Buenos Aires, 28 de mayo.

El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, decidió denunciar ante la justicia el vandalismo que afecta a los trenes del ferrocarril Sarmiento, a los que en los últimas días con la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se añadieron casi un centenar de nuevos vagones comprados en China.

El plan de Randazo es renovar todo el servicio de trenes, que controla ahora el Estado y fueron privatizados en la administración del presidente Carlos Menem (1989-99), cuando además desmanteló casi todas las líneas ferroviarias hacia el interior del país, una de las redes más importantes de América del Sur.

Esta mañana el Ministerio del Interior mostró algunas de las filmaciones de las cámaras de seguridad que evidencian cómo un grupo de unos 30 encapuchados con palos y extrema violencia, esperan a una formación con pasajeros en una estación del suburbano bonaerense, para literalmente asaltar los vagones y pintar con aerosol enormes graffitis.

También se nota como el grupo de hombres de fuerte aspecto sube al tren aterrorizando a los pasajeros e incluso cuando huyen arrojan un ladrillo y rompen los vidrios de la cabina.

Esto viene sucediendo aisladamente desde diciembre pasado y las mismas actitudes se repitieron en estos dos últimos días con los vagones nuevos recién estrenados, varios de lo cuales fueron pintados con aerosol en una acción rápida, aunque en este caso uno de los autores está detenido.

Algunos intentaron hablar de valores artísticos en los grafittis, pero las escenas filmadas y una serie de sabotajes cometidos en esta línea de trenes, desde hace tiempo, algunos de los cuales derivaron en importantes y trágicos accidentes el año pasado, parecen ser más un tipo de acción antigubernamental, pero que afecta a millones de personas.

No pasa inadvertido para los analistas que el día en que llegaron los vagones chinos a Argentina, casualmente el dirigente Rubén Sobrero, del Gremio del Sarmiento, contra la opinión de la propia Unión Ferroviaria, decidió parar por horas, retrasando este servicio vital para los trabajadores de los alrededores que llegan a esta capital.

Sobrero fue mostrado mientras daba instrucciones y arengaba a sus agremiados para golpear una y otra vez, golpear, golpear hasta poner de rodillas al gobierno.

También admitió ante periodistas que a veces hay que ser destituyente un término que se usa aquí, para mencionar al golpismo.

Esto llevó a un fuerte debate ante lo que algunos analistas mencionan como un apoderamiento de algunos protestas sociales, por grupos con otra finalidad, como ha sucedido en el caso de los saqueos en varios momentos de conflictos en el país.

El gobernante Frente para la Victoria ha presentado un proyecto de regulación de cortes de autopistas y calles, para que se acuerde dejar vías de tránsito, después que esta metodología se utiliza a diario y por cualquier causa, que nada tiene que ver con las acciones sindicales, donde siempre la huelga o las grandes acciones eran el último recurso de la protesta. Quizá la utilización de este accionar cada vez más manejado por grupos de derecha golpista o de izquierda ultra radical como sucede en Venezuela, es lo que ha puesto una luz de alerta en la región, como también se mencionan las huelgas policiales que han sucedido en Bolivia, Argentina, Brasil, como ocurrió también en Ecuador en 2010.