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En 2001 investigadores de astronomía, biología y geofisíca crearon una sociedad

La astrobiología, aunque joven, busca ser carrera universitaria

Se define como el estudio científico de la vida, señaló Sandra Ramírez Jiménez, directora de la Soma

En México es materia optativa, mientras en otros países es ya una profesión

 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de febrero de 2014, p. 40

En el espacio hay millones de estrellas y planetas distantes y asombrosos, pero sólo tenemos certeza de que hay vida en la Tierra. ¿Puede existir en otra parte, en otro mundo? ¿Cómo sería? De ser así, ¿cómo se originó? Estas y otras preguntas se hacen y responden los astrobiólogos.

A nosotros nos interesa encontrar las evidencias científicas para decir si la vida, como la conocemos, puede existir en algún otro lugar o si pueden existir otras manifestaciones de vida que desconocemos, señaló en entrevista la presidenta de la Sociedad Mexicana de Astrobiología (Soma), Sandra Ramírez Jiménez.

Esta agrupación, creada en 2001, integra a investigadores y estudiantes de áreas como astronomía, biología, filosofía, química y geofísica, quienes exploran un todavía joven campo de la ciencia.

La astrobiología se puede definir como el estudio científico de la vida. No lo dejamos a la especulación, nos damos a la tarea de buscar los elementos científicos que nos ayuden a comprenderlo. Esos elementos los obtenemos mediante experimentos de laboratorio, simulaciones computacionales, observaciones directas o remotas de los objetos planetarios que tenemos cerca, los ocho planetas del Sistema Solar y sus satélites, explicó Sandra Ramírez, quien tiene doctorado en Química de la Contaminación y Física del Ambiente.

La vida, señaló la investigadora, no sólo se ha desarrollado en formas que nos son familiares, como plantas y animales, y en lugares cercanos, sino que hay organismos que se las han ingeniado para vivir en los casquetes polares o en los desiertos, donde las condiciones son extremas, algo que quizá ha pasado en otros mundos.

Uno de esos sitios podría ser Europa, la luna de Júpiter que tiene una capa de hielo debajo del cual se cree que existe agua salada líquida. Analizando las condiciones del satélite, abundó la investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, podemos evaluar si hay oxígeno suficiente en todo ese cuerpo de agua para que pudiera existir algún tipo de organismo, ver si efectivamente están presentes las sales que se piensa que hay en ese mar, o imaginar cómo atravesar esa cubierta de hielo para poder analizar el océano de Europa y averiguar sin con ello contaminaríamos el medio o si traeríamos contaminantes a la Tierra.

En México no hay una carrera que forme astrobiólogos, a diferencia de otros países, como Estados Unidos. Lo que sí tenemos en las universidades son tópicos selectos en astrobiología o se incluye como materia optativa. El plan es involucrar a más estudiantes e investigadores para poder ofrecer una licenciatura.

La Soma está afiliada al Instituto de Astrobiología –creado en 1998–, que pertenece a la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), y a la Asociación de la Red Europea de Astrobiología (fundada en 2001).