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Caída del PIB, precarias oportunidades de empleo formal y reducida productividad

El sexenio de Calderón fue de estancamiento, informa la ASF
 
Periódico La Jornada
Viernes 21 de febrero de 2014, p. 3

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) concluyó que en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) México vivió un periodo de estancamiento que subsistió en 2013, año para el que se estima un crecimiento de sólo 1.3 por ciento del PIB.

En el informe de la Cuenta Pública 2012, último año del gobierno de Calderón, la ASF explicó que el promedio del PIB en el sexenio pasado fue de 1.9 por ciento, lejos del 3.2 estimado, y que ese ‘‘limitado crecimiento se reflejó en precarias oportunidades de empleo formal’’ y agravó la informalidad, ‘‘lo que implica bajos ingresos, reducida productividad y carencia de seguridad social y servicios de salud’’.

También alertó que en ese año la administración calderonista llevó al país al nivel más elevado de deuda bruta del sector público federal, pues representó 35.5 por ciento del PIB, y del saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público, que fue de 36.8 por ciento del producto interno bruto.

Creció el riesgo país

‘‘Los indicadores de sostenibilidad señalan que la deuda pública es sostenible a corto plazo, pero se encuentra en niveles de riesgo cuya probabilidad de materializarse justifican medidas para elevar el nivel del balance primario, reducir la deuda y regular exposición a factores externos, como los flujos de inversión extranjera en cartera y el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos’’, planteó.

Definió que a la par con el contexto de pobreza de la mayoría de los mexicanos, creció el riesgo país y alertó que, aun cuando las reservas internacionales brutas ascendieron en 2012 a 2 billones 161 mil millones de pesos (166 mil 722 millones de dólares), inversionistas extranjeros poseen un billón 570 mil millones en valores gubernamentales, esto es, 72.7 por ciento de dichas reservas.

Para la Auditoría Superior, tanto el entorno nacional como el internacional continúan siendo adversos y ello ‘‘implica que tomará más tiempo recobrar el crecimiento económico’’. El informe resaltó que el nivel histórico alcanzado por las reservas internacionales ha favorecido una menor percepción del riesgo país, y que ello podría actuar como factor de compensación en el caso de un retiro temporal de la inversión financiera.

Aun cuando explicó que en el sexenio los ingresos presupuestarios fueron inestables y no recuperaron el nivel registrado en 2008, cuando crecieron 8.2 por ciento respecto de 2007, los ingresos del sector público presupuestario crecieron 2.2 por ciento anualmente, principalmente por la recaudación de entidades de control público directo, los derechos petroleros y los ingresos tributarios no petroleros.

‘‘No obstante, la capacidad de los ingresos para financiar los gastos disminuyó: en 2007 representaron 100.3 por ciento del total del gasto neto pagado y en 2012, 89.8, lo que conforma la necesidad de asegurar fuentes permanentes y estables de ingresos’’, planteó.

Incluso, alertó que el aumento de la relación deuda/PIB y una eventual materialización de las presiones de gasto en educación, pensiones, servicios de salud, estímulo al empleo y la vivienda ‘‘hacen indispensable incrementar los ingresos tributarios no petroleros, así como transformar los factores inerciales del gasto para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas’’.

En el rubro de empleo, explicó que en 2012 se crearon 702 mil 494 puestos de trabajo, la cifra más alta del sexenio, pero aun así insuficientes para cumplir la meta de 3.9 millones, porque sólo se logró 58.4 por ciento de dicho objetivo.

‘‘En este resultado, y en la caída del PIB en 2009, tuvo influencia determinante la crisis económica internacional’’, aclaró. Refirió que la población económicamente activa de 14 años aumentó en 6 por ciento en el gobierno de Calderón, y que si bien la población ocupada se incrementó en 5.1 millones, 74.5 por ciento, esto es 3.8 millones, lo hizo en actividades informales.

También resaltó la precariedad de los ingresos. Así, de las personas ocupadas, 73.1 por ciento (35.9 millones) percibió ingresos de entre uno y cinco salarios mínimos generales. Y la población desocupada pasó de 1.6 a 2.5 millones de 2007 a 2012, por lo que aumentó 0.9 millones, indicó.