Opinión
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Pobreza y Banco Mundial

Jim Yong Kim, infectado

Oportunidades: ¿éxito?

U

n virus recorre el mundo: el de la clase política mexicana, que ha sido inoculada en no pocos de los autodenominados líderes mundiales, y provoca un severo cuadro de declaracionitis aguda y evasión de la realidad, que lleva al infectado a divulgar cualquier cantidad de mentiras y decir todas las tonterías que pueda en aras de taparse unos a otros. Miles son los casos de este padecimiento, pero el más reciente es el de Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial, quien asegura que “…México sacó a millones de la pobreza”, y programas condicionados de transferencia de efectivo, como Oportunidades, han sido un gran éxito y muy efectivos para retirar familias, mujeres y niños de la pobreza. Y se quedó tan tranquilo.

La temeraria declaración del coreano –nacionalizado estadunidense– surge a escasos meses de que la Cepal –organismo de la ONU especializado en América Latina y el Caribe– advirtiera que México es el único con información disponible a 2012 en el que los indicadores de pobreza aumentaron, lo que se tradujo en que alrededor de un millón de personas adicionales fueran contabilizadas como pobres. De hecho, hasta la estadística oficial del gobierno mexicano (Coneval) registra el brutal incremento de la pobreza durante el calderonato: 16 millones más, con lo que en el sexenio de vivir mejor el inventario nacional pasó de 45 millones a cerca de 61 millones de mexicanos en condición de pobreza.

Pero el infectado Yong Kim asegura que México sacó a millones de la pobreza y que Oportunidades ha sido un gran éxito. ¿De dónde? Escasa información y corta memoria la del presidente del Banco Mundial, porque apenas en febrero pasado un informe de la organización que preside advertía que persiste la gran pobreza en México, pese al gasto social y que en más de 25 años de programas como Oportunidades los resultados han sido magros (La Jornada, Roberto González Amador).

Por lo visto, el mister Yong Kim ni siquiera lee (otro efecto del virus de la clase política mexicana) los reportes elaborados por la organización que preside, pues en su informe Ganancias sociales en la balanza: un reto de política fiscal en América Latina y el Caribe el Banco Mundial revela que la pobreza en México y América Central no se ha reducido en los últimos años, periodo en que esos programas de transferencia condicionada de efectivo se han institucionalizado al punto de convertirse en uno de los pilares de la política de combate a la pobreza. De hecho, se incrementó el ejército de depauperados.

Como en este espacio se ha documentado, en los últimos cinco lustros oficialmente se destinaron miles y miles de millones de pesos al combate de la pobreza, pero en ese periodo el inventario nacional de pobres se incrementó en 21 millones de mexicanos. Del Programa Nacional de Solidaridad, puesto en marcha el 2 de diciembre de 1988 por Carlos Salinas de Gortari, el Programa Oportunidades de Vicente Fox y Felipe Calderón (Ernesto Zedillo lo denominó Progresa), tal inventario reporta un incremento anual promedio de 840 mil nuevos pobres.

Desde 25 años atrás se institucionalizó este programa (el cambio de nombre no significó cambio de práctica, como suele pasar) como pilar de eso que llaman política social, y el balance es desastroso: al iniciar Pronasol el gobierno reconoció la existencia de 40 millones de mexicanos en pobreza; al cierre de la docena trágica panista, con Oportunidades a toda marcha (Calderón dixit) se registraron 61 millones, y contando. ¿Dónde, pues, está el gran éxito presumido por el presidente del Banco Mundial?

El Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM redondea la información, le da contexto al problema y le pone números: “el gasto gubernamental en los programas de combate a la pobreza –a nivel federal, estatal y municipal– se incrementó en términos absolutos 96.1 por ciento en los últimos 42 años (1970-2012). El gasto total desembolsado por el gobierno federal en programas de combate a la pobreza a nivel nacional ha sido continuo, pero no ha resuelto el problema de la pobreza. En dicho periodo, el número de pobres en México se incrementó 100 por ciento”.

Añade que si el total de los recursos utilizados en los distintos programas creados durante estos 42 años para combatir la pobreza realmente se hubieran ejecutado para disminuirla, tomando en consideración únicamente los datos oficiales, no habría un incremento de pobres. Con base en fuentes gubernamentales, el CAM detalla que en 1970 el número de pobres en México ascendió a 31 millones; una década después se elevó a 38 millones, y a 40 millones en 1990, dos años después del arranque de Pronasol. Para 2000, el ejército de pobres acumulaba 50 millones (cifras del Coneval), que aumentó a 57 millones en 2010 (ídem) y concluyó el sexenio calderonista en 61 millones. ¿Gran éxito?

Pero Yong Kim no se quedó en la celebración por el retiro de millones de la pobreza en México. Dijo que después de tal logro de saliva, el siguiente paso es el de conducir a estas mujeres y familias hasta el mercado laboral formal. Entonces, la gran cuestión es la creación de empleos. Y eso se aplica a toda América Latina. Cuando ha habido éxito en los esfuerzos para sacar a las personas de la pobreza, es necesario concentrarse en que obtengan buenos empleos para mantenerse en la nueva situación.

Pues bien, en materia de empleo formal México registra otro gran éxito: de cada diez mexicanos en edad y condición de laborar, sólo tres tienen acceso a un puesto de trabajo (en condiciones cada día más precarias) en el sector formal de la economía; el resto, obligadamente es remitido a la informalidad o a la desocupación.

Entonces, bien haría el presidente del Banco Mundial en pasar por el oculista para que le aumenten la graduación a sus lentes, y hacer cita con el médico familiar para que lo vacunen contra la bacteria de la clase política mexicana. Ahora que si no tiene tiempo, mejor que no haga declaraciones como la citada.

Las rebanadas del pastel

Cero y van dos: primero Oceanografía, ahora Hewlett-Packard, y ambos casos de corrupción en Petróleos Mexicanos se destaparon por denuncia gringa. ¿Dónde estaba y a qué se dedicaba el costosísimo Órgano Interno de Control en Pemex? Y se trata sólo de un par de ejemplos, porque donde se apriete brota pus, en la paraestatal y/o en los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal).

Twitter: @cafevega