Opinión
Ver día anteriorViernes 4 de abril de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
De nuestras Jornadas

Cambio climático y pérdida de playas

L

a privilegiada ubicación geográfica de Veracruz, con unos 700 kilómetros de costas, un tercio de los escurrimientos de agua del país y una naturaleza generosa que permite lograr prácticamente cualquier cultivo, podría ser también la región del país más vulnerable al cambio climático, cuyos efectos se agudizaron de manera notoria en los 10 años recientes con la aparición de tormentas tropicales y huracanes de inusual fuerza.

Ahí quedan como no tan lejano recuerdo las inundaciones hasta de cuatro metros de altura en las calles de la histórica ciudad de Tlacotalpan, en septiembre de 2010, cuando las aguas del Papaloapan se desbordaron sobre una extensa zona del sur, lo que dejó graves daños a la agricultura y a la infraestructura de vivienda y carretera.

Otra actividad afectada por el calentamiento global es la agricultura, principalmente la producción de café. La zona centro del estado es una de las franjas idóneas para la siembra y cultivo de grano con calidad de exportación. Sin embargo, en los 10 años recientes las plagas, el aumento de la temperatura, la disminución de la humedad y la pérdida de cobertura vegetal hicieron caer en una profunda crisis económica a miles de familias campesinas, que están abandonando ese cultivo.

En las zonas costeras es evidente la pérdida de playas. De acuerdo con el Centro de Estudios y Pronósticos Metereológicos de Protección Civil, al menos 26 de los 29 municipios costeros están perdiendo aceleradamente decenas de metros de arenales.

Los reportes de la dependencia han dado a conocer que se trata de un fenómeno generalizado en el estado, excepto en la parte norte, desde Tecolutla, donde casi no hay pérdidas; sin embargo, en la zona centro, en particular en el municipio de Alvarado la situación es compleja, pues el mar se está comiendo las playas, lo que ha dejado sin sustento a cientos de familias que viven del turismo.

Por lo pronto, las autoridades han instalado escolleras para recuperar terrenos ganados por el mar, un paliativo ante un fenómeno que ha hecho que el nivel del mar en el puerto jarocho haya aumentado nueve centímetros en 50 años.