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Sorprende en Washington derrota del republicano Cantor ante un antimigrante del Tea Party

Estancamiento político en EU mientras en la frontera se vive una crisis humana

Irreal, contemplar la posibilidad de una reforma integral este año, admite líder migrante

La Casa Blanca intenta frenar rumor de que niños y mujeres con hijos no son deportados

Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de junio de 2014, p. 32

Nueva York, 17 de junio.

Mientras el éxodo de niños de Centroamérica y México a Estados Unidos continúa generando una crisis humana en la frontera, la cúpula política en Washington está al borde de no hacer nada relacionado con una reforma migratoria este año.

Aunque el gobierno de Barack Obama está buscando abordar con medidas de emergencia la ola de menores de edad no acompañados y otra paralela de madres con niños y/o embarazadas que siguen llegando a la frontera, la dinámica político-electoral amenaza con anular la posibilidad de alguna reforma migratoria durante este año de elecciones intermedias, en las cuales está en juego el control de ambas cámaras del Congreso.

La cúpula política nacional fue sacudida por la derrota inesperada del segundo republicano más poderoso de Washington, el representante federal Eric Cantor, en una elección primaria ante un contrincante ultraderechista alineado con el Tea Party, quien ganó en parte por su posición antimigrante. Más allá de sus implicaciones para el futuro de un Partido Republicano fracturado por su ala ultraconservadora, el consenso entre observadores y muchos líderes de agrupaciones inmigrantes es que eso probablemente anula toda expectativa de algún avance hacia una reforma migratoria este año, o tal vez para el resto del mandato de Obama.

La derrota del líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes envía un mensaje dentro del Partido Republicano en la cámara baja de que lo mejor es posponer cualquier consideración del tema migratorio hasta la próxima legislatura (la cual será elegida en noviembre), explica Óscar Chacón, director ejecutivo de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas. Concluye que ante ello es irreal contemplar la posibilidad de promover una reforma migratoria este año. Por lo tanto, el único recurso de alivio para comunidades inmigrantes sigue siendo la acción administrativa desde la rama ejecutiva del gobierno y resaltó que lo más urgente por ahora es la acción del presidente en el caso de los menores en detención.

El flujo hasta de mil inmigrantes menores de edad no acompañados y madres con niños que cada día cruzan la frontera con Texas procedentes de Guatemala, Honduras y el Salvador, junto con un número elevado de México, sigue abrumando a las autoridades locales y federales. Las cifras oficiales: más de 47 mil niños no acompañados en manos de las autoridades desde principios de octubre hasta la fecha, y el pronóstico es de un total de 90 mil menores al concluir el año fiscal el 30 de septiembre.

Eso no incluye a las miles de madres que llegan con sus hijos y/o embarazadas que forman parte de esta creciente ola. Sin suficientes instalaciones apropiadas para detenerlos, casi todas las madres con hijos son liberadas por la Patrulla Fronteriza y llevadas a una terminal, donde se les ofrece un boleto de autobús con el permiso de viajar adonde tengan familiares en cualquier parte de Estados Unidos, con la condición de que comparezcan ante un tribunal migratorio en 30 días, y en lo que va del año estos casos suman más de 30 mil, indica Julia Preston en una nota en el New York Times.

Las razones de esta ola, afirma el gobierno de Obama, son la pobreza y la violencia en los lugares de origen. Pero en esta coyuntura, entre otras cosas, otro factor principal son los rumores que circulan entre migrantes y sus comunidades de que las autoridades estadunidenses otorgan permisos a menores no acompañados, así como a mujeres con niños, para permanecer en Estados Unidos si logran llegar, o sea, no serán deportados (en el caso de los hombres, una vez capturados sí son enviados a centros de detención, de donde casi siempre son deportados).

El rumor es promovido también por quienes se dedican al negocio de la migración y que cobran miles de dólares para el traslado de familiares a la frontera.

Aunque técnicamente las autoridades estadunidenses no otorgan permisos y aclaran que todo inmigrante que ingresa sin documentos a este país es sujeto a los procesos de deportación, y les entrega una orden de presentación ante un tribunal, en los hechos las mujeres con hijos y los menores no acompañados sí logran permanecer por lo menos de manera temporal con familiares aquí.

Más aún, según el Times, las autoridades no tienen un plan definido para hacer cumplir estas órdenes y, dados los ya de por sí abrumados tribunales de migración, todo indica que las mujeres y niños no serán deportados rápidamente. Con ello se nutre el rumor, y más madres e hijos desesperados se atreven a lanzarse al viaje brutal para llegar a la frontera estadunidense.

Las autoridades intensifican esfuerzos para contrarrestar ese rumor a través de una campaña mediática, así como esfuerzos multilaterales con los países de origen. La Casa Blanca pide que esos países tomen medidas para proteger a los menores y disuadir el uso de traficantes. De hecho, el vicepresidente Joe Biden viajará esta semana a Guatemala para, entre otras cosas, coordinar una respuesta regional a la crisis con líderes centroamericanos.

Funcionarios del Alto Comisionado para Refugiados de la Organización de Naciones Unidas califican este fenómeno de crisis humana. Leslie Vélez, de esa comisión, comentó al National Journal que los números son alarmantes, pero lo son aún más las historias detrás de ellos, señalando las condiciones en Centroamérica de pobreza y violencia por el crimen organizado, junto con gobiernos débiles.

El gobierno de Barack Obama solicitó al Congreso mil 400 millones de dólares en fondos para abordar la emergencia, aunque críticos indican que se requiere aún más. Diversas voces de defensores de derechos de inmigrantes, de libertades civiles, agrupaciones humanitarias y editoriales llaman a que el gobierno multiplique esfuerzos para asegurar el trato adecuado a los menores de edad, así como garantizar sus derechos, ante casos documentados de abusos por algunas autoridades fronterizas.

Pero las medidas de emergencia no serán suficientes si no se cambian las condiciones que nutren esta crisis, señalan expertos, entre ellas el gran fracaso de la prometida reforma migratoria en Estados Unidos.

Por ahora, esta crisis, lejos de impulsar una reforma, se ha convertido en otro balón más en el juego político-electoral, en el que los republicanos acusan al gobierno de Obama de generar esta emergencia fronteriza por sus políticas migratorias débiles, mientras los demócratas se quejan de que sus contrincantes han frenado una reforma a pesar de concesiones para militarizar aún más la frontera e imponer mayor control sobre los indocumentados.

Mientras más niños huyen para llegar a un país que los pone en el banquillo de los acusados en tribunales, los adultos responsables de la catástrofe tanto en Estados Unidos como en los países de origen siguen haciendo poco o nada.