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Académico de la Universidad de Estocolmo repasa los cambios en ese rubro en AL

Reformas recientes han sujetado la educación a la economía; habría que revertirlo: experto

Plantea la necesidad de impulsar sistemas que formen ciudadanos más bien que empleados

 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de mayo de 2014, p. 19

Con las reformas educativas que se han llevado a cabo en América Latina en las últimas décadas hemos puesto la educación al servicio de la economía; es el momento de poner la economía al servicio de la educación, afirmó Virgilio Álvarez Aragón, profesor del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Estocolmo, al dictar en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) la conferencia magistral El interminable proceso de reformas educativas de América Latina.

En su exposición, el especialista hizo un recuento de las distintas reformas hechas en México, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala y otros países. Señaló que con ellas se transformó a la educación en mercancía. Ahora, añadió, entre las posibilidades para el futuro está que se proponga una nueva generación de reformas impulsada por la sociedad civil, la cual llevaría a los sistemas educativos a formar ciudadanos y no solamente empleados.

Durante la conferencia, Álvarez Aragón recordó que en los años 70 las crisis financieras, los reajustes políticos en la región y la presencia activa del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo fueron algunas de las causas por las que en las naciones latinoamericanas se comenzó a pensar en la necesidad de reformar los sistemas educativos. Entonces se dieron, abundó, las reformas educativas de primera generación.

Con dichas reformas, hechas en la década de los 80, se pretendía cambiar los objetivos de la educación: ya no se consideraba a la escuela un espacio de socialización, sino de preparación de trabajadores que tuvieran las habilidades para emplearse en el mercado.

A partir de los 90 y hasta la actualidad se han implementado reformas educativas de un segundo tipo, que buscaban mejorar la calidad educativa, y que implicaron una revisión a la currícula, con cierto descuido de las humanidades y priorización de las mediciones internacionales comparativas.

Este conjunto de reformas, señaló, no es una moda exclusiva de América Latina; fue una época, una forma de las naciones de pensar la educación (...) Son reformas que impulsó la globalización.

Entre las posibilidades que el especialista ve para una tercera generación de reformas está una ciudadana, que pondría énfasis en el compromiso con lo público, en la formación de ciudadanos y que que consideraría a la educación como un derecho.