Opinión
Ver día anteriorMartes 18 de marzo de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Ciudad Perdida

Línea 12, falla técnica

Pretexto para el golpeteo

Correcciones a fondo

E

s algo mucho mayor que un supuesto pleito entre dos políticos. Más, desde luego, que las venganzas anunciadas, aunque menos, eso sí, que los robos cometidos por Oceanografía y las implicaciones políticas que tiene ese hecho. Y es que el asunto de la Línea 12 del Metro debe ser resuelto en su sentido técnico, porque allí, en ese modo de transporte, se juega la vida de muchas personas. Luego se podrán dirimir las diferencias en lo personal.

Aunque hay quien afirma que más allá de la última estación del Metro existe una pugna que se ha mantenido bajo tierra, pero que cada día se va haciendo más evidente, Televisa, aseguran, encontró el mejor pretexto para atacar a las empresas de Carlos Slim, y sin correr muchos riesgos busca culparlo, es decir, a Carso, de las fallas y los desperfectos en la construcción de la Línea 12.

El problema, para ir por partes, es que en el tramo elevado de la llamada línea dorada no hay remedio. No se trata de infundir miedo a los usuarios, a fin de cuentas esa parte ya está cerrada, pero debemos ser claros: el tramo llamado ese, es decir, la serie de curvas cuyo perímetro es menor al que establecen las normas de seguridad internacionales, y que ha llevado al desgaste desigual de las ruedas de metal y la ondulación de las vías, no puede ser nada más parchado.

Si el trazo de esas curvas permanece como hasta ahora, el problema que motivó el cierre del tramo elevado volverá a aparecer, por lo que debe ser modificado, lo que quiere decir que las curvas deben ser reconstruidas. Vamos, tirarlas y volverlas a construir; además, componer las vías y dar al trazo lo que las normas establecen.

Todo eso significa dinero, mucho dinero; más del que ya se ha invertido y que sale de los impuestos de los ciudadanos, el cual es vigilado por la Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de la Función Pública, que ha buscado, esta última, que se justifiquen por lo menos 4 mil millones de pesos que debieron ser invertidos en obras específicas.

Esta investigación, la que lleva a efecto la Secretaría de la Función Pública, dio por buenas las cuentas que se le exhibieron por más de 3 mil millones de pesos, pero hasta ahora otros mil millones no han podido ser justificados y son, al parecer, la piedra en el zapato de las autoridades del sexenio que pasó, aunque la gente encargada de rendir buenas cuentas a la Federación asegura que esos fondos fueron utilizados en rubros que no son los que en un principio se dijo que se invertirían.

No obstante, afirman que no existe ningún problema legal con la asignación de esos recursos, aunque en la Secretaría de la Función Pública no hay tanta seguridad porque los fondos estaban, para decirlo de algún modo, etiquetados; es decir, se debieron haber usado en lo que se había convenido y en ninguna otra cosa.

Total, entre lo que costó la obra y lo que se tendrá que invertir para ponerla en circulación nuevamente en su totalidad, más los otros gastos con que se pretende ayudar a los usuarios que no pueden viajar en el tramo cerrado, este Metro será uno de los más costosos del mundo. Ahora que en una de esas el consorcio constructor se hace cargo de componer y pagar por todo lo que hizo mal, y no habrá necesidad de que el dinero de los contribuyentes se diluya en el rescate de la línea dorada. ¡Aguas!

De pasadita

A lo mejor no es más que otro de los buscapiés que de vez en vez se lanzan para acalambrar a algunos funcionarios mal portados, pero se dice que a finales de mes, cuando muy probablemente quede lista la reforma política del Distrito Federal, el jefe de Gobierno de la ciudad, Miguel Ángel Mancera, haga algunos ajustes en su gabinete. Nos comentaron de cuando menos un par de funcionarios que no tienen defensa. En la Secretaría de Medio Ambiente sale Tania Müller, a la que le faltan siglos para ser una funcionaria a la altura que requiere el Distrito Federal, y sin ir más allá, el otro nombre que se escucha es el del titular de Transportes y Vialidad, Rufino H. León, a quien nadie se atreve a defender. ¿Por qué será?