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El poeta ecuatoriano Mario Campaña escribió un libro que abarca de Sade a Jim Morrison

La calle propone lo que exigieron los escritores malditos: cambiar la vida

Son nuestros contemporáneos, al reclamar una reforma moral profunda del mundo, dice

 
Periódico La Jornada
Martes 25 de marzo de 2014, p. 7

Los escritores malditos, como Charles Baudelaire y Arthur Rimbaud, son nuestros contemporáneos, pues plantean y exigen una reforma moral profunda del mundo; cambiar la vida entera. Eso es muy radical, no lo propone nadie, ni siquiera Marx, señala Mario Campaña (Guayaquil, 1959), autor del libro Linaje de malditos: de Sade a Jim Morrison.

Para el poeta ecuatoriano, que desde hace 22 años radica en Barcelona y sus alrededores, hoy la calle es la que propone: “En las protestas callejeras que hay en España, los acorralamientos y las persecuciones a los ministros en Egipto y Ucrania, no sólo quieren que suban los sueldos, que renuncie la autoridad, sino que hablan de cambiar la vida, una proclama de Rimbaud, porque el aire que respiramos es venenoso.

Nuestras metas son difusas, terminamos nuestras vidas frustrados, amargados o avergonzados de nosotros mismos porque nos hemos traicionado. Aunque superficialmente se piense que eran amorales, en realidad los escritores malditos son grandes moralistas.

La pregunta ética que Campaña se hizo hace mucho y que lo persiguió durante años en su adolescencia y juventud, fue ¿cómo tenemos que vivir los seres humanos para satisfacer nuestros deseos y sentirnos bien?, en la medida que hoy por hoy no tenemos metas comunes, colectivas, sino individuales, pero la existencia no lo es.

Campaña quiso responder a su pregunta, no con su propia experiencia, sino con otras extremas y, por tanto, la vida de un grupo de escritores que dieron respuestas precisas, claras y radicales.

Primero, le interesó la vida de los rebeldes y escribió un libro biográfico sobre Francisco de Quevedo. Sin embargo, en la medida que quiso saber cómo los denominados malditos han afrontado dichas preguntas, se dedicó a Baudelaire –su biografía del poeta francés se considera la mejor en español. Continuó hasta investigar ‘‘la vida y obra de toda la estirpe” que desembocó en el presente volumen (coeditado por Random House Mondadori/Conaculta, 2013), que vino a México para promocionarlo.

Vidas desgarradas, pero humanas

Linaje de malditos también incluye a Edgar Allan Poe, Isadore Ducasse, Antonin Artaud, William Burroughs, Charles Bukowski, aunque no lo considera ni maldito ni rebelde, sino más bien conservador, y Leopoldo María Panero, fallecido el pasado 5 de marzo. Pero, ¿qué es lo que hace un escritor rebelde para que se le llame maldito? Primero, es la identificación que ha hecho de la existencia del mal en la historia de la humanidad, de las vidas individuales y en la misma naturaleza. Luego, la asunción de la realidad del mal como el eje de su obra literaria y, finalmente, todos ellos eligen el mal para su propia vida.

Mario Campaña precisa que el tema es muy complejo. Hablar del mal obliga a hacerlo del bien, conceptos que los escritores invierten. Lo que la sociedad moderna llama bien, es el mal en realidad, y viceversa. Si en la sique humana radica una parte oscura, allí también está la parte soberana de los seres humanos. Entonces, los malditos dicen, esta es una parte muy valiosa. De aquí nace mucho de la vida, y el bien quiere desaparecer esta parte del caos, desorden, lo irracional y las pasiones.

Los personajes tuvieron vidas desgarradas, valientes y radicales, pero, cuidado, vidas humanas. Hay muchas leyendas sobre los escritores malditos que hacen pensar que ellos están más allá de la realidad cotidiana de todos nosotros y no es verdad. Negociaron con todo como todos hacemos, con su vida, la de otros, y con la moral. Fueron como todos nosotros, pero el haber elegido al final la caída en definitiva amplió considerablemente el espacio moral de la sociedad de hoy en que vivimos y esa es nuestra deuda. Se lo debemos a ellos, han cambiado la civilización.