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Habla en entrevista de Álbum Iscariote

Cuestiona Julián Herbert la idea de poesía en México
 
Periódico La Jornada
Domingo 9 de marzo de 2014, p. 6

Escribir es más que un medio de subsistencia para Julián Herbert (Acapulco, 1971). Asegura que se trata de una acción y un espacio que lo reafirma como ser vivo y como humano, un impulso vital mediante el cual puede apropiarse de lo real y lo imaginario de manera más intensa.

Para mí, escribir tiene una parte espiritual, pero también otra profesional, porque a eso me dedico. Hay muchas razones por las que lo hago, pero la más importante es que ninguna cosa en el mundo, ni siquiera el sexo, me hace sentir tan vivo como esto; me da la sensación de estar vivo de manera más intensa, explica.

Cuentista, novelista, poeta, ensayista y ahora también compositor, cantante, periodista y guionista, el autor guerrerense, en cuyo currículo figuran importantes premios literarios, precisa lo anterior en entrevista a propósito de la aparición de su más reciente libro, Álbum Iscariote, coeditado por Era y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

Se trata de un poemario singular, concebido a partir de la idea de un álbum temático para coleccionar, como aquellos de estampitas que uno acostumbraba atesorar en la infancia, fuesen de superhérores, películas, deportistas o luchadores.

Y es singular no sólo en cuanto a su contenido y sus formas, sino porque en este volumen el escritor juega, provoca e invita al lector a acercarse de manera diferente al hecho poético.

Elementos visuales

Para ello se vale del empleo de diferentes tipografías, la inclusión de gráficas, fotografías, dibujos y manchas de colores, así como de referencias y citas bibliográficas de diversas fuentes y de canciones populares.

Pareciera un libro como de piezas sueltas, pero está concebido de esa manera para que dé la apariencia de un álbum de estampas, como los que coleccionábamos cuando niños. Por eso tiene ese contenido visual y en su título la palabra álbum, explica.

El otro aspecto, lo de Iscariote, tiene que ver con la idea de la traición, que, junto la infidelidad, son temas que se repiten mucho en lo que escribo. No es algo que yo programe, sino algo que me obsesiona.

Ganador de los premios Nacional de Literatura Gilberto Owen, en 2005; Nacional de Cuento Juan José Arreola, en 2006; el Jaen de Novela, en 2011, y el de Novela Elena Poniatowska, en 2012, Julián Herbert se vale de Álbum Iscariote para lanzar una crítica a la manera de entender y asumir la poesía en México.

Me interesaba mucho la idea de hacer un álbum que traicionara o cuestionara de algún modo el concepto de lo que normalmente se entiende como poesía en México. Y me refiero a la nuestra, porque creo que somos un país conservador en la manera de leer poesía, la validez de las ideas que prevalecen sobre ella en la vida cotidiana, aclara.

Considera al respecto que prevalece una confusión entre lo que es el sentimiento y la sinceridad dentro de la poesía, al tomar únicamente como honesta y válida aquella que suena o es sentimental.

Creo que hay una confusión y una falsificación, porque casi siempre te dicen que cuando alguien es sentimental es sincero y honesto, como si no se pudiera falsificar el sentimiento. Es como creer que todo güey que le dice a su novia que la ama realmente lo haga; sabemos que no es así, que hay mucho mentiroso, agrega.

También puede haber gran sinceridad en la poesía vista desde la perspectiva intelectual y, no quiero que suene a pedantería, lo digo porque la inteligencia es también una experiencia. La reflexión nos pasa a todos, es parte de nuestra vida cotidiana. Y eso es lo que busca demostrar este libro.

La paternidad, la familia, el paso del tiempo, el oficio de poeta son parte de los paisajes humanos en los que profundiza el autor en este volumen. Ello no significa que le sea ajena o indiferente la realidad política y social de nuestro país, a la cual aborda desde una perspectiva no tan directa ni literal.

No quisiera hacer una literatura chantajista en cuanto al tema de la violencia, por ejemplo. No es mi interés, pero tampoco despegarme del mundo, el país y las circunstancias en las que vivo, señala Herbert.

“No quería prescindir de hablar de la vida cotidiana, hacer una poesía ajena de lo que nos ocurre. Mi tema nunca ha sido la pureza de la escritura, sino la impureza. Tampoco podía traicionar hablar de lo social, pero no me interesa hacerlo de manera directa. En mi experiencia, los lenguajes demasiado directos de lo que está pasando en el país falsean la realidad.

Es decir, el excesivo testimonio sobre la violencia en México, sobre todo en la poesía, ha generado mala poesía y poetas que se creen representantes de algo, y es algo bien peligroso, falso. Eso es lo que hizo que los poetas de la ex Unión Soviética, por ejemplo, se convirtieran en la mierda que fueron al final. Lo único que les interesaba era dar discursos en la plaza.