Opinión
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México SA

Conasami, ignominiosa

Inflación vs. minisalarios

Poder adquisitivo prófugo

P

ara ser una institución que, según afirma, propicia equidad y justicia entre los factores de la producción y respeta la dignidad del trabajador y su familia, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) ha resultado un sonado fracaso para quienes dice respetar, aunque rotundamente exitosa en la defensa de los intereses patronales.

Aunque dicha institución comenzó operaciones en 1962, el registro documentable para efectos comparativos empieza desde 1969. Así, entre este último año y febrero de 2014 el salario mínimo general promedio se incrementó poco más de 271 mil por ciento (cifras de la Conasami), pero en igual periodo la inflación aumentó cerca de 700 mil por ciento (cifras del Inegi), de tal suerte que en términos reales los precios crecieron a un ritmo 2.6 veces superior al del mini ingreso. De ese tamaño ha sido el respeto mostrado por la citada comisión y su consejo de representantes a la hora de determinar cuánto avanzará el salario mínimo.

Lo anterior viene a colación por la nota principal de La Jornada en su edición de ayer (bajo la firma de Patricia Muñoz), en la que se subraya que la Conasami es inútil y onerosa, amén de que anualmente gasta 28 millones de pesos en estudios que no aplica, mientras su presidente, Basilio González, cada año se embolsa un sueldo, más prestaciones, cercano a 3 millones de pesos. Lo mejor del caso es que la institución procura asegurar la congruencia entre lo que establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos con las condiciones económicas y sociales del país.

Pero más onerosas han sido las decisiones en contra de los trabajadores. En 1991 Carlos Salinas de Gortari designó a Basilio González como presidente de la Conasami. Ya en el puesto (en el que se ha eternizado), de inmediato demostró por qué lo eligieron: su primera decisión, de la mano del consejo de representantes, fue no incrementar el salario mínimo en 1992, año en el que la inflación fue cercana a 12 por ciento. Y de allí en adelante, para los respetados mexicanos y sus familias, sólo pérdidas.

De diciembre de 1991 a igual mes de 2013 el aumento acumulado al salario mínimo general promedio fue de 422.52 por ciento (de 12.08 a 63.12 pesos, de acuerdo con la información de la Conasami, o lo que es lo mismo 2 pesotes con 32 centavos por año, también como promedio). Por el lado de los precios, en igual periodo la inflación se incrementó 631.34 por ciento (la cifra es del Inegi), de tal suerte que en términos reales el poder adquisitivo del mini ingreso registró una merma cercana a 50 por ciento.

En ninguno de los últimos cinco gobiernos, todos ellos de corte neoliberal, el aumento salarial ha rebasado el crecimiento inflacionario. En número cerrados, con Miguel de la Madrid la inflación acumulada en el sexenio fue de 3 mil 632 por ciento, mientras el aumento salarial fue de mil 534 por ciento; con Carlos Salinas de Gortari la relación fue de 137 contra 92.7: con Ernesto Zedillo de 222 a 91; con Vicente Fox de 29 a 25.23, y con Felipe Calderón de 28 contra 24 por ciento. En el primer año de Enrique Peña Nieto la relación fue de 3.97 contra 3.9.

Como se observa, con el paso de los años el crecimiento inflacionario se ha atemperado, pero ello ni de lejos ha beneficiado a la mayoría, toda vez que el factor determinante para ese control de precios ha sido, y sigue siendo, la contención salarial operada por la Conasami. Entonces, para efectos sociales de nada sirve que la inflación sea de uno por ciento, si al final de cuentas el salario mínimo siempre se incrementará por debajo de esa proporción.

Para 2014, el consejo de representantes (integrado por líderes obreros, patrones y gobierno) fijó el salario mínimo diario en 67.29 pesos diarios para el área geográfica A, y en 63.77 pesos para el área geográfica B, para un promedio de 65.53 pesos. Alrededor del 60 por ciento de los mexicanos ocupados laboralmente (sectores formal e informal) obtiene un ingreso máximo de tres salarios, y de allí para abajo, es decir, de 197 a 65.53 pesos. Otro 16 por ciento, aproximadamente, obtiene entre tres y cinco salarios mínimos (entre 197 y 327 pesos, en números cerrados). Añádanse más de 4 millones de personas que laboran, pero no reciben ingreso.

He allí el resultado concreto de una comisión nacional que, según afirma, procura asegurar la congruencia entre lo que establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos con las condiciones económicas y sociales del país, propiciando la equidad y la justicia entre los factores de la producción, en un contexto de respeto a la dignidad del trabajador y su familia, no sin olvidar que el salario mínimo deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos, por mucho que en los hechos el mini ingreso no alcanza ni para alimentarse medianamente bien.

Ahora que está de moda cambiar de nombre –que no de prácticas– a las gloriosas instituciones nacionales, sería más realista que el gobierno federal renombrara a la Conasami y le pusiera algo así como la Comisión Nacional de Pulverización Salarial y Procuración de Hambre.

Y de cereza, la información más fresca proporcionada por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados: en febrero de 2014, con información del IMSS, el salario base de cotización promedio registró una reducción real de 0.24 por ciento. Los sectores con mayores caídas fueron el de la construcción y el de transportes y comunicaciones, con -2.02 y -1.07 por ciento real, respectivamente. “El deterioro en el comportamiento del salario base de cotización en lo que va del año, en términos reales, es resultado principalmente del avance inflacionario. En suma, los aumentos salariales ni de lejos compensan el crecimiento generalizado de los precios.

Las rebanadas del pastel

A los amigos del régimen los rescatan de inmediato, con dineros del erario. Pero qué creen: después de casi cuatro años con el pico en el suelo, los trabajadores de Mexicana de Aviación tendrán que seguir esperando, porque tardará varios meses su liquidación (la económica; la laboral, desde agosto de 2010), según anuncio del secretario del Trabajo… Ánimo: participen en la Encuesta Nacional de Productos Básicos (del 4 al 12 de abril) que levanta el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM. Su información es fundamental.

Twitter: @cafevega