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Llegan al funeral de María Luisa Beltrán Félix flores de familias ligadas al narco

Muere la madre de La reina del Pacífico; le llevan el féretro a la cárcel para despedirse

Trasladaron el cuerpo de Culiacán al reclusorio femenil de Nayarit; ayer lo regresaron a Sinaloa

Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 9 de mayo de 2014, p. 16

Culiacán, Sin., 8 de mayo.

Arreglos florales con los nombres de las familias Fonseca, Caro, Beltrán y Félix, la mayoría relacionados por las autoridades mexicanas con los cárteles de Sinaloa y de Guadalajara, fueron enviados a la funeraria Emaus, ubicada por el bulevar Emiliano Zapata, en la céntrica colonia Almada de esta capital estatal.

Allí fueron velados los restos de María Luisa Beltrán Félix –madre de Sandra Ávila Beltrán, La reina del Pacífico–, quien murió el miércoles en Guadalajara, Jalisco, debido a un tumor en el cerebro.

Versiones extraoficiales indican que el féretro fue llevado al penal femenil de mediana seguridad ubicado en Nayarit, donde está recluida Ávila Beltrán, para que ésta se despidiera de su madre, y luego lo trajeron a Culiacán, la madrugada del jueves.

Tierra natal

María Luisa era originaria de la comunidad Aguacaliente, al norte de la capital sinaloense, donde también vivió La reina del Pacífico, quien está acusada por el gobierno federal del delito de narcotráfico.

Ávila Beltrán perteneció al cártel de Sinaloa y permaneció presa en Estados Unidos, acusada de conspirar para importar hasta cinco kilogramos de cocaína, entre 1999 y 2004, así como por el cargo de distribución de esa droga durante el mismo periodo. A principios de este año se declaró culpable de estos cargos para llegar a un acuerdo con la fiscalía, la cual no consideró las acusaciones más serias.

Beltrán Ávila fue detenida por agentes federales en septiembre de 2007 en la ciudad de México, junto con el presunto narcotraficante Juan Diego Espinoza Ramírez; a ambos se les señaló de tener presuntos vínculos con los cárteles de Sinaloa y de Juárez.

En agosto de 2012 fue entregada a Estados Unidos y en abril de 2013 se declaró culpable de lavado de dinero ante las autoridades de aquel país.

Fue deportada a México en agosto pasado luego de haber permanecido 70 meses en cárceles de ambos países, cumplidos el 28 de julio.