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Austria recibió a la drag queen como heroína, tras conquistar el primer lugar del Festival Eurovisión

Triunfé sobre las fuerzas de la intolerancia, dice Conchita Wurst

Fue una victoria para toda la gente que cree en un futuro sin discriminación, afirmó al llegar a su país

El presidente Heinz Fischer la felicitó; dijo que ganaron la diversidad y la tolerancia en Europa

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Conchita Wurst aseguró que el movimiento que representa es imparable. La clase política se deshizo en elogios para la intérprete, excepto la extrema derecha del Partido Liberal de Austria. En la imagen, la intérprete durante su participación en el festival, realizado en DinamarcaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 12 de mayo de 2014, p. a13

Viena, 11 de mayo.

Conchita Wurst fue recibida el domingo en Austria como una heroína después de que ganó el Festival de la Canción Eurovisión 2014. La barbuda drag queen calificó su triunfo de una victoria sobre las fuerzas de la intolerancia, entre ellas Vladimir Putin, presidente ruso.

Conchita Wurst (Thomas Neuwirth) regresó el domingo a Austria, su país natal, en medio de aplausos y felicitaciones, incluida la del presidente austriaco, Heinz Fischer, por el mensaje de tolerancia que lanzó. La drag queen fue recibida en el aeropuerto de Viena entre una lluvia de purpurina y coros de más de mil aficionados, algunos de los cuales llevaban una barba pintada.

Conchita empuñó orgullosamente su trofeo ante las cámaras, en medio de un popurrí rojo, blanco, rojo, los colores de la bandera austriaca, y de banderas con los colores del arcoiris, estandarte de la comunidad gay.

Es un lindo día para Austria, declaró el presidente austriaco en un comunicado. El triunfo de Conchita no es solamente una victoria para Austria, ante todo (es una victoria) de la diversidad y la tolerancia en Europa, escribió Fischer. Además, concluyó el mandatario, el hecho de que (Conchita) dedique su victoria a los que creen en un futuro de paz y de libertad duplica el valor de esta misma.

Rise like a Phoenix, el tema

De tacones altos, vestido ajustado, mariposas en las pestañas y barba, Wurst (que significa salchicha) consiguió una victoria clara con Rise like a Phoenix ante un auditorio global de 180 millones de personas en 45 países. Se trata de una balada ultraclásica con aires de música de película de James Bond de los años 60.

Comparto la opinión de que esto no fue sólo una victoria para mí, sino para toda la gente que cree en un futuro sin discriminación y basado en la tolerancia y el respeto. Esto trasciende fronteras, dijo la reina de Europa de 25 años.

Los organizadores daneses declararon la tolerancia como el tema principal de la gala de este año y una bandera arcoíris que simboliza el orgullo gay ondeó en muchos lugares de Copenhague durante la semana pasada.

Visiblemente emocionada por su triunfo, Wurst había dicho al entusiasmado público en Copenhague que el movimiento que representa es imparable.

Esto estaba dirigido, por supuesto, contra ciertos políticos que conocemos y sólo quiero decirles que al final el bien siempre gana y es imparable, dijo a periodistas el domingo.

Al pregunta de si se refería específicamente a Putin por las campañas rusas contra la promoción homosexual entre los jóvenes, respondió: Entre otros.

Sin embargo, señaló, haber obtenido votos de Rusia también demuestra que no todos los rusos eran intolerantes.

Los medios austriacos han celebrado la incipiente carrera de Wurst, pero muchos en el país ampliamente conservador y católico han tenido sentimientos encontrados respecto de su ascenso a la fama.

Una encuesta online del tabloide populista Krone mostró que sólo 23 por ciento de los que respondieron estaban orgullosos de la cantante, cuya trayectoria de una niñez rural a una drag queen hirsuta ha fascinado a la nación.

Pero tras la victoria en la noche del sábado de Wurst, Austria se mostró encantada de ser la sede de la próxima edición en 2015, que celebrará un aniversario redondo, el número 60.

Ahora, como hemos ganado, queremos ser unos buenos anfitriones, prometió Edgar Böhm, jefe de entretenimiento del canal público austriaco ORF.

Ya este mismo lunes comenzarán los preparativos para la ceremonia, añadió Böhm. Hay un calendario muy estricto.

Austria se volvió más tolerante esta noche, afirmó Alexander Wrabetzel, director general del canal de ORF, tras la final de Eurovisión. Sin votación popular anterior, el ente decidió enviar a Conchita Wurst al concurso musical y el personaje causó sensación. Pero todavía está por ver si la victoria del cantante servirá para cambiar la mentalidad de algunos.

En principio es muy positivo, afirmó Kurt Krickler, secretario general de la asociación Iniciativa Homosexual Viena. Sin embargo, muchos seguirán manteniendo sus prejuicios.

Austria, de tradición católica, no tiene especialmente problemas con los gays y lesbianas. Pero sigue habiendo restricciones en el tema de la transexualidad, explicó una portavoz de la organización TransX. Incluso el primer paso para obtener una nueva identidad, la elección de un nuevo nombre masculino o femenino, va unido a un costoso informe sobre la seriedad de la nueva orientación sexual.

Reino Unido es más liberal, allí la elección del nombre es algo estrictamente privado, señaló la portavoz.

No es que tengamos que gustar a nadie, explicó Krickler, pero estaría bien que existiera un efecto igualdad que hiciera que no se tuviera en cuenta la orientación sexual.

Para Conchita Wurst el camino al triunfo en Eurovisión no fue fácil. No pocos austriacos se sintieron avergonzados al verse representados por una drag queen barbuda. Se sintió atacada tanto en los medios locales como en las redes sociales. Y en una encuesta online no representativa, 79 por ciento de los participantes aseguró que no se sentía orgulloso de la cantante.

Un día después de la victoria, la primera de Austria en Eurovisión desde 1966, la clase política de ese país se deshizo en elogios hacia Conchita, a excepción del populista de derechas Partido Liberal de Austria (FPÖ), que no quiso felicitar a la artista. Sin embargo, la extrema derecha de ese organismo, que antes de la competencia calificó a la artista de ridícula, declaró que la gente se regocija cuando hay una victoria.

Sin embargo, toda la semana habían circulado peticiones contra la abominación Conchita Wurst, y páginas de indignados florecieron en Facebook. El viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin, escribió el domingo en su cuenta Twitter que el palmarés del Eurovisión muestra a los partidarios de la integración europea lo que les espera al unirse a Europa, es decir, una mujer con barba.