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Enriqueta Velarde recibió el Premio National Geographic al liderazgo en la conservación

En la isla Rasa anidan miles de aves; salen, vuelan, vocalizan

El trabajo de la investigadora de la Universidad Veracruzana empezó con la biología reproductiva de la gaviota ploma y su conservación

Es una de las especies más importantes de ahí, es casi endémica de México, porque cerca del 100% se reproduce en el Golfo de California, donde se localiza la ínsula

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Ahora, como hace 36 años en que inició su labor de investigación y preservación en la isla, le sigue impactandoFoto Fulvio Eccardi
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Es una imagen espectacular de la naturaleza, expresa Enriqueta Velarde en entrevistaFoto Fulvio Eccardi
 
Periódico La Jornada
Jueves 19 de junio de 2014, p. a16

Enriqueta Velarde, investigadora de la Universidad Veracruzana, tenía 25 años de edad cuando llegó a la isla Rasa, en el Golfo de California, para hacer su tesis doctoral. Entonces, igual que hoy, 36 años después, el sitio la impacta. Cientos de miles de aves anidan en un espacio pequeño, todo el tiempo están activas: salen, vuelan, vocalizan. Es una imagen espectacular de la naturaleza, señala.

Hace unos días recibió en Washington el Premio National Geographic 2014 al liderazgo en la conservación por su trabajo en esa isla –localizada a 40 kilómetros de Bahía de Los Ángeles, Baja California–. La ínsula mide menos de mil metros cuadrados, está deshabitada, es inhóspita, tiene clima árido y es desértica. Su característica es ser plana, por eso se llama Rasa, y allí anida 95 por ciento de la población mundial de la gaviota ploma y del charrán elegante.

Problemas de sobrepesca

La isla está relativamente bien conservada, pero tiene problemas de sobrepesca y otros que en realidad no son de la isla, sino del mar circundante. Mi trabajo empezó con la biología reproductiva de la gaviota ploma y su conservación. Es una de las especies más importantes que anidan ahí, es casi endémica de México, porque cerca del ciento por ciento se reproduce en el Golfo de California, indica en entrevista telefónica.

Explica que esta gaviota y el charrán son especies que están incluidas en la Norma Oficial Mexicana 059, que incluye especies bajo protección especial y están catalogadas como vulnerables. Tienen esta categoría porque su área de distribución es muy restringida, sólo están en la isla.

Recordó que a fines del siglo XIX y principios del XX hubo explotación de guano (excremento de aves marinas), lo que ocasionó una modificación de la topografía de la isla. Esto afectó aves marinas que anidaban ahí. Había registros de especies como el mérgulo de craveri y la pardela mexicana, que tienen mayor riesgo en su conservación, y es la única isla del Golfo de California, donde anidan. Después, el guano, que se usaba para producir explosivos y fertilizantes, dejó de ser redituable y cesó la explotación.

Años más tarde, entre 1930 y 1950, habitantes de Santa Rosalía llegaban a la isla en lanchas de vela para extraer los huevos de las aves, con los cuales preparaban el pan dulce de ese poblado que fue muy famoso. Llegaron a salir hasta 50 mil huevos. En las décadas pasadas esto cambió, en parte porque las generaciones actuales abandonaron esa costumbre, indica.

Un efecto de la presencia de los guaneros fue que en los barcos en que llegaban a la isla traían ratas y ratones, que se propagaron en tierra. Son especies exóticas que vienen de Asia, muy agresivas. Son comensales del hombre desde hace siglos. Se alimentaban de los huevos y polluelos de las aves marinas. En 1995, un programa coordinado por el biólogo Jesús Ramírez, eliminó estas poblaciones.

Mérgulo de craveri y la pardela mexicana

A partir de ese año se ha notado un incremento importante en la reproducción de las gaviotas y el charrán elegante, de éste en 1979 se calculaba una población de 30 mil nidos, y ahora es de casi 300 mil. Al liberarse la isla de ratas se empezaron a restablecer las colonias de otras aves, como las de mérgulo de craveri y la pardela mexicana, agrega Enriqueta Velarde.

Indica que un impacto importante ha ocurrido en el mar, con el incremento de la pesca de sardina, base de la alimentación de mamíferos marinos, aves marinas y especies grandes. Los lobos marinos tienen en su dieta a la sardina, pero ahora que ésta ha decaído, producen menos crías y éstas sobreviven menos.

Explica que además de las aves, en la isla hay plantas, reptiles, muchísimos insectos, invertebrados intermareales, pero para efectos de conservación lo más espectacular son las colonias de aves. La isla tiene varios decretos de conservación. Uno data de 1964, cuando fue catalogada como zona de refugio y reproducción de aves migratorias y de fauna silvestre. Después quedó englobada en la zona de protección de flora y fauna islas del Golfo de California. Recientemente se hizo una declaratoria de parque nacional a las aguas circundantes de isla Rasa y archipiélago de San Lorenzo.

El trabajo de Velarde se concentra en la ecología reproductiva y de la alimentación, y de manera paralela hace la labor de conservación para preservar estas especies, únicas en el mundo.