La violencia obstétrica constituye una violación a diversos derechos humanos de las mujeres y forma parte de una problemática estructural, nacional y local. Además, continúa siendo un problema invisibilizado y poco tratado por las autoridades mexicanas, advierte el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE)

En el informe Omisión e indiferencia, derechos reproductivos en México, señala que este tipo de atropellos se relacionada con la falta de respeto por la autonomía de las pacientes y su derecho a la información, insuficiente atención y acceso de las mujeres a servicios de salud reproductiva de calidad, así como a deficiencias del sistema social de salud para atenderlas durante el embarazo, el parto y posparto.

De acuerdo con el documento, la falta de clínicas, centros de salud, sobrecupos en las camas e información de las mujeres sobre sus derechos reproductivos, se debe entre otras cosas a las secuelas de los vacíos presupuestales y deficiencias en la gestión de los recursos.

Esta problemática se agrava en casos de mujeres en situaciones de mayor riesgo de que se vulneren sus derechos por su condición de etnia, estatus económico y edad, tales como mujeres indígenas, marginadas, niñas y adolescentes.

En términos de la legislación, refirió GIRE, existen vacíos importantes que deberían atenderse. Por ejemplo, en casi la mitad de las leyes locales de salud no se prohíbe explícitamente la esterilización forzada y no se establecen sanciones adecuadas. La esterilización forzada tampoco está prevista en la mayoría de los códigos penales locales, lo cual sería fundamental para lograr su correcta penalización.

Considera que la información proporcionada por las instituciones públicas da cuenta de que sólo los casos más extremos de violencia obstétrica se denuncian, e incluso la mayor parte de éstos siguen en la impunidad. Las sanciones administrativas, que representan una alternativa a las sanciones penales, parecen no aplicarse a este tipo de conductas.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 indica que México ocupa el cuarto lugar a escala mundial –debajo de China, Brasil y Estados Unidos– en la práctica de cesáreas sin indicación médica. Asimismo revela que ha habido un incremento de 50.3 por ciento de la práctica de cesáreas en los últimos 12 años. En el sector público se incrementó en 33.7 y en el privado en 60.4 por ciento.