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Ha realizado viajes desde Venezuela para buscar a los asesinos y denunciar a las mafias

“No quiero que mi hija sea un feminicidio de los miles que hay en México”: Íngrid Arenas
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 9 de marzo de 2014, p. 17

Guadalajara, 8 de marzo.

Quédese tranquila. No hable. La pueden matar, le dijo un policía a Íngrid Arenas, madre de la modelo venezolana Daysi Yeniree Ferrer Arenas, asesinada de tres tiros en la cabeza, un crimen que sigue impune: “Mi hija no puede ser un feminicidio más de los miles que ocurren en México y nunca se resuelven”.

La modelo fue secuestrada por 15 hombres que se identificaron como policías federales y se la llevaron del bar La Galería, donde estaba con un grupo de amigos. Al tercer día, el 18 de diciembre de 2012, apareció muerta en un terreno baldío en el cruce de las calles Hacienda Santiago y Hacienda La Aurora, en la colonia Lomas de Oblatos.

Desde entonces, Íngrid Arenas se ha convertido en detective y ha logrado exhibir una red de trata de mujeres desde Venezuela a Guadalajara, liderada presuntamente por políticos y el cártel de la droga que domina la plaza, hechos que ya investiga la Oficina Nacional contra la Delincuencia Organizada y Acciones contra la Trata de Personas de Venezuela.

Que se detenga a los enganchadores y a los tratantes que están en Guadalajara. A mí me la quitaron, como quiera la recuperé, pero hay tantas madres que no saben nada de sus hijas. Si el asesinato de mi hija va a servir para recuperar a todas estas muchachas, yo estoy dispuesta a seguir investigando, dice en entrevista con La Jornada.

Residente en Valencia, Venezuela, Arenas ha pasado largas temporadas en México para seguir investigando el crimen y ha contabilizado a una veintena de jóvenes venezolanas con nombres y apellidos que viajaron a Guadalajara, luego de ser contratadas, como su hija, por una agencia de modelos.

Hay un enganchador. A las muchachas contratadas les ofrecían 100 dólares por cada muchacha que llevaran a Guadalajara. A mi hija se los ofrecieron. Ella se puso a buscar muchachas de Valencia. Querían un grupo para trabajar en el bar Bandidas y otro grupo, a La Mala Noche, los dos ubicados en Guadalajara.

Entre los dueños y prestanombres de los dos table dance estaba Iván Martínez Macías, quien fue asesinado hace mes y medio en Guadalajara. Ambos giros negros continúan abiertos a pesar de los hechos de violencia: Nos dicen que entre los dueños de los antros están Martín y Eugenio, hermanos del ex gobernador panista Emilio González Márquez, pero con prestanombres como Alejandro Siqueiros. Sabemos que detrás del asesinato de Daysi hay gente pesada, por eso no lo han resuelto y porque sigue operando la red de trata de mujeres y varones desde Venezuela a Guadalajara, dice la periodista de investigación, Criss Monterrey, tía de la modelo y de nacionalidad venezolana.

Las venezolanas no sólo son enganchadas en Caracas, sino en ciudades del interior del país, como Valencia: He contado a 20 muchachas con nombres y apellidos, pero hay muchas más. Cuando ellas llegaron a Guadalajara vivieron en una casa con muchas de ellas. Y les quitaban el pasaporte, comenta Arenas.

Daysi estudiaba la carrera de arquitectura en Valencia y trabajaba como modelo y edecán. Un día le dijo a su madre: Me sale un contrato de tres meses para trabajar como modelo en Guadalajara.

Ingrid dice que se lo permitió porque se veía realmente entusiasmada con la oferta laboral: Esa vez se fue un lote de siete muchachas, amigas que mi hija consiguió.

La estancia de Daysi se prolongó por más de dos años: Empezó a trabajar de mesera en el bar Bandidas. Hacían concursos y shows, pero un día me dijo que ya no le gustaba trabajar allí.

La joven le dijo: Antes la cosa era chévere porque nadie se te podía acercar, pero ahora esta llegando mucha gente extraña, gente que no me agrada, gente pesada. Yo no quiero que se vayan a equivocar conmigo, porque yo acá no vine a eso. Prefiero irme.

El concepto de los giros negros es de un simple bar, aunque en realidad funcionan como burdeles, ya que las chicas que atienden las mesas, bailan y después se van con los clientes a ofrecerles servicios sexuales, según los testimonios recabados por Arenas y la Fundación Find en Guadalajara.

En esos lugares había trata de blancas. Ella me dijo que había un señor que le mandaba flores, un señor poderoso, alguien pesado la estaba acechando, dice.

Para Arenas, en esta red de trata las mujeres venezolanas enganchadoras también juegan un papel importante, principalmente las que su hija consideraba amigas, que además algunas fueron testigos del secuestro y aún mantienen un silencio cómplice sin haber sido llamadas a declarar por la autoridad. Se trata de Lucy Carolina Angulo, Hirosaya García Banessa Hernández, Ary Hurtado, Zuleika Valenzuela, Yessica Fernández, Saraly Madrid, Lisyina Dealmeida, y Victoria Comas, algunas ya volvieron a Venezuela y están siendo investigadas por las autoridades de aquel país, señala: ¿En qué mundo estaban ustedes?, les digo cuando hablo con ellas. Estaban metidas en la cueva y ninguna se dio cuenta que era lo que estaba pasando allí. No se los puedo creer”.

Añade: No es justo que anden por la vida viviendo tranquilas cuando ellas saben quién asesinó a mi hija, pudieron hacer un retrato hablado de sus agresores, ya que Hirosaya me comentó que ella peleó con uno de ellos y cuando le dije que si podía hacer un retrato hablado se puso muy nerviosa y me dijo que no, porque todo ocurrió rápido.

Tres meses después del asesinato, la Procuraduría General de Justicia de Jalisco detuvo a cinco sicarios integrantes de un cártel de la droga, que confesaron el crimen. Las autoridades señalaron que con la misma arma que asesinaron a Daysi, también ejecutaron a Juan José Gallegos, secretario de Turismo.

¿Cómo es posible que a mi hija la maten con la misma arma que asesinaron al secretario? Resuelven su asesinato, pero ¿por qué el caso de mi hija no lo han resuelto? ¿Qué es lo que esconden? Los detenidos son sicarios, ¿y el autor intelectual? Eso no se los puede creer nadie. No quieren resolverlo. Alguien pesado hay allí que están tapando y está claro que tiene que ver con esta red de trata de mujeres venezolanas a Guadalajara, donde están involucradas autoridades, funcionarios y políticos”.

El gobierno de Aristóteles Sandoval guarda silencio, también las nuevas autoridades judiciales. La familia de Daysi ha sido ignorada por el nuevo equipo de gobierno. Arenas dice que insistió para hablar con Óscar Manuel Rivera Escamilla, el agente del Ministerio Público adscrito a la División de Asuntos Especiales y Homicidios encargado del caso: Para atenderme la primera vez tardó 15 días, sabiendo que yo no era de México, nunca me dio un adelanto de lo que pasó, más bien en mi presencia quiso ensuciar a mi hija, le pedí pruebas que eso era así y nunca me las presentó.

Las autoridades iniciaron una campaña de desprestigio contra la víctima: “La quisieron enlodar, primero dijeron que era novia de un narco de un cártel, después cuando yo pelee duro, me querían intimidar. Luego dijeron que su crimen fue pasional. Después dijeron que era trabajadora sexual. Me la quitaron, me la mataron y me la quieren ensuciar y eso no se los voy a permitir”.

Para su tía, Criss Monterrey, el caso debe ser resuelto sin importar consecuencias: Son políticos como los hermanos del ex gobernador que tienen que ver con el negocio de trata, agarraban muchachitas para sus fiestas privadas. A todos los involucrados los están matando. ¿Quién está detrás de la red de trata de mujeres de Venezuela? El asesinato de mi sobrina es sólo 2 por ciento de lo que hay detrás.