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Por su cumpleaños 90 celebran al poeta y filósofo en el Palacio de Bellas Artes

Reconocen en Xirau a una figura extraordinaria de la cultura mexicana

Ha sido un gran formador dentro y fuera del aula, estima Rafael Tovar y de Teresa

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Joaquín Díez-Canedo, Elsa Cross y Ramón Xirau, en la Sala Manuel M. Ponce, durante el homenaje que se rindió al pensador dentro del ciclo Protagonistas de la Literatura MexicanaFoto Arturo López/ Conaculta
 
Periódico La Jornada
Jueves 20 de febrero de 2014, p. 8

El poeta y filósofo mexicano de origen catalán Ramón Xirau (Barcelona, 20 de enero de 1924), quien ha enriquecido la vida cultural del país durante décadas, es una figura de capital importancia entre los hijos exiliados que llegamos, de niños o de adolescentes a México, dijo Angelina Muñiz-Huberman durante el homenaje que se rindió al ensayista por sus 90 años de edad, en el Palacio de Bellas Artes.

En el ciclo Protagonistas de la Literatura Mexicana, la noche del martes se reunieron para celebrar a Ramón Xirau –quien radica en México desde 1939 y adquirió la nacionalidad mexicana en 1995– en la Sala Manuel M. Ponce, Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta); José María Espinasa, Julio Hubard, Elsa Cross, Muñiz-Huberman y Joaquín Díez-Canedo, director de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, quien fue el moderador.

Los amigos y especialistas en la obra de Xirau coincidieron en señalar que el poeta ha enriquecido la vida cultural del país durante décadas, además de ser un puente entre México y España, entre el catalán y el español, entre la filosofía y la poesía.

“Ha sido un extraordinario formador dentro y fuera del aula. Difícilmente podríamos haber entendido el desarrollo histórico de las ideas sin Ramón Xirau y su libro Introducción a la historia de la filosofía, porque marcó a muchas generaciones y nos hizo entender el pensamiento en su sentido histórico y evolutivo”, explicó Tovar y de Teresa.

Asimismo sobresale su sensibilidad como poeta, como crítico literario y su actividad como hombre entregado a sus alumnos en el aula, que hacen de él una figura extraordinaria de la cultura mexicana del siglo XX y de principios del XXI, añadió el titular del Conaculta.

Poesía luminosa

El poeta y editor José María Espinasa señaló que Xirau escribe sus ensayos en español y los poemas en catalán.

“Se han dado muchas respuestas sobre esa elección lingüística –prosiguió–, la más socorrida alude a que escogió el español para sus reflexiones porque la necesidad de dialogar con otros pensadores era imperativa, mientras el uso del catalán para la poesía representaba la condición íntima del género lírico. Yo ensayaré una respuesta diferente: escribe poesía en catalán porque nació catalán, y de ahí a decir que la poesía es una cuestión de nacimiento no hay muchos pasos”.

Para Elsa Cross, la poesía de Ramón Xirau es para ser leída y escuchada en catalán, porque tiene un ritmo y una cadencia muy distintos a los del español.

Hermano gemelo del provenzal, el catalán lleva consigo las resonancias del espíritu de los antiguos trovadores. La de Ramón es una poesía esencialmente luminosa que elige darse en gran altura, como ciertas flores de montaña que sólo crecen en los parajes altos, puntualizó la poeta.

Antes de leer algunos poemas del homenajeado, Cross explicó por qué eligió los que tienen que ver con el mar: “En Ramón el mar siempre parece ser el Mediterráneo –aunque hay referencias a otros mares–, si nos guiamos por los elementos de una posible descripción, pero más allá de ésta, ese mar es en sí mismo no sólo un lugar del tiempo, sino un lugar sin tiempo, donde concurren la memoria, el sueño y el deseo; un mar desnudo, esencial”.

Al recordar el calificativo del hombre puente, como también llamó Octavio Paz a Ramón Xirau, el escritor y traductor Julio Hubard precisó que no se trata de la idea simple que tenemos de un puente por donde alguien transita para llegar a otro lugar, sino del que existe teológicamente entre el mundo perecedero y el inmortal. Es el puente de las criaturas.

Entre los invitados estuvieron Ana María Icaza, esposa de Ramón Xirau, y María Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes.