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EU suspende contacto militar con Rusia, está del lado incorrecto de la historia: Obama

La región de Donietsk se suma a Crimea; quiere separarse de Ucrania

Pavel Guvariev irrumpe en el parlamento, se declara gobernador y convoca a referendo

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Pavel Guvariev (al centro) irrumpió en el salón de sesiones del Parlamento de Donietsk, importante región del este de Ucrania, con un centenar de seguidores y anunció que el edificio quedaba en manos del pueblo, se declaró gobernador e impidió el ingreso del magnate Serguei Taruta, nombrado desde Kiev para gobernar la regiónFoto Reuters
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Moscú intensifica su ofensiva verbal contra el gobierno de Kiev y convocó una reunión extraordinaria, la tercera dedicada a Ucrania en fechas recientes, del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones UnidasFoto Reuters
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Manifestantes afuera de la embajada de Rusia en Lituania expresan su solidaridad con el pueblo de Ucrania y exigen que cese la amenaza de agresión. Potencias de Occidente amagan con aislar a Moscú porque consideran el operativo militar en Crimea es violatorio del derecho internacionalFoto Ap
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Activistas que apoyan posibles acciones militares del ejército ruso en el territorio de Crimea se manifestaron ayer cerca del consulado de Ucrania en San Petersburgo. Un cartel muestra el retrato de Stepán Bandera, líder del movimiento nacionalista ucranio, fundado a principios del siglo XXFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 4 de marzo de 2014, p. 22

Moscú, 3 de marzo.

Con el mismo guión que en Crimea, el parlamento de la ciudad de Donietsk, importante región del este de Ucrania, impuso este lunes como presidente del Legislativo a Andrei Sishatsky, destituido ayer como gobernador por las nuevas autoridades de Kiev, y resolvió convocar un referendo sobre el futuro de la región.

Mientras esperaban al gobernador nombrado desde Kiev, el magnate Serguei Taruta, que finalmente no pudo llegar a la sesión, Pavel Guvariev, que se autonombró gobernador popular, irrumpió en la sala con un centenar de seguidores y anunció que el edificio quedaba en manos del pueblo, bloqueado desde la calle por cerca de dos mil personas que gritaban consignas favorables a Rusia.

Dentro, con los diputados como rehenes, Guvariev exige que la pregunta del referendo sea: ¿Quiere usted que la región de Donietsk forme parte de la Federación Rusa? y que, como en Crimea, se invite ya a las tropas rusas.

La policía recibió órdenes de no intentar desalojar el edificio, para impedir un enfrentamiento que pudiera ser usado como pretexto para que los soldados rusos crucen la frontera.

En cambio, en el puerto de Odesa fracasó un intento similar de asalto al Parlamento y los diputados no quisieron aprobar ningún referendo. La víspera cerca de 10 mil personas se manifestaron ahí contra la separación de Ucrania.

En la parte rusa de la línea divisoria entre ambos países se están concentrando tropas, tanques y carros blindados que sólo esperan la orden de intervenir. El gobierno de Ucrania es consciente de que el ejército ruso es superior al ucranio, en número de soldados y cantidad de armamento, por lo que trata de evitar un choque directo que sirva de justificación para comenzar la guerra.

El viceministro ucranio del Interior, Nikolai Velichkovich, dijo esta tarde que tiene información de que la siguiente madrugada, del 3 al 4 de marzo, se quiere matar a tres o cuatro soldados rusos para forzar la invasión y pidió a esa gente que no lo haga y no provoque el derramamiento de sangre en Crimea, donde no lo hay todavía; la vida de los ucranios es para nosotros un valor esencial.

Es muy confusa la información que llega de Crimea sobre deserciones de militares ucranios, que por otro lado ahí no serían sorprendentes, debido a que Ucrania sólo tiene soldados profesionales y por lo común se contrata a habitantes locales.

Se llegó a manejar que la Flota del Mar Negro puso un ultimátum a las tripulaciones de dos buques de la Armada ucrania que se mantienen leales a Kiev, fijando como plazo las 18 horas de Crimea de este jueves para dejar las armas y abandonar los barcos, o amenazaron con desarmarlos por la fuerza. Pero horas más tarde, el alto mando de la flota rusa calificó de disparate que haya lanzado ese ultimátum y, llegada la hora, nada pasó.

Hasta ahora el militar de mayor rango que se cambió de bando es el vicealmirante Denis Berezovsky, nombrado por Kiev comandante de la Armada, que en lugar de tomar posesión del cargo juró lealtad al pueblo crimeo y aceptó el cargo de ministro de defensa de Crimea y es considerado traidor a la patria por el gobierno de Ucrania.

Berezovsky exigió al nuevo comandante de la Armada, vicealmirante Serguei Gaiduk, pasarse al lado crimeo, pero éste y los oficiales de su Estado Mayor juraron lealtad a Ucrania.

Los expertos –abundan los análisis estos días en la prensa rusa– coinciden en que, si Rusia finalmente va a la guerra, hay dos escenarios más factibles. El programa mínimo se limitaría a ocupar por completo Crimea y el máximo, también la zona oriental de Ucrania, planteando en el primer caso la separación de la península y en el segundo, la partición en dos del vecino país.

Pero también se especula en Moscú –el diario digital Gazeta, por ejemplo, dedica hoy un editorial al tema– que Rusia podría quedarse con Crimea sin necesidad de combatir, en el supuesto de que se estuviera negociando a puerta cerrada con Washington un vergonzoso trueque: Estados Unidos convence a Ucrania de ceder Crimea a cambio de que Rusia reconozca al gobierno actual en Kiev y permita el derrocamiento del régimen de Bashar Assad en Siria.

Argumenta la popular edición en Internet que a los habitantes de este país poco les importa Siria; en cambio Crimea refleja las pretensiones imperiales y la nostalgia de gran potencia de muchos rusos, y sería un triunfo para (el presidente Vladimir) Putin tener a la península como parte de Rusia o hasta como país independiente, aunque sólo lo reconozca Moscú, igual que Osetia del Sur y Abjasia.

Al margen de este tipo de ficción política, es cierto que Rusia no se da prisa en iniciar una guerra en forma: con el cruce simultáneo de la frontera por varios sitios de no menos de 20 mil soldados, casi mil tanques, cientos de helicópteros artillados y un centenar de aviones, como mínimo, respaldado el despliegue terrestre por los buques de la Flota del Mar Negro y sus tropas de desembarco aéreo.

Por ahora le basta y le sobra con los 6 mil soldados que mantiene en Crimea, unos como resultado de un supuesto acuerdo con las autoridades de Simferopol, documento que nadie ha visto, y otros con uniformes sin distintivos, haciéndose pasar por miembros de autodefensas ucranias.

El Kremlin es consciente de que, detrás de un rápido éxito militar, por la obvia superioridad de su ejército, tendría que afrontar una inevitable y desgastante guerra de guerrillas, incluso con atentados en territorio ruso, lo cual a la larga se traduciría en un alto costo en vidas humanas.

Y el aspecto financiero de una guerra no es secundario. Según diversas estimaciones, Rusia tendría que gastar al año el equivalente de no menos de 50 mil millones de dólares en necesidades del ejército, aparte de que por el territorio ucranio pasa el gas ruso hacia clientes europeos por 30 mil millones de dólares anuales, misma cantidad que compra Ucrania a Rusia, y que probablemente se perderían en el limbo de las hostilidades.

La sola posibilidad de que Rusia se involucre en una aventura bélica de esta naturaleza propició una debacle en el mercado de valores en Moscú y la moneda se sigue depreciando: hoy alcanzó su máximo histórico de 37 rublos por dólar, mientras se incrementa la fuga de capitales.

Por eso, sin descartar la intervención armada, Rusia busca desestabilizar al máximo al gobierno de Ucrania y ya anunció que en el siguiente trimestre del año no habrá rebaja en el precio del gas natural que le vende, por lo que Kiev tendrá que pagar casi 400 dólares por mil metros cúbicos.

Al mismo tiempo, Moscú intensifica su ofensiva verbal contra el gobierno de Kiev y convocó una reunión extraordinaria, la tercera dedicada a Ucrania en fechas recientes, del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, en la cual el embajador Vitali Churkin informó que el destituido presidente Viktor Yanukovich pidió por escrito, con fecha primero de marzo, a su homólogo Putin enviar tropas a Ucrania para restablecer el orden y la paz.

Rusia cree que Yanukovich –lo dijo su primer ministro Dimitri Medvediev: tiene un prestigio por los suelos, pero sigue siendo el presidente legítimo– todavía puede servir para algo: aunque ya no tenga legitimidad, al menos con su carta no parece amenaza de invasión militar unilateral.

La cancillería rusa, mediante varios comunicados oficiales difundidos hoy, resumió lo que piensa el Kremlin sobre los acontecimientos en Ucrania: que gobiernan en Kiev extremistas y radicales que tomaron el poder por la fuerza, los cuales pisotearon los acuerdos del 21 de febrero y son neonazis que destruyen los templos (cristianos) y las sinagogas y, además, declararon la guerra al idioma ruso y a Rusia en general y, en consecuencia, ponen en peligro la vida de ciudadanos rusos y de los habitantes de habla rusa en Crimea y otras regiones del sur y el este de Ucrania.

Y su conclusión es que las medidas que adopta Rusia son totalmente legales y adecuadas.

Habrá que ver si el resto de los integrantes del Consejo de Seguridad coincide con Rusia en la evaluación y, además, aceptan, que a partir de ahora un Estado miembro de Naciones Unidas, sobre todo de los que poseen arsenal nuclear, puede arrogarse el derecho de meter sus tropas en un país vecino cuando lo considere oportuno, para proteger a sus ciudadanos o por cualquier otra razón que pudiera tener.

El gobierno estadunidense analiza qué pasos económicos y políticos dar para aislar a Putin

Ap, Reuters, Xinhua, Dpa y Afp

Washington, 3 de marzo.

Rusia se encuentra del lado incorrecto de la historia al movilizar fuerzas militares a la provincia de Crimea, en el sur de Ucrania, advirtió hoy el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien aseveró que las potencias de Occidente están unidas en esta crisis. Más aún, su gobierno suspendió todos los contactos militares con Moscú.

El jefe de la Casa Blanca sostuvo esta noche una reunión de alto nivel con sus asesores militares y de seguridad nacional para discutir los acontecimientos en las repúblicas ex soviéticas; al cierre de esta edición no había reportes sobre el encuentro.

Obama señaló que las acciones rusas violan la soberanía de Ucrania y el derecho internacional, y exigió al presidente Vladimir Putin que cambie de curso. A la larga esto va a ser una posición costosa para Rusia y ahora es el momento para que ponderen si pueden beneficiar sus intereses con diplomacia en lugar del uso de la fuerza, sostuvo Obama en la Sala Oval de la Casa Blanca. El presidente estadunidense habló al comenzar una reunión con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.

El mandatario señaló que su gobierno examina toda una serie de pasos económicos y diplomáticos para aislar a Rusia por negarse a retirar sus fuerzas militares de Crimea y sugirió una vez más enviar supervisores internacionales o crear una mediación internacional para abordar las presuntas preocupaciones de Rusia con respecto al trato de los rusohablantes y los nacionales rusos dentro de esta nación del este de Europa.

Por la noche, Obama sostuvo una reunión de alto nivel con asesores militares y de seguridad nacional para discutir los acontecimientos en la república ex soviética. Entre los asistentes estuvieron el secretario de Estado, John Kerry; el de Defensa, Chuck Hagel; la asesora de seguridad nacional, Susan Rice; el secretario del Tesoro, Jack Lew, y el jefe del estado mayor, general Martin Dempsey, aseguró una fuente de la Casa Blanca. Hasta el cierre de esta edición no trascendió más información.

El Pentágono informó en un un comunicado que Estados Unidos suspende todos los contactos militares con Rusia por los acontecimientos en Ucrania. Esto comprende los ejercicios y reuniones bilaterales, las escalas de buques, y las conferencias de planificación militar, indicó el contralmirante John Kirby, vocero de la Defensa estadunidense.

El Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) realizó una nueva reunión de urgencia sobre la crisis en Ucrania, tercer encuentro de este tipo en cuatro días, a petición de Rusia.

El embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin, aseguró que el depuesto presidente ucranio Víktor Yanukovich solicitó a Putin y a las fuerzas de seguridad rusas que restablezcan el derecho y el orden en Ucrania.

Estados Unidos y Gran Bretaña no tardaron en manifestar su indignación ante las explicaciones rusas y aseguraron que el operativo militar en Crimea es violatorio del derecho internacional.

El embajador de Ucrania ante el organismo mundial, Jury Sergueiev, señaló que las medidas tomadas en la frontera por Rusia permiten deducir una posible intervención en otras regiones de su país y pidió al Consejo de Seguridad que establezca una misión de monitoreo y mediación en Crimea.

Frente a la escalada, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió que se garantice la independencia, la unidad y la integridad territorial de Ucrania e instó al Kremlin se abstenga de cualquier acto que pueda llevar a una nueva escalada.

El premier británico, David Cameron, declaró que Moscú tendrá que hacer frente a medidas de presión económicas y diplomáticas por la violación de la soberanía de Ucrania. Sin embargo, un documento del gobierno británico captado por un fotógrafo de ese país sugiere que funcionarios de Gran Bretaña se oponen a imponer sanciones económicas a la Federación Rusa, postura que pudiera complicar cualquier esfuerzo de Estados Unidos por aislar a Rusia informó la BBC.

En Bruselas, la Unión Europea anunció una cumbre extraordinaria para este jueves, y este martes la OTAN celebrará una nueva reunión sobre la situación a petición de Polonia.