jornada
letraese

Número 211
Jueves 6 de Febrero
de 2014


Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate


Donación de piel
y el deseo de cooperar

Gustavo Y. Sánchez Marcial

En enero del año pasado el mundo recibió una triste noticia: más de 200 personas murieron y más de 100 resultaron heridas luego de que se generara un incendio en un discoteca en la ciudad de Santa María, estado de Río Grande do Sul en Brasil. Muchos países de la región ofrecieron ayudar al país sudamericano y entre éstos figuró Argentina, la cual hizo una donación de 10 mil cm2 y 20 mil cm2 de piel y membrana amniótica, respectivamente, para atender a los afectados por el incendio.

A pesar de que existen muestras como esta en el cono sur del continente, la donación de órganos continúa siendo un tema tabú en muchos países del mundo, y la de piel lo es aún más. En México, dijo Lourdes del Carmen Rodríguez Rodríguez, subdirectora del Centro Nacional de Investigación y Atención de Quemados (CENIAQ), las cifras de donadores de piel cada año aumentan, pero "desafortunadamente aún hace falta una mayor cultura de la donación".

La piel es el mayor órgano del cuerpo humano. Ocupa aproximadamente dos metros cuadrados, y su espesor varía dependiendo del sitio del cuerpo al que pertenezca. Tiene un peso aproximado de cinco kilogramos y una de sus funciones principales es actuar como barrera protectora que aísla al organismo del medio que lo rodea, protegiéndolo de infecciones.

En todo el mundo, comentó a Letra S la especialista, se han creado bancos de piel y de tejido. En dichos bancos no sólo se guarda piel, sino que va más allá al almacenar huesos, tendones, tejido ocular, cartílagos, membranas amnióticas, células madre, entre otras. En el caso de México el padrón nacional del Centro Nacional de Trasplantes registra cincuenta y cuatro establecimientos con la categoría de banco. Entre estos está el del CENIAQ, de la Secretaría de Salud.

Los pacientes que sufren quemaduras son los principales beneficiarios del banco. La especialista señaló que las laminillas de piel son mayormente utilizadas en pacientes con quemaduras graves; sin embargo, ahora la piel también es utilizada en todo el mundo en casos como extirpación de áreas importantes de piel en pacientes con neoplasias malignas, enfermedades de desepitelización como el síndrome de piel escaldada, el síndrome de Lyell y las úlceras crónicas.

La cantidad de piel utilizada dependerá del área afectada. Rodríguez Rodríguez explicó que cuando se tiene a un paciente con quemaduras graves, se notifica al banco de piel la cantidad exacta que se requiere. La institución u hospital que solicite la piel debe cumplir con varios requisitos como una historia clínica, un control fotográfico anterior y posterior al tratamiento, así como un control firmado para que la piel pueda ser aplicada. Del otro lado, el banco también lleva un registro de la piel que se dio y hace un seguimiento al paciente.

Injertos autólogos
Los injertos temporales de piel pueden hacerse de dos maneras, explicó la subdirectora del centro. Existe la donación autóloga que se usa cuando el paciente sufrió quemaduras en menos del 50 por ciento de su cuerpo. Los injertos autólogos se caracterizan porque es el mismo paciente al que se le retiran cierto número de laminillas de piel, las cuales le son aplicadas en el área afectada. Sin embargo, cuando se tiene un paciente con el 80 por ciento de la piel afectada, ahondó Lourdes del Carmen, se puede tomar tejido del restante 20 por ciento para darle cobertura a una parte, pero para el resto del área afectada se utiliza piel obtenida de donantes cadavéricos.

La especialista recalcó que la utilización de las laminillas de piel no son injertos como tal sino que son apósitos temporales, ya que son aplicados por un periodo de 10 a 15 días y no permanecen para siempre con el paciente, a diferencia de un trasplante o un injerto que sí son permanentes. Estos apósitos temporales se fijan con suturas o con grapas de manera transitoria a las áreas afectadas y luego, si la piel aún no se regenera, se aplican otras laminillas hasta que el paciente ya no las necesite.

En el caso específico de pacientes con quemaduras, las laminillas de piel donada tienen la función de cicatrizar más rápido la herida, pero también actúan como una barrera física que protege contra la contaminación exterior; reducen el tiempo de internación y, sobre todo, aminoran el dolor en los pacientes, explicó Lourdes del Carmen Rodríguez Rodríguez.

Donación cadavérica
La piel de donaciones altruistas o cadavérica se obtiene de partes imperceptibles del cuerpo para que éste no se vea dañado para las ceremonias funerarias. Las laminillas son retiradas de áreas como la espalda, muslos o nalgas, con la finalidad de que los familiares no perciban ningún cambio sustancial en el cuerpo del recién fallecido. La cantidad en metros cuadrados de piel a retirar siempre dependerá de la complexión del donante.

Cabe destacar que al donante se le realizan diversos estudios para descartar enfermedades como VIH, hepatitis B y C, citomegalovirus, paludismo o dengue. La función primordial del Banco de Piel y Tejidos es recuperar tejidos con alto valor biológico para preservar las características celulares de la piel. Por ello, el protocolo de recuperación de piel y tejidos se realiza mediante el uso de insumos formulados para mantener el pH intracelular, así como el uso de agentes criopreservantes (con el fin de congelar las muestras) para mantener la viabilidad celular de tejidos, comentó Lourdes del Carmen.

Luego de haber pasado por ese primer filtro e inmediatamente después de llegar al banco, la piel pasa por otra serie de procesos donde se la desinfecta y se le hacen nuevamente estudios. También se la deja en cuarentena para ver que no se desarrolle ninguna bacteria. Luego de este tiempo le vuelven a realizar pruebas de microbiología para conocer la viabilidad de la piel y posteriormente se le registra con fecha y nombre del paciente para darle un seguimiento. En seguida, se mete en congeladores a una temperatura de -80°C, con lo cual tiene una conservación mayor a los dos años. Sin embargo, cada 6, 18 y 24 meses se le hacen pruebas para descartar presencia de virus, bacterias u hongos.

El Banco de Piel y Tejido del CENIAQ comenzó a operar en el año 2009 y en 2010 se obtuvieron 10 procuraciones de piel (es decir, la recolección del tejido), que equivalió a una entrada 28 mil 608 cm2, informó Rodríguez Rodríguez. Cada año, el número de piel procurada aumenta aunque recalcó que le gustaría ver un día el banco "lleno" para tener la posibilidad de donar piel a todos aquellos que la necesiten. Sin embargo, en la actualidad hay pocos hospitales y establecimientos que cuentan con la licencia sanitaria para realizar actividades de donación, por lo cual, muchos donantes, a pesar de tener su tarjeta de donador o bien, haberlo expresado antes de morir, no pueden cumplir su cometido debido a la actual Ley General de Salud.


S U B I R