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Me ganó la cabrona, dijo en alusión a su caída en la pista

La aventura del mexicano Van Hohenlohe fue de 55 segundos

El austriaco Matt, de 34 años, se coronó en el esquí alpino

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El mexicano Hubertus von Hohenlohe se quejó de las malas condiciones de la pista y lamentó que tuviera que salir en el lugar 113, en una prueba que no terminaron 40 competidoresFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 23 de febrero de 2014, p. a15

Sochi, 22 de febrero.

La aventura del mexicano Hubertus von Hohenlohe duró 55 segundos en una caída. Habría querido acabar de otra forma su andadura de 30 años olímpicos y su participación en seis justas invernales, pero el destino le deparó otra cosa y no logró terminar la prueba de eslalom con su traje de charro estilizado que causó furor en el esquí alpino.

La imagen de Hohenlohe tendido en la nieve, a pocos metros de la línea de meta, echó abajo sus sueños porque quería despedirse con una actuación decorosa. Quizá fueron los nervios, las condiciones de la pista y nieve, lesiones, presión, en fin, como lo aceptó.

La pista estaba muy mal para nosotros. No fue un placer bajar. Era como sobrevivir, pensando simplemente en no salirse, una lucha continúa sobre la pista, pero al final me ganó la cabrona, dijo el polifacético competidor.

El príncipe alemán que nació en México tropezó y se cayó embutido en su combinación de mariachi, que había elegido para participar en homenaje al país que le permitió estar en seis Juegos Olímpicos de Invierno.

El número 55, como la edad con la que compitió para ser el segundo atleta más veterano de la historia en estos certámenes, no pudo evitar el final fatídico para terminar la primera de las dos mangas de la prueba.

Parecía que el mexicano no se podía caer. En su salida libró un pequeño error y fue muy cuidadoso en cada puerta, a una velocidad mínima. Era claro que su primer objetivo era terminar, pero al ver tantas caídas o competidores que se quedaban a la mitad del camino, tenía la sensación de que algo ocurriría.

Fue de los últimos concursantes. Era el 113 de 117, de los cuales 40 no terminaron.

Nunca me caí en eslalom. Es la primera vez que me pasa. El trazado lo pusieron mal. Cuando se ponen agujeros es más difícil mantenerse. Vas rápido y luego lento; rápido y lento. Así no tomas ritmo. Así que fue difícil, refirió Hubertus.

“Cuando vi cómo estaba la pista y con el número 113, es decir fui uno de los últimos en salir, era un acto heroico llegar, porque la nieve estaba demasiado empinada y blanda, pero en fin, fue una pena no terminar, aunque es parte del juego.

Los primeros esquiadores tuvieron ventaja porque la pista estaba limpia. A mí me acompañó la mala suerte con un número tan alto y era complicado luchar con eso. En la cima estaba la lucha de arriba abajo, me pareció escaparme de la casa que se estaba quemando y que no me pasara nada, explicó.

La maldición del polifacético personaje (cantante, fotógrafo, presentador de televisión, diseñador, empresario y dirigente deportivo) no fue única, también la vivieron tres argentinos, un chileno, un peruano y un brasileño.

El apodado príncipe charro afirmó que en el Mundial de Vail cambiará de traje: Voy a llevar otro como este pero con otro color, a ver si me trae más suerte. Uno blanco, plateado.

El vencedor fue el austriaco Mario Matt, el más veterano en lograr el oro olímpico en esquí alpino, con 34 años. Su compatriota Marcel Hirscher y el noruego Henrik Kristoffersen fueron segundo y tercero, respectivamente.