Sociedad y Justicia
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Nos cambió la vida, coinciden miembros de la primera generación

Asombro era la palabra que usaban los alumnos para referirse al nuevo espacio
 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de abril de 2014, p. 37

El inicio de actividades en Ciudad Universitaria (CU) y el cambio que representó para la comunidad trasladarse hasta ese punto tan lejano de la capital, sólo podía ser narrado por los protagonistas de aquellas generaciones.

El nuevo territorio puma nos cambió la vida. Desde los desplazamientos para llegar hasta el disfrute y goce de pasar nuestros días entre amplios espacios abiertos, murales de renombrados artistas, modernas aulas y laboratorios de enseñanza, recordó Montserrat Gispert, quien estudiaba biología y a quien tocó vivir la mudanza del Barrio Universitario, en el Centro Histórico, al predio enclavado en el Pedregal, durante la ceremonia conmemorativa por los 60 años de actividades de ese campus.

Asombro era la palabra que entonces usaban los estudiantes para calificar su sentimiento hacia la magnificencia de los espacios de CU, a los murales de artistas de la talla de Diego Rivera, David Alfaro Siqueros, Juan O’Gorman, José Chávez Morado y Francisco Eppens.

Cabe recordar que los alumnos de biología veníamos de estudiar en una vieja casona, ubicada en la calle de Ezequiel Montes, cuyas escaleras de madera crujían bajo el peso de nuestros pasos, rememoró Gispert.

Gabriel Moreno, hoy profesor en la Facultad de Ingeniería, señaló que en la generación de 1954 había 900 hombres y una sola mujer en su disciplina. Todos pensábamos que nuestra carrera era la más importante; por eso, el primer día que puse un pie en CU, al ver el edificio más espectacular, pensé que era la Escuela Nacional de Ingeniería, pero resultó ser la Rectoría.

Manuela Garín de Álvarez, profesora emérita de la Facultad de Ingeniería, revivió su época de estudiante en los años 30 y 40 en los pasillos de las viejas casonas del Centro Histórico, y cómo, siendo una novel profesora, en la década de los 50 llegó a CU.

A sus 100 años, la maestra, una de las primeras matemáticas formadas en México, no podía faltar a los festejos por las seis décadas de labores del campus del Pedregal. Sólo recuerdo que era hermoso llegar a CU.

Con 61 años de antigüedad como trabajador administrativo en la institución, Luis Espinosa afirma sentirse parte de la formación de miles de estudiantes. Mi labor ha contribuido a que 61 generaciones lograran realizar sus metas, por ello considero que mi vida ha sido útil.

Para el arquitecto Flavio Salamanca, el inicio de cursos en CU representó una nueva era para la educación superior de México. A él le tocó la transición del Barrio Universitario al territorio puma del sur de la ciudad. Aquella primavera de 1954 fue extraordinaria.