Después de tres semanas de haber sido aprobada su creación, ayer finalmente se instaló la comisión especial para la atención y seguimiento del caso Oceanografía y el PAN, por conducto de Roberto Gil Zuarth, dejó en claro que están con el ánimo de que ‘‘se despeje cualquier duda o sospecha sobre la conducción de las administraciones panistas’’, pero exigen que no haya ‘‘linchamientos mediáticos’’.

Gil Zuarth sostuvo que tienen que ocuparse de las denuncias sobre tráfico de influencias en el otorgamiento de contratos de Petróleos Mexicanos (Pemex) a Oceanografía, pero también qué falló en los controles gubernamentales en la administración de Enrique Peña Nieto, que permitieron un fraude de 580 millones de dólares de la naviera a Banamex.

Por ello, dijo, ‘‘hay una especie de pánico crediticio’’ que está impactando a otras empresas mexicanas proveedoras de bienes y servicios al gobierno federal.

Por su parte, la senadora del PRD Dolores Padierna, secretaria de esa comisión, advirtió que la instancia no será inútil, sino debe trabajar para reunir la información necesaria sobre el desvío de recursos a Pemex a través de Oceanografía, a fin de que se haga justicia y se acabe con la corrupción en la paraestatal. El fraude a Pemex es por más de 100 mil millones de pesos, resaltó.

A su vez, la senadora del PRI Lizbeth Hernández Lecona, quién preside el organismo –en sustitución de Arely Gómez, que renunció a esa responsabilidad por el parentesco de su esposo con uno de los implicados en el caso–, aclaró que no se trata de una instancia investigadora o sancionadora. En los próximos días, dijo, se definirá la ruta crítica para los trabajos.