Economía
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Enfáticamente no estamos conformes con el nivel actual del indicador, declara Carstens

El BdeM aplicará restricción monetaria si sube la inflación

El banco central no va a validar un contagio de precios en la economía, aseguró el gobernador

Considera bajo control el proceso, aunque suceden cosas previstas y transitorias

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El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, ayer en la presentación del informe trimestral sobre inflaciónFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Jueves 13 de febrero de 2014, p. 28

El Banco de México (BdeM) anunció que está decidido a tomar medidas de restricción monetaria en caso que el proceso inflacionario, que ahora considera bajo control y ocasionado por el alza puntual en el costo de algunos servicios e impuestos, comience a transmitirse a otros precios de la economía.

Enfáticamente, en el Banco de México no estamos conformes con el nivel actual de inflación, afirmó este miércoles Agustín Carstens Carstens, gobernador del banco central. Consideramos que el proceso inflacionario está bajo control; están sucediendo cosas que se habían previsto, que son transitorias y se recuperará con el tiempo la tendencia de que la inflación se acerque a la meta de 3 por ciento anual, sostuvo en una conferencia de prensa.

El Banco de México no va a validar un contagio de precios en la economía, aseguró. Lo que esto quiere decir es que responderíamos a través de la política monetaria, que ajustaríamos la política monetaria en caso de que tuviéramos evidencia de efectos de contagio de precios. En palabras lisas y llanas, quiere decir que restringiríamos la postura de política monetaria, afirmó.

La herramienta de que dispone el banco central para restringir o relajar la política monetaria es la tasa de interés. Si desea el primer efecto, la aumenta, lo que tiende a inhibir las decisiones de consumo e inversión y evita así un proceso inflacionario.

En diciembre de 2013 la inflación general, medida a través de la evolución del índice nacional de precios al consumidor (INPC), fue de 3.97 por ciento anual, medio punto porcentual más de lo que había sido en junio de ese año. En enero de 2014 la inflación llegó a 4.48 por ciento, comparada con el mismo mes del ejercicio previo, la más alta en un lustro.

A finales del año pasado la tendencia a la baja de la inflación se vio interrumpida por la sorpresa inesperada del aumento en los precios del Metro de la ciudad de México y del transporte público en las ciudades de Monterrey y Guadalaja, las tres mayores urbes del país, expuso Carstens en la presentación del Informe trimestral de la inflación. Octubre-diciembre 2013. Al aumento en esos precios autorizados por el gobierno se sumó el efecto del incremento de los impuestos a productos endulazados y del IVA en la frontera, como parte de la reforma hacendaria, explicó.

La inflación más alta es probable que ya la hayamos visto en la primera quincena de enero, cuando fue de 4.63 por ciento anual, dijo Carstens. En la segunda quincena del mes pasado, el crecimiento del INPC fue de 4.34 por ciento anual. En particular, en la segunda quincena la inflación fue de 0.12 por ciento, menor al promedio de los últimos años, agregó.

Entre finales de 2013 y comienzos de 2014 los principales incrementos de precios se han dado fundamentalmente en los bienes y servicios en cuya fijación decide el gobierno, como los transportes y la gasolina, o en los afectados por los cambios fiscales, como los refrescos y el pan dulce, explicó. Por contraste, aseguró, en otros alimentos que no están afectados por la reforma fiscal, como el pan blanco y la tortilla, no han ocurrido variaciones de precio.

Los recientes incrementos de la inflación son transitorios y no deberían afectar el proceso de formación de precios en la economía, afirmó. No se han presentado efectos de segundo orden, es decir, de contagio de los precios que se han incrementado a otros, pues las expectativas de mediano y largo plazos de la inflación están bien ancladas en torno a la meta de 3 por ciento fijada por el banco central, sostuvo.

En caso de que se presente un contagio de precios, el Banco de México no lo validaría y nos vamos a mantener muy vigilantes para tener esa reacción oportuna para en caso de que se presenten efectos de segundo orden, es decir, de contagio, afirmó.

Explicó que si el banco central llegara a detectar que ocurre ese contagio de precios, restringiríamos la política monetaria en caso de tener evidencia de efectos de segundo orden, porque eso implicaría que se está afectando la dinámica de formación de precios y entonces los choques que hemos observado como transitorios podrían volverse no transitorios. En ese caso restringiríamos la política monetaria.

Una de las herramientas del banco central para el manejo de la política monetaria es su tasa de interés de referencia. Una mayor tasa inhibe el consumo y la inversión y por tanto, marca una postura restrictiva de la política monetaria. El caso contrario es el ocurrido el año pasado, cuando el banco central tuvo una postura relajada de política monetaria, al reducir en tres ocasiones su tasa de referencia, en un momento en que la economía estaba en desaceleración.