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Centroamérica, con el viento en contra
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Vendedora de hojas de plátano en el mercado Oriental, en Managua, considerado uno de los más grandes de CentroaméricaFoto Reuters
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Una mujer danza con una botella de licor en la cabeza junto a un hombre que sostiene una imagen de San Roque, el miércoles pasado, durante el Festival Internacional de Poesía en Granada, Nicaragua. El festival de este año es en honor del poeta modernista nicaragüense Rubén DaríoFoto Ap
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Periódico La Jornada
Martes 25 de febrero de 2014, p. 26

La zona de libre comercio de Nicaragua y la inversión y producción de la industria maquiladora recibieron un fuerte impulso después que el país adoptó, en abril de 2006, el Tratado de Libre Comercio Dominicana-Centroamérica con Estados Unidos (TLCDC), que también abarca a Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Honduras. El sector se había acostumbrado a tasas de crecimiento anual de dos dígitos hasta que hubo una baja de ritmo en 2012-13. Estimaciones preliminares muestran ganancias sectoriales cercanas a mil 500 millones de dólares en 2013, apenas 7.2 por ciento arriba de las de 2011. En términos de volumen, la producción creció 7.3 por ciento similar respecto del periodo comparativo, lo cual indica que el crecimiento de las ganancias permanece ligado al de la producción, y que los esfuerzos por incrementar el valor agregado han tenido poco impacto hasta ahora.

La diversificación de las exportaciones nicaragüenses ha tenido cierto éxito. Antes dominaban las ventas de atuendos, que representaban 90 por ciento de la exportación total y en 2005 gozaban del privilegio de zonas libres fiscales. Sin embargo, la proporción cayó a 60 por ciento en 2013, según la Corporación Nacional de Zonas Francas (CNZF). Otros sectores fuera del textil que han avanzado a grandes zancadas en años recientes son los de cigarros puros y autopartes. Las ventas de los primeros se elevaron de 48 millones de unidades en 2006 a 100 millones en 2013. La fabricación de autopartes es dominada por el ensamble del cableado de tableros para productores estadunidenses; el empleo en este segmento se ha duplicado a más de 13 mil trabajadores en el periodo de ocho años.

Menor ventaja competitiva

El descenso reciente podría reflejar cautela de inversionistas a la vista de las dos mayores amenazas al futuro del modelo de exportación de zona libre en Nicaragua. A partir del debut del TLCDC, Nicaragua ha tenido un privilegio único conocido como niveles temporales de preferencia (NTP), que le permite importar 100 millones de metros cuadrados de telas al año de países ubicados fuera de la zona del tratado, como Bangladesh. Esto le daba ventaja sobre competidores, al exportar atuendos a Estados Unidos. El trato preferencial expira a finales de 2014, a menos que el Congreso estadunidense lo renueve. Pero aun si lo extiende, el acuerdo seguiría siendo temporal, y es probable que se recorte la cantidad permitida de tela importada.

La otra amenaza es el entusiasmo de Estados Unidos con el Acuerdo Transpacífico (ATP). A partir de 2010 se han realizado negociaciones para expandir en forma significativa, sobre todo con participación estadunidense, el existente Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, firmado originalmente por Brunei, Chile, Nueva Zelanda y Singapur. El ATP propuesto sumaría a Estados Unidos y formaría un bloque entre las naciones miembros actuales más Australia, Canadá, Japón, Malasia, México, Perú y Vietnam.

La llegada del ATP expondrá a los fabricantes radicados en Nicaragua a la competencia directa de productores del sureste de Asia por los mercados de Estados Unidos. Como los costos laborales en lugares como Vietnam se calculan más o menos en la mitad de los de Centroamérica, se trata de un serio desafío. Los continuos aumentos por arriba de la inflación en el salario mínimo nicaragüense ya han erosionado la anterior ventaja competitiva de su mercado laboral. Por ejemplo, las diferencias salariales con su vecina Honduras se han reducido de 50 por ciento en 2006 a 20 por ciento hoy día.

Un golpe más provendría de cualquier decisión estadunidense de conceder privilegios NTP a los miembros del ATP. Los productores nicaragüenses consideran potencialmente fatal esa posibilidad para sus operaciones locales. Según la Asociación Nicaragüense de la Industria Textil y Confección (Anitec), casi la mitad de las ventas totales en 2013 provinieron de atuendos hechos con tela importada, contra 37 por ciento en 2011. En toda Centroamérica, las asociaciones de la industria textil cabildean con legisladores estadunidenses para al menos mantener la paridad en condiciones de entrada entre los miembros de la nueva ATP y los del TLCDC.

Estrategias de supervivencia

Es probable que al reducirse las perspectivas de expansión disminuya el entusiasmo de los inversionistas. Sin una renovación del privilegio NTP, se perderían de 20 a 30 por ciento de empleos en las zonas libres casi de la noche a la mañana. Aun si se extiende, se necesitará una fuente local de textiles baratos, o un desplazamiento del mercado hacia productos de mayor valor agregado para mantener el interés de los inversionistas y asegurar la supervivencia del sector a largo plazo.

Algunos proveedores están respondiendo al reto. La adopción de nuevos métodos de manufactura ha permitido a las firmas sudcoreanas y estadunidenses que actualmente dominan el sector producir ropa de marcas más costosas, como Dockers-Levis, junto con atuendos deportivos y ropa íntima para damas.

Grupo Karim, empresa textil con sede en Honduras, planea ahora procesar algodón importado de EU para transformarlo en hilo y abastecer a los productores en Nicaragua. En octubre de 2013 Karim pagó 35 millones de dólares para adquirir una planta textil ociosa en Nicaragua, propiedad de Cone Denim Mills (EU). La planta estaba parada desde 2009, pero ahora se revivirá para atender la demanda de firmas locales una vez que los privilegios NTP se vayan extinguiendo. Karim también planea producir atuendos terminados.

La industria textil nicaragüense tiene poco margen para reducir costos, dada el alza salarial y los costos relativamente altos de la energía. Suponiendo que los beneficios NTP se extiendan al menos parcialmente, la Anitec proyecta un modesto éxodo de empresas a Asia en los próximos cinco años, y un encogimiento de 10-20 por ciento en la producción total. Los esfuerzos por sobrevivir se enfocarán en capacitar a la fuerza de trabajo para reducir la distancia con los niveles de productividad de Asia. El resultado probable será una industria del vestido más pequeña y especializada, enfocada en nichos de mercado. En general, la economía de zona libre de Nicaragua aún podrá explotar su proximidad y nexos históricos con los mercados de Estados Unidos, pero se necesitará mayor diversificación para que el sector mantenga su capacidad de generar empleos y exportaciones de valor agregado.

Economist Intelligence Unit

Traducción de textos: Jorge Anaya

En asociación con Infoestratégica