Opinión
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Consulta para simular
E

n Luvina, Juan Rulfo narra el diálogo entre los habitantes de esa población empobrecida y olvidada con el maestro del lugar. Les dice que hay que acudir a la ayuda del gobierno para encontrar otro lugar donde la tierra sea mejor y cuenta que lo oyeron sin parpadear, mirándolo desde el fondo de sus ojos, de los que sólo se asomaba una lucecita: ¿Dices que el gobierno nos ayudará, profesor? ¿Tú no conoces al gobierno? Les dije que sí. También nosotros lo conocemos. Da esa casualidad. De lo que no sabemos nada es de la madre del gobierno. Yo les dije que era la patria. Ellos movieron la cabeza diciendo que no. Y se rieron. Pelaron los dientes molenques y me dijeron que no, que el gobierno no tenía madre... Seguramente el actual gobierno también sigue careciendo de la autora de sus días. Así lo demuestra su tardía y cínica pretensión de construir ahora el más amplio consenso social en torno a su reforma educativa.

Durante más de un año desoyeron las voces del magisterio en resistencia y desecharon todas sus propuestas en torno a la reforma. La multitudinaria movilización y protesta de decenas de miles de profesores en todo el país, simplemente fue descalificada, perseguida o ignorada. La modificación al artículo tercero constitucional y la posterior aprobación de las leyes secundarias se hicieron a espaldas y con la exclusión del magisterio nacional. Bien saben el gobierno y sus siervos partidarios en el Congreso que la reforma constituyó un atentado al magisterio y la escuela pública y que su rechazo desató la protesta social de mayores dimensiones de estos tiempos. Saben, igualmente, que emergió sin la aceptación de los principales actores del proceso educativo y que ni todas las pilas de agua bendita de catedrales y parroquias del país alcanzan para lavar el pecado original de la reforma educativa.

Sin embargo, con la intención de santificar lo ilegítimo, recientemente la SEP convocó a Foros de Consulta Nacional para la Revisión del Modelo Educativo, a los que invitó a participar a los involucrados en la educación básica, normal y media superior: maestros, alumnos, padres de familia, legisladores, autoridades educativas, investigadores, organizaciones civiles y personas interesadas en aportar propuestas. Según la convocatoria serán los espacios para la realización de una amplia consulta sobre la revisión de planes, programas, métodos y materiales educativos, la que se desarrollará de febrero a junio, a través de 18 foros regionales y tres nacionales. Las entidades federativas se han agrupado en seis regiones y en cada una se celebraran foros sobre los subsistemas mencionados, cuyas relatorías y conclusiones serán presentadas en los foros nacionales. Para orientar el trabajo de estos encuentros, la SEP ha emitido documentos base sobre la educación básica, normal y media superior, con temáticas y cuestiones a consultar e invitado a un grupo de académicos e investigadores que dictarán conferencias y tendrán el encargo de coordinar la elaboración de las relatorías y conclusiones de los foros. Por su parte, los consultados podrán presentar propuestas con una extensión máxima de cinco cuartillas y sus intervenciones no podrán exceder de cinco minutos.

Empero debe precisarse que no existe absolutamente ningún compromiso de las autoridades educativas para que las propuestas presentadas sean vinculatorias o efectivamente consideradas en la formulación del nuevo modelo educativo. Lo único a lo que se ha comprometido la SEP es que las conclusiones de los encuentros regionales serán leídas en los foros nacionales, pero no más. Incluso a los encuentros nacionales solamente tendrán acceso los invitados seleccionados por el señor Chuayffet. Es previsible que de los foros se recaben diversas propuestas, pero de ahí no pasarán. Sin embargo, más adelante se dirá que el nuevo modelito fue construido a partir de una consulta que obtuvo el más amplio consenso educativo. Seguramente lo que se vaya a aprobar tras la consulta ya debe estar definido o en proceso de elaboración por la SEP y sus expertos. Esta afirmación no se sustenta en una suposición especulativa, proviene de la experiencia documentada en las prácticas utilizadas en torno a la aprobación de la reforma educativa y sus leyes reglamentarias: un mero trámite para sancionar lo que previamente estaba decidido. Por eso la consulta es simplemente un acto más de simulación de los autores de la reforma educativa.

Los propósitos de este simulacro fueron desnudados por el propio Chuayffet durante el primer foro con el que arrancó la consulta, este 7 de febrero en la ciudad de México. En tono amenazante se solazó del cese de más de 500 profesores en distintas entidades a consecuencia de su ausencia laboral por su participación en las movilizaciones magisteriales. Igualmente, bravucón y retador, señaló que en la reforma educativa no se daría un paso atrás, pese a las acciones del magisterio disidente. Así ha dado comienzo esta plural e incluyente consulta.