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Presentan biografía de la reportera argentina en la Feria del Libro de Cuba

Los periodistas debemos contar historias que son injustas, afirma Stella Calloni
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La Brigada para Leer en Libertad, encabezada por Paco Ignacio Taibo II (centro), presentó cuatro libros patrocinados por la Fundación Rosa LuxemburgoFoto Sanjuana Martínez
 
Periódico La Jornada
Domingo 23 de febrero de 2014, p. 17

La Habana.

En la Fortaleza San Carlos de la Cabaña, la gente empieza a llegar desde las nueve de la mañana para asistir a los cientos de actos programados durante la 23 Feria Internacional del Libro de Cuba, una de las más masivas y populares del mundo.

Caminar por estas calles empedradas del Castillo de los Tres Reyes del Morro y desde el faro símbolo de la ciudad es complicado por la cantidad de gente que permanentemente llena el lugar. En Cuba, la difusión de la lectura representa una prioridad. El Estado subsidia en 90 por ciento el precio de los libros.

Este año, el invitado de honor fue Ecuador y la cita literaria estuvo dedicada a los escritores Nersys Felipe y Rolando Rodríguez. Además, ofreció un homenaje al 200 aniversario del natalicio de la poetisa Gertrudis Gómez de Avellaneda.

Esta es una feria singular porque es verdaderamente popular. No hay un manejo de élites literarias o culturales. Busca compartir un conocimiento que no es utilitario de nadie, sino que está generado para el pueblo con el concepto de una cultura integral y para todos, dice Karel Leyva Ferrer, director de promoción de la feria, en entrevista con La Jornada.

Bajo un concepto lúdico, el recinto incluye, además de las decenas de áreas para actos literarios y la zona destinada a expositores nacionales y extranjeros, una zona de feria, juegos infantiles, restaurantes y cafeterías. Se trata de difundir la sabiduría desde una visión divertida e integral: “Sólo la cultura y la lectura nos libera, sólo siendo cultos encontraremos esa libertad. La plenitud que te genera el conocimiento es lo más importante. Martí dijo: ‘Ser culto para ser libre”’.

Contrario a otras ferias del libro que buscan un rendimiento económico específico de libreros y editoriales, en Cuba el propósito es otro: Esta feria no busca hacer negocio. Aquí el único negocio es saber de libros, vale la pena captar para que nuestra población los lea; aquí no tenemos un negocio de captar libros para ganar dinero, porque el libro que aquí vendemos es subsidiado. Comprar libros representa un cinco o tres por ciento de su salario, que aunque es un lujo y alimenta el espíritu, es bastante importante, pero la gente ha entendido que el costo de producir un libro es muy alto. El Estado lo subsidia y se lo vende a la población a un 10 por ciento de lo que cuesta, señala.

Combatiente de la desinformación

En el Salón José Antonio Portuondo la gente esperaba ansiosa la llegada de Stella Calloni, corresponsal de La Jornada, quien fue recibida con una ovación y aplausos.

Su libro Stella Calloni íntima: cronista de la historia, de los periodistas Julio Ferrer y Héctor Bernardo, es una biografía que narra su vida desde la infancia y la adolescencia, marcada particularmente por su madre, una mujer guerrera, comprometida con las causas sociales, que la inspiró a defender a los grupos vulnerables.

El texto presenta sus grandes entrevistas a Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, general Omar Torrijos, Germán Pomares, monseñor Óscar Arnulfo Romero y Muammar Kadafi.

Maestra de periodistas y combatiente de la desinformación, Calloni hace un recuento de su vida personal y profesional: Resume las dos cosas: de dónde sale uno, porque vas tomando de la mirada de niña y yo le agradezco a mi madre haber estado en ese lugar y haber entendido la vida de otra manera.

Añade: Los periodistas tenemos la obligación de contar las historias que son injustas, es la humanidad de la que estamos hablando, nosotros no somos periodistas para contar las historias ambiguamente. Yo soy militante de la verdad, un periodista tiene que serlo, si no, que se dedique a otra profesión.

Calloni testificará en los próximos días en el largo juicio contra las juntas militares por la Operación Cóndor, un tema recurrente a lo largo de su basta y productiva trayectoria, del cual prepara un nuevo libro mucho más profundo. Su mirada profesional sigue enfocada hacia América Latina, cuyos problemas ha cubierto con extensos reportajes, crónicas y entrevistas, publicados en momentos decisivos. Su siguiente libro será sobre Hugo Chávez.

Vivimos un momento muy peligroso porque hay una avanzada muy dura sobre América Latina, pero nosotros tenemos mucha capacidad para resistir. Tenemos que seguir luchando por la unidad, no nos podemos dejar arrebatar este momento histórico. Es nuestro derecho tener un siglo de independencia y el XXI es el siglo de la independencia de América Latina.

A sus 78 años, reivindicó también el derecho de ser periodista y corresponsal a su edad y contar con un periódico como La Jornada que la respalde: Si hubiéramos tenido la creatividad de hacer un diario independiente así en cada país, nuestra historia latinoamericana sería diferente.

Especial énfasis hizo sobre la directora del periódico, Carmen Lira, y su forma de entender los problemas como una hada protectora. El público lanzó un aplauso prolongado cuando escuchó su nombre: Esa directora se lo ha jugado todo, esa mujer mucho más joven que yo, tiene el coraje que debe tener un director de un diario independiente. Gracias Carmen.

Y recordó su etapa de exilio y su llegada a México, país que la acogió de una manera extraordinaria: Allí estaba el señor Carlos Payán y Carmen Lira. Ellos me dieron todo lo que yo necesitaba para hacer el periodismo que quería hacer y que quiero seguir haciendo.

Ferrer y Bernardo, autores del libro sobre Calloni, destacaron su compromiso social, su coherencia a lo largo del tiempo y su profesionalismo periodístico.

Padrecito Stalin

Durante la feria, la Brigada para Leer en Libertad, encabezada por Paloma Sáenz y Paco Ignacio Taibo II, presentó cuatro libros patrocinados por la Fundación Rosa Luxemburgo, entre los cuales incluyeron Ese cáncer que llamamos crimen organizado, una antología con textos de 10 escritores y periodistas mexicanos.

El libro Padrecito Stalin, no vuelvas causó expectación. Fue presentado por el historiador cubano Fernando Martínez Heredia en la sala José Antonio Portuondo: Este material quiere abrir una puerta a la historia del socialismo, dijo.

Se trata de un libro que incluye siete textos y cuya introducción fue escrita por Torge Löding, director de la Oficina Regional de la Rosa Luxemburg-Stiftung en México: “Si bien la historia de la Unión Soviética destaca muchos logros sociales y políticos notables, ninguno de ellos debe encubrir el lado contrario: el sistema estalinista es responsable de que millones de disidentes –supuestos o reales– hayan sido encarcelados o asesinados”.

Paco Ignacio Taibo II fue directo al grano al empezar el acto: Stalin ordenó matar a más comunistas polacos que Hitler. El escritor mexicano abrió el debate sobre la revisión de los crímenes del Stalinismo y otros fantasmas del pasado y su nefasta herencia para la izquierda de América Latina: El proceso de sectarización y la ausencia de democracia partidaria es uno de los fenómenos que tenemos que estudiar como claves, porque está vivo en la historia de nuestros países.