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¿Stop a las células STAP?
F

ue un ascenso muy vertiginoso y espectacular, al que siguió de inmediato la caída.

Pero, ¿se trata en realidad de una caída?

El grupo encabezado por Haruko Obokata del centro Riken de biología del desarrollo en Kobe, Japón, publicó el 29 de enero en Nature dos trabajos en los cuales muestran que las células adultas del ratón, sometidas a estrés (por ejemplo, el cultivo en un medio ácido o la presión mecánica sobre la cubierta externa) pueden reprogramarse hasta un estado embrionario, lo que las convierte en pluripotenciales (células troncales o madre), es decir, capaces de transformarse en diferentes tipos de células especializadas; un proceso al que se le ha llamado inducción de pluripotencia disparada por estímulos o STAP (por sus siglas en inglés).

Transcurrieron sólo unos días luego de la publicación de estos trabajos, cuando los resultados fueron refutados por diversos investigadores y grupos en diferentes partes del mundo, al argumentar, entre otras cosas, la duplicación de algunas imágenes y la imposibilidad de reproducir los hallazgos reportados. Esto ha dado lugar a un fenómeno muy interesante, que consiste en el surgimiento de pronunciamientos, cartas y blogs orientados a desacreditar y destrozar a la autora de los trabajos citados y a sus colaboradores, hurgando incluso en su pasado.

Se ha desatado un escándalo en el que, desde luego, no han faltado las acusaciones anticipadas de fraude…Es como lanzar un trozo de carne a una jauría hambrienta.

El humo de las hogueras que se han encendido e impide ver los hechos con claridad, nubla la posibilidad de actuar racionalmente y con objetividad para entender qué es lo que realmente está pasando.

No hay que olvidar que entre los autores de estos trabajos figuran científicos que cuentan con una importante trayectoria y gran reputación, quienes difícilmente hubieran consentido la invención o alteración de resultados, como es el caso de Teruhiko Wakayama, reconocido experto en clonación de la universidad Yamanashi, en Japón, y coautor de los dos artículos publicados en Nature.

Una de las críticas que se hacen al trabajo de Obokata es que aparentemente existe la duplicación en algunas de las figuras publicadas, las cuales, de acuerdo con sus detractores, se quieren hacer pasar como provenientes de experimentos diferentes. Al respecto, Wakayama ha dicho que las figuras que muestran la placenta (en los embriones de ratón) efectivamente se parecen, pero puede tratarse de una simple confusión, pues él envió a su colega (Obokata) más de 100 imágenes y sugiere que hubo dudas sobre cuáles usar. En un artículo de David Cyranoski, publicado el 18 de marzo en la sección de noticias de Nature, Wakayama agregó que, sin embargo, están investigando este problema. Hay que leer entre líneas la declaración de Wakayama (quien no da paso sin sandalia), pues al hablar de un centenar de imágenes el mensaje que transmite es que se realizaron múltiples experimentos en los que se observa la formación de la placenta.

Otra de las críticas consiste en que diversos especialistas no han logrado reproducir los resultados, pero la mayoría de los intentos que se han hecho han sido en células distintas a las empleadas por Obokata y sus colaboradores.

Como sea, el centro Riken inició en febrero una investigación, cuyos primeros resultados se dieron a conocer el 14 de marzo en una conferencia de prensa en la que estuvo presente el director de ese centro y premio Nobel, Ryoji Noyori. Se dijo que varias de las acusaciones (alteración de una imagen y un supuesto plagio en la sección de métodos) se estaban investigando, sin embargo el panel adelantó que no encontró indicios de fraude. Tampoco dio respuestas claras sobre si el procedimiento para la STAP es real.

De acuerdo con una nota reciente de Cyranosky –del cual he tomado varios de los datos anteriores por tratarse de una fuente que representa los intereses de Nature, aunque no simpatiza mucho con Obokata–, un miembro del panel de Riken, Masatoshi Takeichi, solicitó a los autores principales que retiraran los artículos, a lo que habían accedido, aunque luego en una declaración señalaron que estaban discutiendo con los autores externos esa posibilidad.

Entre los colaboradores externos se encuentra Charles Vacanti de la escuela de medicina de Harvard, quien ha dicho que no tiene intención de retractarse si no hay evidencia convincente de que los datos son incorrectos. Por su parte, Wakayama, quien participó en los estudios inyectando las células STAP en embriones de ratón, ha enviado estas células a un instituto independiente para hacer el análisis de las mismas. Otro de los coautores, Hitoshi Niwa, está repitiendo los experimentos.

En síntesis, hasta ahora los autores no han retirado sus artículos, ni la revista se ha retractado de los mismos. Hay una investigación abierta al mundo, en la que participan algunas de las mentes más brillantes en este campo de la ciencia. Puede ser que se encuentre alguna conducta indebida o no, pero quizá este proceso se convierta en una oportunidad que nos permita entender mejor algunos aspectos de la biología del desarrollo.