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Atrás quedarán las seis participaciones del atleta de 55 años

Hoy participa el mexicano Hohenlohe y dirá adiós a las justas invernales
 
Periódico La Jornada
Sábado 22 de febrero de 2014, p. a13

Sochi, 21 de febrero.

Vestido de charro, Hubertus de Hohenlohe, único representante mexicano en los Juegos Olimpicos de Invierno Sochi 2014, se corta la coleta este sábado en la ciudad rusa. A sus 55 años, como si de un torero se tratara, dará su último paseíllo en las instalaciones alpinas de Rosa Khutor, en la prueba de eslalom, para decir adiós a un deporte que ha sido su pasión.

Atras quedarán seis participaciones en justas invernales, desde que tomó la alternativa en Sarajevo 1984, tres años después de haber fundado la federación mexicana de esquí.

Las clasificaciones para los juegos han sido cada vez más difíciles. Lo pude hacer para Sochi. Tengo una vida muy activa. El éxito en la fotografía es cada día mayor y más exigente. Me gusta esquiar, me divierte, pero creo que tampoco quiero hacer el ridículo, explicó para razonar su despedida.

Ahora me miro y creo que no hago el ridículo visualmente. Al ser fotógrafo, la parte visual también me importa, dar la imagen de que puedo competir en unos juegos olímpicos, añade.

Hohenlohe se convertirá en Sochi en el segundo participante más veterano en la historia de las citas invernales. El mexicano solo es superado en edad por el sueco Carl August Kronlund, quien en Chamonix 1924 participó con 58 años en curling.

Este año iba en una cabina en la montaña con el escudo olímpico de México y una persona me preguntó que cuántas veces había competido en unos juegos. Le dije que en 1984, 1988, 1992, 1994 y 2010 y que me clasifiqué para 2014. Entonces vi en su cara una expresión como de que no es posible. Le dije que sí. Me di cuenta que no esperaba que pudiera esquiar en una justa invernal. Hay que tener cuidado, señala en referencia a su edad.

De las cinco participaciones anteriores, Hubertus de Hohenlohe guarda gratos recuerdos: La apertura, cuando te toca llevar la bandera, es muy bonito.

La primera remembranza que le viene a la cabeza es de la ciudad noruega de Lillehammer, en 1994, en su cuarta participación: “En la prueba de descenso yo salía con el puesto 51 o 52. Había menos 21 o menos 22 grados de temperatura. Pocos minutos antes estaba en un restaurante porque no podía soportar el frío y me tiré a toda mecha.

“Pensé que con el clima que prevalecía no habría nadie, ya que no teníamos opciones de medalla, pero cuando llegué había 50 mil o 60 mil personas. Al ir bajando pensaba ‘cuánta gente hay’ y no me podía concentrar en descender”.

Tras Lillehammer 1994, México no lo envió a los juegos de Nagano 1998, Salt Lake City-2002 ni Turín-2006. Pudo regresar hasta Vancouver-2010.

En la ciudad canadiense, después de tantos años que no me habían mandado, entrar en el estadio me dio mucha emoción, indica.

Cuando eres joven lo tomas un poco más tranquilo, pero cuando estás más viejo te das cuenta del privilegio que tienes y valoras más el momento. De jóvenes somos más inconscientes y no valoramos las cosas, sólo que la vida sigue. Al final, con un poco más de edad, la emoción es más intensa, añade.

Aunque de lo que más orgulloso está es de haber despertado en la gente, en México y en otros países, el sueño de ser olímpico y de luchar por eso.

Creo que quería participar para despertar el ánimo de muchos mexicanos. Que hay que perseguir los sueños. Pensaba que a los 40 años ya era imposible estar en unos juegos. Estoy muy satisfecho de haber llegado hasta aquí, resume.

Después de 30 años en justas invernales, De Hohenlohe pone fin a su aventura olímpica y estará tomando la salida en la posición 113 de 117 competidores en liza, para dar su mejor esfuerzo ante los mejores especialistas del orbe.