La dinastía del monte del jaguar floreció
en la mixteca, revela el códice ñu’u i’ni

Rufino Domínguez Santos

Tutu Ñuu Nuu Yuku

FIGURA 1. PÁGINA 7

En la figura 1: El Señor 4 Pedernal, Águila (supuestamente el hijo mayor de Señor 12 Viento y Señora 1 Águila); él se casó con la Señora 7 Conejo, Serpiente Emplumada, que vino del Lugar del Arbusto.

[El texto extenso que se escribió en la parte superior de la página, ahora no se entiende]

Sobre el hombre: Ya go coxi yaha...(Alvarado Yya co cusi yaha:), “Señor 2 o 3 Pedernal, Águila...” (Escritura actual: Iya Koo Kuxi Ya’a).

Sobre la mujer: [Yya ciy sa] sayu... (Alvarado Yya dzehe sa sayu), “Señora 7 Conejo...”.

(Escritura actual: Yya Se’e Saa Sayu)

Sobre el jeroglífico toponímico: Ñoyoco (Alvarado, nuu yuku), significa “Lugar de la Hierba o del Arbusto”, el nombre mixteco de San Miguel Cuevas. (Escritura actual: Ñuu Nuu Yuku)


FIGURA 2. PÁGINA 11

En la figura 2: Este gobernante de la dinastía fue: el Señor 10 u 11 Perro, Ojo de Serpiente; él se casó con la Señora 13 Perro, Mariposa-Serpiente de Fuego que vino del lugar del Arbusto.

Sobre el hombre: Ya si hua noo coo (Alvarado Yya sihua nuu coo), “Señor 10 u 11 Perro, Ojo de Serpiente”. (Escritura actual: Yya Si’ua Nuu Koo).

Sobre la mujer: Yyaciy gusi hua ticuhua yahui (Alvarado Yyadzehe cusi hua tecuvua yahui), “Señora 13 Perro, Mariposa, Serpiente de Fuego”. (Escritura actual: Yya Se’e Kusi’ua Stykuva Ya’ui).

Sobre el jeroglífico toponímico: Ñoyoco (Alvarado Ñuu Yucu), “Lugar de la Hierba o del Arbusto”, el nombre mixteco de San Miguel Cuevas. (Escritura actual: Ñuu Nuu Yuku).

“Los indígenas de México
y de toda Mesoamérica,
poseían una verdadera vocación histórica y relataban y escribían historia”: 
Alfonso Caso,
Reyes y reinos de la Mixteca.

Antes de la llegada de los españoles a los pueblos y comunidades mixtecas, había muchos libros antiguos pintados a colores en los que nuestros antepasados narraban la historia milenaria de la vida familiar, cultural, social y política de los ñuu savi. La mayoría de esos libros fueron destruidos, quemados y desaparecidos para siempre a manos de los españoles. Solamente se conservan siete libros, todos los originales se encuentran en otros países y uno se encuentra en la ciudad de México pero ninguno está en manos de los descendientes de los ñuu savi.

Estos libros fueron escritos por experimentados indígenas; se calcula que los más antiguos fueron escritos hace cinco mil años y los más recientes, hace 600 años. Hay un libro ancestral perteneciente a Ñuiñe y por mi variante Ñu’u I´ni, región que ahora se conoce como Mixteca Baja. Es así como debería llamarse legítimamente este libro, ya que podría identificarse por el lugar en el que se escribió y no llevar el nombre de quienes lo compraron o robaron. Los especialistas lo describen así:

“El códice Egerton 2895 o Sánchez Solís es un libro mexicano antiguo, hecho de una tira de seis segmentos de piel de venado, unidos con pegamento y doblados en forma de biombo o enrollado. El grosor de la tira es de un promedio de 0.7 milímetros. En ambos lados hay figuras policromadas, pintadas sobre una fina capa de cal, acompañadas por glosas, escritas por diferentes personas en lengua mixteca con alfabeto español. El anverso tiene 16 páginas y el reverso 13, que han sido numeradas en el original con número arábigos en las esquinas superiores externas. Las dimensiones de cada página son 21.5 x 27.7 centímetros. Tanto las pinturas como los textos alfabéticos están en malas condiciones, lo que dificulta su lectura” (El Códice Egerton y Becker II. La gran familia de los reyes mixtecos: Ferdinand Anders, Maarten Jansen y Luis Reyes García, de la Comisión Técnica Investigadora. Akadesmiche Druckund Verlagsanstalt, Austria, y Fondo de Cultura Económica, México).


Cruce Tecun Uman-Ciudad Hidalgo, Chiapas. Foto: Prometeo Lucero

El libro debe leerse de izquierda a derecha y nos presenta una secuencia de parejas que forman la genealogía de un señorío específico. Generalmente vemos en primer lugar a un hombre, sentado como gobernante en un trono de piel de jaguar y luego, frente a él, una mujer con las piernas dobladas. El jeroglífico toponímico registra el lugar en donde pereció la esposa. Aquí se trata de la misma estructura que tiene el Códice Ñuu Na’a. Por la variante dialectal del mixteco usada en las glosas y por la ubicación de aquellos lugares de las esposas que sí se han podido identificar, se estableció que este libro histórico debe de haber pertenecido a un señorío de la Mixteca Baja.

El códice original se encuentra en el Museo Británico. Hasta el siglo XIX todavía estuvo en México, en posesión de Felipe Sánchez Solís (1816-1883), abogado y catedrático que sirvió en varios cargos públicos y escribió algunos estudios sobre la historia de México. Sus herederos vendieron el códice al freiherr (barón) Ernst Ludwig Karl von Waecker-Götter, plenipontenciario alemán en México, quien lo llevó a Berlín en 1883. Después de la muerte del barón en 1890 el documento llegó a manos de otro miembro del cuerpo diplomático alemán, cuya hija lo vendió al Museo Británico.

El Monte del Jaguar o Templo del Jaguar se encuentra dentro o cerca de la Mixteca Baja, pues hay varios pueblos cuyo nombre significa “lugar de la fiera”. Los candidatos más probables son Santa María Cuyotepeji (Ñuu Ñaña) perteneciente al distrito de Huajuapan de León, a 21 kilómetros al noroeste de la ciudad de Huajuapan, sobre la carretera a Tehuacán, Puebla, y Santa María Cuquila (Ñuu Kuiñe), del municipio de Santa María Asunción, Tlaxiaco, a 20 kilómetros de esta ciudad. Las primeras páginas tratan del origen milagroso y sagrado de la dinastía.

En dos páginas, el libro narra la historia de mi pueblo Ñuu Nuu Yuku. Habla de las bodas entre las personas que tenían autoridad de un pueblo a otro y demuestra que las mujeres en ese tiempo tenían poder igual que los hombres, es decir, pudieron gobernar y tenían propiedades, entre otros poderes. Podemos entender un poco de lo que algunos sacerdotes católicos trataron de escribir de acuerdo a lo que escucharon, como lo hizo Francisco de Alvarado en este caso. Traté de actualizar el documento lo más que se puede, porque fue un gran reto descifrar las palabras que se han perdido para siempre. En el libro había una página vieja que era difícil de entender, la mandé a una imprenta para reconstruirla y compararla con la antigua. Figuras 1 y 2

Así se llamaban nuestros antepasados antes y no con los nombres y apellidos que se usan ahora; esos nombres nos pueden parecer extraños e incomprensibles pero tienen un profundo significado que está conectado a la Madre Naturaleza y tienen que ver con los días y los años en que nacieron. Estos dos ejemplos nos dan una idea de que los gobernantes, reyes o reinas ñuu savi eran ricos porque estaban bien vestidos, tanto el hombre como la mujer se casaban cuando gobernaban algún pueblo y así creaban lazos de amistad con la unión de dos o más pueblos.


Albergue Saltillo. Foto: Prometeo Lucero

Me alegré mucho cuando supe de estas revelaciones en 2002 en Las Vegas, Nevada, en una conferencia sobre los códices mixtecos convocada por Nancy Troike e impartida por arqueólogos, antropólogos y estudiosos del tema. Dos años después, compré una copia del libro; desde entonces he estudiado los códices con el sueño de tratar de recuperar lo más que se pueda. Ese sueño ahora es una realidad.

Ñuu Nuu Yuku es una comunidad muy importante porque tiene dos cuevas, una es la más grande y está muy cerca del pueblo. Las cuevas para nuestros ancestros eran lugares sagrados, nosotros ahora seguimos respetando esta idea y  les llamamos Ve’e Cava que significa “lugar en donde habita el Dios de la Lluvia”, el patrón de toda La Mixteca. Sospecho que ahí se hacían grandes celebraciones con muchos pueblos vecinos, como se sigue haciendo estos días para pedir agua para la vida de la humanidad. Sería una de las principales razones por las que aparece en el libro antiguo de nuestros antepasados.

Para todos los que nos reconocemos como ñuu savi, descendientes de la cultura milenaria, ahora con la migración en masas gigantescas hacia México y los Estados Unidos, es un honor y mucho orgullo aprender sobre los conocimientos, talentos y visiones que tenían nuestros antepasados. Todo esto nos debe de llenar de orgullo, valorar más lo que somos y no avergonzarnos por nuestras sangre, cultura, idioma y estatura. Es hora de levantar nuestra autoestima que cayó cuando llegaron los españoles a estas tierras.

En Santa María Asunción, Tlaxiaco, y Santa María Cuyotepeji hay un cerro que se llama el Monte del Jaguar; en muchas comunidades más de las Mixtecas Baja, Alta, la Costa y las de Guerrero y Puebla, también existen montañas a las que un día se les dio un carácter sagrado. El jaguar es nativo de la región, símbolo que usaban los reyes y reinas mixtecas. Cada trono de ellos eran figuras y decoraciones del jaguar; en mixteco se llama Sti Kuin, en la variante que yo hablo, y es un símbolo de liderazgo, autoridad y respeto de mando. Por supuesto que no cualquier persona podría usar el símbolo sino que era por decisión de la misma gente de la comunidad.

“No me parece justo, después de haberles quemado sus
libros de historia, declarar que no la tenían”:

Alfonso Caso

Rufino Domínguez Santos ha sido dirigente del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB) y actualmente dirige el Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante.