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Ver día anteriorJueves 13 de febrero de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El colapso de la dignidad
L

a dignidad es el valor más importante para un ser humano. Cuando una persona pierde la dignidad, se convierte en un instrumento de operación, en un objeto de producción y está siempre expuesto a que se le ordene, se le humille y se le lastime más allá de cualquier sentimiento. Sin dignidad la gente pierde la energía, la fuerza para defenderse de las injusticias, de los abusos y de todas aquellas agresiones y ofensas que otros seres, con una gran maldad, están siempre dispuestos a cometer contra los más débiles, en un proceso gradual de devaluación constante y creciente contra cualquiera que debería tener y ganarse el respeto frente a los intentos de degradación personal, intelectual o social.

Frecuentemente, los que han acumulado poder y dinero tienden a actuar con arrogancia y discriminación hacia los que no los tienen. Los abusos y el desprecio son características comunes de los sujetos que creen poder cometer toda clase de faltas y actos inmorales sin que nadie los pueda denunciar o atacar, en una clara impunidad que, desafortunadamente, se los permite el sistema de justicia en que vivimos, evidentemente a favor de los que dominan o corrompen, en beneficio de sus propios intereses.

Ese poder de humillación y sometimiento generalmente lo ejercen contra el personal que labora a su servicio y que depende de un ingreso para sostener a sus familias. La posición de debilidad en que se encuentran, resultado de una necesidad económica y de sobrevivencia, los hace aceptar ofensas en condiciones de debilidad y de dependencia absoluta, los cuales terminan por entregar lo más valioso de su vida y el mejor ejemplo que podían heredar a sus hijos y a toda la familia: su capacidad de indignación, de respuesta y de lucha.

Mi libro El colapso de la dignidad lo he escrito con pasión y honestidad, y es la historia real de los orgullosos mineros que decidimos desde hace casi ocho años negarnos a aceptar esa agresión y represión por parte de un grupo de empresarios, si es que así se les puede llamar, déspotas, llenos de prepotencia, ambición y codicia, que quisieron someter bajo su control y manipulación al Sindicato Nacional de Mineros, a los trabajadores y a nosotros, los líderes de esa democrática e independiente organización sindical y política.

Cuatro empresas y sus accionistas principales fueron los que iniciaron este cobarde y obsesivo ataque en contra de los propios trabajadores y su agrupación, que les han generado toda su riqueza. Esos sujetos se aliaron en complicidad con una serie de funcionarios públicos de diferentes niveles, desde la presidencia misma, así como sus más de 30 despachos de abogados traficantes de influencias y pequeños grupitos de traidores, siempre dispuestos a servir abyectamente para atacar a los dignos y honestos trabajadores que sí tienen una alta calidad moral, como lo son la gran mayoría de los miembros de esta agrupación.

El colapso de la dignidad es la historia de aquellos seres inhumanos que pretendieron destruir al sindicato de los mineros y a mí como su líder, en un ataque monstruoso y con una obsesión enfermiza que continúa todavía hasta el día de hoy. Sujetos que no han escatimado recursos y los han utilizado ilimitadamente para alcanzar algo que jamás tendrán: el control y la destrucción de los heroicos mineros y de sus familias. En el camino, esos mismos personajes han perdido todo –imagen, credibilidad, autoridad moral, la poca dignidad, si es que algún día la tuvieron– y se han convertido en la vergüenza de la clase empresarial, con los cuales nadie quisiera tener algo que ver o negociar.

El libro es el recuento también de las acciones y hechos de heroísmo de los mineros para resistir, combatir y consolidar su fuerza y dignidad, más allá de lo que muchos se hubieran podido imaginar. Hoy, los mineros, con nuestro ejemplo, nos hemos convertido en una gran inspiración para los jóvenes, las familias, la clase trabajadora del mundo entero, y para la sociedad en su conjunto, al haber derrotado moral, jurídica y políticamente, y con una gran clase y altura, a los que nos atacaron con toda la complicidad del poder político.

Esta experiencia ha unificado y fortalecido más que nunca a estos valientes, leales y humildes trabajadores, que además han contado incondicionalmente con el enorme apoyo y la solidaridad de millones de trabajadores y agrupaciones de México y de todo el mundo, en un hecho sin precedente en la historia de las luchas sociales. El libro narra las constantes violaciones al estado de derecho y la perversión en la aplicación de la justicia. En esta difícil y complicada agresión, se describen también los nombres y apellidos de algunos de los empresarios y políticos más corruptos de México y la forma en que han hecho sus fortunas.

El colapso de la dignidad no sólo es una historia de abusos y persecución política, sino de visión y esperanza para crear un nuevo modelo de desarrollo económico y social, que he llamado prosperidad compartida. México tiene que cambiar y terminar con ese esquema obsoleto y anticuado de explotación inhumana de los recursos naturales y de la mano de obra, con un gran plan nacional que también está expuesto en este libro, con objetivos de corto, mediano y largo plazos para obtener, como lo hemos alcanzado los mineros, una mayor justicia, respeto y dignidad, y un futuro mejor.

Mi libro es un auténtico relato del heroísmo de los valientes mineros y las tácticas y métodos que nosotros utilizamos para no permitir la violación a nuestros derechos y nuestra dignidad. Nuestra lucha es para revertir el colapso en el cual algunos han querido hundir a la dignidad.