los dispersó la danza de las ambiciones. O el retorno, en sentido contrario, del ominoso cargo del autoritarismo legendario en las cañerías del cesarismo sexenal: la disolución social. El sistema plural de partidos multiplicó las tentaciones autoritarias y confirmó las tendencias oligárquicas.

Ahí están los testimonios gráficos de las fugas hacia adelante del pactismo al que tanto admiran en el agitado mundo de la globalidad. Donde intentan mandar los gobiernos que obedecen a los dueños del dinero; donde ensayan curas milagrosas, con recetas fallidas una y otra vez, los encargados del dogma neoconservador y la visión cósmica de la política al servicio de la economía. En el mundo del revés. Tanto da que sea en las alturas de Davos, como que se pongan en escena marchas de masiva protesta que parten a distinta hora para no coincidir en el Zócalo meta de todas las manifestaciones, ni en el tiempo ni en el discurso. Hay quien vuelve de los Alpes suizos y se encuentra con las cifras del descontento, el llano en llamas y la recesión como los bárbaros a la puerta. Agustín Carstens pinta un cuadro infernal en el cierre de la plenaria del PAN: Un gobierno que no gasta el presupuesto no es responsable, no es serio, sentenció Roberto Gil, senador panista.

Mal de montaña, decían las crónicas de viajes. Pero la economía no crece y no genera empleos. Y alienta a los madrugadores a anticipar el combate sucesorio entre Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong. Disolución social en medio del tiroteo en Michoacán y la penosa fusión en Guerrero de la desmedida ambición del gobernador Ángel Aguirre Rivero y el mariscal Manuel Mondragón, elegante comisionado nacional de Seguridad Pública. El de Guerrero sonríe, alegre, confiado en los miles de millones de pesos del erario federal que le serán entregados... un día de estos. El mariscal sonríe ante los elogios por el considerable descenso de los índices delictivos en Acapulco. No lo han vuelto a ver en Michoacán, donde hay un comisionado del gobierno federal.

Los mandos de la Comisión Nacional de Seguridad echan fuego a la lumbre y anticipan que está en riesgo la permanencia de Mondragón y Kalb, que ya no lo han visto en las reuniones de gabinete. Pudiera ser el vicio de la disolución social en los sótanos del futurismo. O debido a la verborrea del comisionado en Michoacán, quien nombra procurador y secretario de Seguridad del estado a un par de paisanos suyos. Y del que despacha en Los Pinos. Lo de Ángel Aguirre no se resuelve con un estado de excepción ficticio, un comisionado a fuer de jefe político del porfiriato y, quizás, ni con la solicitud de licencia que sirve para no reconocer que han desaparecido los poderes de un estado y someter a juicio al que sustituya el interino designado para convocar a elecciones.

De eso sabe mucho Ángel Aguirre, quien sustituyera a Rubén Figueroa, hijo, el afamado Chómpiras, compadre del doctorcito Zedillo, cuando había que rendir cuentas de los muertos en Aguas Blancas. Pero esas eran cuentas de otra disolución social, a sana distancia del PRI y no ante un partido en el gobierno y del gobierno. Enrique Peña Nieto acudió de inmediato a las poblaciones de Guerrero afectadas por la tormenta tropical Manuel y el huracán Ingrid. Y volvió muchas veces, comprometió la ayuda del gobierno federal y, según parece, cumplió. Una parte de esa ayuda son los miles de millones que sonriente espera el gobernador Aguirre. Pero toneladas de víveres, láminas, cobertores, agua, pañales y material de construcción y de limpieza, acumulan polvo en instalaciones de la Subsecretaría de Protección Civil del estado de Guerrero.

Van y vienen las denuncias y señalamientos expresos de empleados de la dependencia y de los damnificados por las fuerzas de la naturaleza y los sospechosos habituales. Aquí no ha pasado nada. La angelical sonrisa se reproduce en los medios de información masiva. Incluyendo los electrónicos a cuyos concesionarios, propietarios, pasmó la intervención del presidente Enrique Peña en el Alcázar de Chapultepec. Enviará una iniciativa para fortalecer el sistema electoral: El objetivo es aclarar que la nulidad de elecciones se puede producir no sólo ante la compra, sino ante cualquier tipo de adquisición de cobertura informativa o tiempos de radio y televisión fuera de los supuestos previstos en la ley. Disolución pura del poder y su ejercicio. En caso de violaciones, las empresas de radio y televisión tendrán la misma responsabilidad que los contratantes: partidos y candidatos del sistema plural.

Los que insistieron en negar que eran partido en el poder, cómplices pasivos durante la farsa foxiana, súbditos sumisos durante la tiranía guerrerista de Calderón, están empeñados en combates intestinos por los saldos del sistema de partidos, cuyos cargos corren a cuenta del gobierno. Del Estado, debiera decir, pero los panistas y sus patrones ven fantasmas de estatismo totalitario en cuanto se hace de noche y no los ampara la providencia presidencial bajo manto mariano y trigarante. Ernesto Cordero llama públicamente ladrón a Gustavo Madero, líder del panismo nacional. Y al encontrarse con él le estrecha la mano y se conforma con simular una mirada fiera.

El de Chihuahua cuenta sus ganancias y acude a la promulgación de la reforma político-electoral, fruto de su tozuda insistencia, tanto como de la habilidad de Manlio Fabio Beltrones para obtener fruto de los injertos y de la afinidad de Emilio Gamboa, maestro en el arte del cultivo yucateco. Pero el infantilismo democrático festina ya la relección de diputados, senadores y presidentes municipales, fuente de permanencia en el poder dondequiera que la hay; en el vecino del norte, más de 70 por ciento de los diputados son relegidos cada dos años, no como reconocimiento de los votantes, sino porque dedican su tiempo a servir a los cabilderos o directamente a quienes les dan dinero para sus campañas electorales.

En México, eso sería lo de menos. Salvo en casos de disolución electoral, los recursos para las campañas provienen del erario público y los distribuye la autoridad electoral. El IFE, cuyo final da paso al desconcierto y al centralismo a costa del pacto federal. Revive la ambición del poder y el abuso del poder para eternizarse en él. En las alcaldías van a multiplicarse los cacicazgos del tamaño del presupuesto y de la debilidad o complicidad de gobernadores en espera de que se apruebe la relección inmediata de titulares del Poder Ejecutivo en sus estados libres y soberanos.

Enrique Peña Nieto cosecha logros de operador político. La política se hace con dinero. Pero hace falta saber sumar, convocar al acuerdo en lo posible, reconocer y conceder lo que el otro reclama como derecho o proyecto propio. Y actuar a tiempo. Este es tiempo de canallas, de disolución política, sucedánea de la disolución social. Él va a Cuba, acuerda con el presidente Raúl Castro y se entrevista con el comandante Fidel. Con la leyenda, con el incuestionable autor de la independencia de Cuba.

La izquierda que se disgustó por la presencia de Castro en la toma de posesión de Carlos Salinas, acompaña en silencio a la derecha panista-empresarial que se disgusta por el encuentro de Peña Nieto con el viejo dictador. Confusión y disolución ideológica. López Obrador no participa en la marcha de protesta por la reforma energética. Y el llamado a la unidad es eco lúgubre de dispersión.