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Cambio climático y reforma energética
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a semana pasada se realizó en el Senado de la República el foro titulado Cambio climático: riesgos, adaptación y mitigación, en el que científicos de México y Estados Unidos presentaron y discutieron los resultados de los tres grupos de trabajo del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Dentro de la diversidad de temas que fueron abordados hay uno que llama particularmente la atención, pues tiene que ver con nuestro país. Si bien las causas del fenómeno que lleva a una elevación de la temperatura del planeta –cuyas consecuencias han dejado de ser especulativas y ya comienzan a ser en algunos lugares catastróficas– son de naturaleza global y la responsabilidad para enfrentarlo involucra a todas las naciones, hay aspectos de tipo local en los que cada nación tiene responsabilidades específicas, y en el caso de México tiene mucho que ver con la reforma energética que recientemente fue aprobada y cuyas leyes secundarias serán objeto de debate en las próximas semanas.

En el IPCC participan científicos de todo el planeta. El cuarto informe se entregó hace 7 años, en 2007, por lo que el quinto reporte que fue presentado en el Senado, concentra la información más actualizada sobre este tema en el mundo. Los especialistas divididos en tres grupos de trabajo analizaron la información científica disponible en torno a tres ejes: El Grupo I evalúa los aspectos científicos del sistema climático y el cambio climático; el Grupo II, la vulnerabilidad de los sistemas socioeconómicos y naturales al cambio climático, las consecuencias de dicho cambio y las posibilidades de adaptación al mismo, y el Grupo III, las posibilidades de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y atenuar con ello los efectos del cambio climático.

Después de 7 años, el último informe muestra, sin lugar a dudas, la evolución creciente de la producción de gases de efecto invernadero como producto de la actividad humana.

Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con México y con la reforma energética? En opinión de algunos de los participantes en el foro citado tiene una relación importante en lo referente a las responsabilidades locales.

Omar Masera, investigador del Centro en Investigaciones en Ecosistemas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en Morelia, uno de los investigadores mexicanos que participó en el Grupo III del IPCC, dijo a la prensa que este grupo examinó una gran cantidad de estrategias de mitigación, o sea un escenario futuro sobre cómo reducir las emisiones. Los resultados muestran que hay posibilidades de lograrlo, pero se necesitan acciones muy fuertes en el corto plazo para no rebasar los 2 grados centígrados (por encima de los niveles preindustriales) a finales del siglo. Se requiere reducir en más de 30 por ciento para 2020 estas emisiones, sobre todo las ocasionadas por el uso de energías de combustibles fósiles; 50 o 60 por ciento, en 2050, y hasta casi ciento por ciento en 2100.

Masera agregó que uno de los compromisos de corto plazo de estas estrategias es hacer una transición energética, y a su juicio, la reciente reforma energética aprobada en México debe ser una en la que se plantee la transición energética a los combustibles renovables, no podemos seguir pensando en extraer más petróleo, porque es ir en contra de la lógica de reducir el cambio climático, dijo.

Por su parte, la doctora Claudia Sheinbaum, investigadora el Instituto de Ingeniería de la UNAM y participante en la elaboración del informe del Grupo III del IPCC, dijo que México debe contribuir a la reducción en el mundo del consumo de combustibles fósiles y de otras actividades que causan el cambio climático global.

México tendría que reducir el consumo de petróleo, gas y carbón en 50 por ciento en poco menos de 40 años –dijo– esto quiere decir que tenemos que prepararnos para que eso ocurra, y no sólo no estamos preparados, sino que se hacen políticas para que se incremente el consumo de los combustibles fósiles. El objetivo de la reforma energética reciente, es producir más petróleo, más gas natural y, precisamente hacia donde tiende el mundo es a reducir ese consumo, explicó la especialista.

Ante los datos contenidos en el quinto informe del IPCC, la opinión de los especialistas mexicanos se orienta hacia la necesidad de pasar de una sociedad basada en el empleo de combustibles fósiles, hacia otra orientada a la transición energética, en la cual debe darse prioridad a las energías renovables. Pero no sólo esto está en el ánimo de los científicos.

Por ejemplo, la senadora Silvia Garza Galván, quien participó en la reunión celebrada en la Cámara Alta, dijo que para garantizar que la reforma energética lleve a una transición hacia el uso de las energías renovables, sin perder las reservas de petróleo existentes, es necesario revisar a fondo las leyes secundarias.

Garza Galván, presidenta de la Comisión Especial de Cambio Climático en la Cámara de Senadores, explicó que tras haberse reunido suficiente conocimiento científico que se ha dado a conocer a escala mundial, se requiere dejar atrás el discurso y llegar a las acciones que fomenten el uso de tecnologías verdes. “Necesitamos dejar de simular –expresó– y entrarle al toro por los cuernos, pues si ya sabemos que tenemos un problema, no debemos esperar a que nos ahogue… de por sí ya vamos retrasados”.

La pregunta que surge, es si los datos de los reportes más recientes del IPCC que llevan a pensar a algunos investigadores y legisladores en la necesidad de examinar –desechar o ajustar– la reforma energética en nuestro país, serán tomadas en cuenta en los debates sobre las leyes secundarias.