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Es gente que no come en dos o tres días y subsiste de manera muy precaria

Con hambre, 152 mil personas; serán integradas al programa Aliméntate

En la primera fase, que comienza en marzo, se darán servicios de salud, educación y empleo

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En promedio, en el Barrio 18 pagan unos 400 pesos mensuales para rentar pequeñas habitacionesFoto María Luisa Severiano
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Cuartos de madera en el Barrio 18 de Xochimilco, donde viven familias hacinadasFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de febrero de 2014, p. 36

Familias que no han probado alimento en dos o tres días, que habitan en cuartos construidos con láminas de asbesto, cartón o madera de no más de tres por tres metros; pequeños que pese a vivir a unos metros del Zócalo no han sido presentados al Registro Civil; otros, habitantes de los márgenes de la ciudad que para ir a la escuela tienen que caminar de 30 a 60 minutos, y población migrante no sólo de otros estados del país, sino también de Centroamérica, forman parte de la radiografía de personas en pobreza extrema con carencia alimentaria que elabora la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) del Distrito Federal.

A la fecha la dependencia ha ubicado a las primeras 28 mil familias o alrededor de 152 mil personas con las que el Gobierno del Distrito Federal arrancará en marzo el programa Aliméntate, dirigido a este sector de la población, con la finalidad, en una primera etapa, de garantizarles el derecho a la alimentación y facilitarles el acceso a los servicios de salud, empleo y educación, y en una segunda fase incorporarlos a programas de vivienda.

Desde hace casi cuatro meses 250 trabajadores de la subsecretaría de Participación Ciudadana de la Sedeso local recorren casa por casa, en las zonas delimitadas con base en datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), levantando el censo de la población que se encuentra en pobreza extrema con carencia alimentaria.

Ya terminamos la primera parte del censo; tenemos los expedientes de las primeras 28 mil familias que cumplen con las dos condiciones para integrarse a Aliméntate: vivir en pobreza extrema y con carencia alimentaria, señaló Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Desarrollo Social del DF.

Detalló que se llegó a tener más de 190 mil expedientes, los cuales se fueron depurando a fin de llegar realmente a la población objetivo.

La idea de visitar cada casa y hablar con las personas es corroborar la situación en que se encuentran, acotó.

Remarcó que no se estaría actuando con responsabilidad si no se atendiera a las personas que requieren apoyo en forma urgente.

Rodríguez Velázquez refirió que se está encontrando una gran cantidad de migrantes centroamericanos y del interior del país, a quienes no se les puede dejar fuera del programa, porque son personas que tienen mucha necesidad.

Precisó que, a diferencia de otros programas en los que se establece como requisito haber vivido en la ciudad de México durante cierto tiempo, en el caso de Aliméntate no es condición.

Adolfo Savín Cravioto, subsecretario de Participación Ciudadana de la Sedeso, precisó que en este tiempo se han visitado casas en cerca de 200 colonias en las delegaciones: Álvaro Obregón, Benito Juárez, Cuajimalpa, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Miguel Hidalgo, Milpa Alta y Xochimilco.

Describió que en zonas de las sierras de Guadalupe, en la delegación Gustavo A. Madero, y de Santa Catarina, en Iztapalapa; en algunos de los poblados del Ajusco alto y medio, en Tlalpan, y en parte en Tláhuac, se encuentran grupos de familias en pobreza extrema con carencia alimentaria. En Benito Juárez y en Cuauhtémoc hay casos aislados.

Es más fácil acceder a Benito Juárez; sin embargo, allí es más difícil ubicar a las familias que se encuentran en estas condiciones, porque la fachada de las casas está bien, pero adentro son prácticamente casas de campaña. Esto existe mucho en la zona Centro, donde uno piensa que ya está todo urbanizado, y obviamente en todas las áreas serranas de la ciudad, acotó.

Explicó que para identificar el nivel de pobreza en que se encuentran las familias se les hacen preguntas relacionadas con los ingresos económicos que perciben; si los niños o niñas van a la escuela, si tienen acceso a algún servicio de salud, de seguridad social; si disponen de agua corriente, electricidad, de qué está hecha la casa, si tiene piso de concreto, baño, y cuántas veces comen al día.

Ser familias de pobreza extrema con carencia alimentaria implica tener más de cinco de los indicadores que nos dan Evalúa y Coneval para medir la pobreza; por ejemplo, no ir a la escuela, no tener servicios en el hogar, piso de tierra, o habitar una vivienda prestada, no contar con un trabajo fijo; muchas veces no hay un padre de familia, amplió.

Con estos datos se integra un expediente por cada miembro de la familia, lo que permitirá llevar a cabo un seguimiento de los avances que se van teniendo.

Remarcó que en caso de detectar que una familia no ha comido o que requiere de apoyo se le entrega el mismo día una canasta básica emergente y se les inscribe en la lista del programa Aliméntate.

A las personas que no califican para este programa, pero sí se encuentran en una situación de pobreza, se les integra a otros programas sociales a los que tienen derecho, como el de Útiles y uniformes escolares, o de apoyo a madres solteras.

Parece mentira que haya niños que no tienen la tarjeta de uniformes y útiles escolares, que ni siquiera saben que existe, admitió el subsecretario.

La titular de Desarrollo Social anticipó que en los próximos días se firmarán los primeros convenios con los jefes o jefas de familia que se integrarán al programa, el cual prevé la entrega de paquetes alimentarios, comidas completas en los comedores públicos, servicios médicos y educación.

A cambio del apoyo que recibirán, el padre o madre de familia se comprometerá a llevar a sus hijos a los servicios médicos de salud, aplicarles las vacunas, llevarlos a la escuela, mientras ellos o ellas accederán a programas de capacitación y se les buscará incorporar a un empleo fijo.

La intención de este programa es que sea algo recíproco, no asistencial, donde el gobierno los ayude a facilitar su vida, y se cambie su estilo de vida. Sobre todo, hay que trabajar con los niños, advirtió Savín Cravioto.

Personal de la Sedeso visitará de manera periódica estos hogares para verificar que se cumpla con los compromisos, por lo que se les entregará una tarjeta en la que harán las anotaciones correspondientes.

De acuerdo con cifras de Coneval, la población en extrema pobreza con carencia alimentaria en el Distrito Federal asciende a 160 mil personas o 40 mil familias.