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Avanzan autodefensas en Michoacán
Hay enfrentamientos y no hay muertos, como en las películas

El Presidente quiere presentar un estado idílico, dice el sacerdote José Luis Segura

En la Ruana hay balazos que no se oyen y difuntos que no se lloran

Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 13 de abril de 2014, p. 2

Apatzingán, Mich., 12 de abril.

Cuando las huestes de Luis Manuel Torres, El Americano, cercaron a los hombres de Hipólito Mora, el sacerdote José Luis Segura Barragán escondió a varios en el curato. Le consta, por ello, que todas las armas de los seguidores del fundador de las autodefensas fueron revisadas por las autoridades ministeriales y no hubo una que coincidiera con las que usaron en los asesinatos de Rafael Sánchez Moreno, El Pollo, y José Luis Torres Castañeda.

Durante tres tensos días, a mediados de marzo, El Americano y su gente aseguraron que entre las seis decenas de comunitarios a las órdenes del productor de limón se encontraban los asesinos materiales, pero hasta ahora Hipólito es un presunto autor intelectual solitario.

En los confusos días de marzo, ya detenido Hipólito Mora, el sacerdote recibió la visita de personas que lo amenazaron, tras decirle que sería el culpable de que Hipólito saliera libre y de que no se castigara a los asesinos materiales.

Hombre de risa fácil, incluso cuando aborda temas rudos, Segura sigue indignado con el hecho de que un grupo civil armado pretenda hacer justicia por mano propia, pero más con la decisión de la autoridad de no intervenir.

El cura de La Ruana tiene una explicación que parte del uso excesivo de la fuerza durante el sexenio de Felipe Calderón. Por contraste, con el presidente Enrique Peña Nieto, dice, hay balazos que no se oyen ni se ven, hay muertos que no se lloran ni se entierran; él lo que quiere es presentar un estado idílico y minimiza todo tipo de violencia, porque en esta región nunca hay ni heridos ni muertos, nomás unos poquitos detenidos. Es decir, hay enfrentamientos y no hay muertos, eso no puede ser, es fantasía, como en las películas. Ahí se nota la complicidad e indiferencia ante la agresión de un grupo armado”.

El sacerdote Segura Barragán participó apenas el pasado primero de abril en una reunión con el comisionado del gobierno federal para Michoacán, Alfredo Castillo, pese a ser un convencido de que el enviado presidencial está permitiendo muchos actos ilícitos, delitos de las autodefensas que él ha autorizado.

Matiza: “Estoy esperando resultados. Él prometió que dentro de ocho días va a desarmarlos, entonces no puedo presuponer, no soy adivino. Lo que sí puede pedirse es que el comisionado cumpla su palabra, pues dijo que iba a liberar a los presos de las autodefensas.

Los valores y los errores de Hipólito Mora

–¿Hipólito Mora llevó en el pecado la penitencia?

-Nadie puede rebatir que La Ruana fue la primera comunidad que se levantó y que Hipólito fue el fundador. Nadie le puede regatear que se enfrentó a un cártel muy fuerte y al mismo narcogobierno. La Ruana sufrió durante unos cinco meses el acoso y el aislamiento. Y además se acaba de conmemorar la masacre de jornaleros (10 de abril de 2013), que fueron 39 o 40 muertos, además de muchos heridos. ¿Cómo es posible que un acto así se calle, se olvide, se tape? Se debe encontrar a los responsables.

Originario de Zamora y con 30 años de trabajo en la Tierra Caliente, Segura explica por qué se ha hablado de sólo ocho muertos en esa masacre perpetrada por Los templarios:

“En La Ruana hay muchos indígenas de Oaxaca trabajando como cortadores de limón. Ese día se iban a ir muchos y les dieron un raite, y en el raite quedaron. Eran familias completas. Como no se podía salir de La Ruana, de esa manera quisieron salir para acá (Apatzingán)”.

–Muertos que no se lloran y que ni siquiera se cuentan. ¿Se los llevaron a sus lugares de origen?

–No, aquí se quedaron, como desconocidos.

–Reconociendo ese valor a Hipólito, ¿qué pasó después?

–Hay otro valor de Hipólito. Luchó para sacar a Los templarios, más o menos se logró en seis meses. Y ahí hay otro suceso que no se debe olvidar: el 28 de abril del año pasado Los templarios fueron a castigar a La Ruana, querían dar un castigo ejemplar. Es el momento más importante, porque el pueblo se levantó a defenderse y les ganó. Y los que ahora regresaron, ex templarios o arrepentidos, son los que se fueron en ese choque. Son los partidarios de Los templarios que regresan luego de que quitaron a Hipólito.

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Autodefensas en la cabecera municipal de Nuevo Urecho, en el valle de ApatzingánFoto Víctor Camacho
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El sacerdote de La Ruana, José Luis Segura Barragán, durante la entrevista con La JornadaFoto Víctor Camacho

–¿Cuáles fueron los errores de Hipólito entonces?

–Le recomendé que hiciera un consejo ciudadano, y lo hizo, pero en el papel, por tanto, cuando él desapareció no quedó nada. Segundo, se le recomendó que devolviera las propiedades, porque confiscó muchas, y esa es la causa de que hayan regresado, porque ahora les convenía por el precio del limón. Aprovecharon que ya Hipólito había perdido fuerza porque no hizo el consejo y también porque, vamos a decirlo, él era la única autoridad, un cacique, pues.

Nada de faldas, fue un problema de dinero

–El 24 de febrero, antes de la misa que usted ofició, se oyó decir a Hipólito: Vamos a que nos regañe el cura. ¿Lo escuchaba pero no hacía caso? ¿Confió excesivamente en el gobierno? (antes de responder, Segura suelta una risotada).

–El error de todas las autodefensas fue haberse legalizado, porque al legalizarse el gobierno las puede controlar. Perdieron su autonomía, su sentido, hicieron un pacto con el diablo que no les benefició en nada. Y ahora están ya revueltas con narcotraficantes y ya no se sabe ni qué. Las verdaderas autodefensas se acabaron con Hipólito.

–¿Mireles?

–Pues él está con El Americano y nunca defendió a Hipólito.

–Fue el único que dijo algo.

–Sí, ¿pero qué? Que era un lío de faldas.

–Que era un problema personal.

–Tan personal que ya iban a matar a un montón. Es ridículo. Si era un lío de faldas se hubieran peleado en un duelo. Es una cortina de humo. El problema era que los ricos de La Ruana, a los que Hipólito había desposeído querían recuperar sus propiedades, con todo derecho, y para poderlas recuperar, en tanto que él no aceptaba arrepentidos, entonces tenían que sacarlo. Hay que subrayarlo: no es un problema de autodefensas, es un problema de dinero. Y también recalcar que el comisionado Castillo prometió que en 15 días iba a desarmar a El Americano y sus seguidores, y quitar las barricadas.

–Falta una semana, pero parece que ya amplió el plazo al 10 de mayo.

–Bueno, así va a ir. Pero hay que recalcarle que si tiene palabra debe hacerlo.

De la primavera al invierno

–Los primeros meses del alzamiento fueron vistos por muchos sacerdotes como una primavera de los pueblos.

–Sí, lo fue, pero duró muy poco. Pasamos ya a un invierno, ya ni otoño, porque ahora la gente de La Ruana está sometida, ya nada más cortan limón lunes y jueves. Ya bajaron el limón, a un precio ridículo. Y pues ahí los que ganan son los de los empaques y los comunitarios de El Americano, que quién sabe qué será, pero los que están liderando en La Ruana ahora son arrepentidos.

En La Ruana y en todo el municipio de Buenavista Toma-tlán, porque para el sacerdote no es otra cosa el retorno del que llama narcoalcalde, Luis Torres, quien volvió, dice, en una forma delincuencial: El hermano del presidente municipal, Jesús Torres, era el jefe de plaza.

–Al que mataron en un enfrentamiento.

–¿No es extraño que ahora ande con los que mataron a su hermano, según sus propias palabras? ¿Cómo puede tolerar el gobierno tantas anomalías?

–En resumen, ¿diría que se volvió a la situación anterior al alzamiento?

–Con un agravante, que son comunitarios legalizados y pueden portar armas.

Se revirtió todo y se hizo peor.