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Pro rusos derriban un helicóptero en Slaviansk; nueve muertos

Pide Putin revocar permiso para utilizar el ejército en Ucrania

Medida reduce tensión en bastiones separatistas de Donietsk y Lugansk

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Familiares de Nikolay Pavliyenko, de 83 años, durante el sepelio. El anciano murió durante los bombardeos del pasado día 22 en LuganskFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 25 de junio de 2014, p. 22

Moscú, 24 de junio.

En un gesto que favorece la búsqueda de un arreglo político en Ucrania, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, solicitó este martes al Consejo de la Federación, o cámara alta del Parlamento local, revocar la autorización para poder utilizar el ejército ruso en el país eslavo, facultad que le había otorgado el pasado primero de marzo.

Los senadores, designados todos por el Kremlin, aprobarán este miércoles la solicitud del mandatario ruso, a menos que suceda un milagro, el cual obviamente no va a ocurrir.

Con ello Rusia quita tensión al conflicto armado en Donietsk y Lugansk y apuesta por una solución negociada, que empezó a perfilarse en la reunión que sostuvieron ayer los miembros de la comisión trilateral de contacto –Ucrania, Rusia y Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE)– para el seguimiento del plan de paz propuesto por el presidente ucranio, Petro Poroshenko, con representantes de las regiones rebeldes, que aceptaron secundar el alto el fuego hasta las 10 horas del siguiente viernes 27.

La tregua, dado que los grupos separatistas son muy heterogéneos y carecen de un comando único, se violó desde ayer no menos de 30 veces, pero lo que realmente importa es que Rusia, al menos por ahora, retira su apoyo a una eventual independencia de Donietsk y Lugansk, cuya resistencia armada está condenada a capitular sin la intervención directa del ejército ruso.

El Kremlin reposiciona a sus hombres

A reserva de contener a los adeptos del separatismo, el Kremlin comenzó a mover los hilos para posicionar a sus hombres, como contrapartes válidas, en unas cada vez más necesarias negociaciones con el gobierno de Poroshenko.

No es casual que en los contactos preliminares, celebrados ayer en la ciudad de Donietsk, haya sido decisiva la participación de Viktor Medvedchuk, líder de la organización social Opción Ucrania, y compadre del presidente Putin, quien es padrino de bautizo de su hija.

Según trascendió, Medvedchuk, ferviente promotor de la integración con Rusia, asistió después de haber conversado la noche anterior con Rinat Ajmetov, magnate que controla buena parte de la economía de Donietsk y quien –afirma la prensa rusa– financia a varios grupos de rebeldes como parte de su contraposición con la élite que empezó a gobernar en Kiev.

Y tampoco es fortuito que el dirigente rebelde que anunció el alto el fuego haya sido Aleksandr Borodai, politólogo nacido en Moscú que, tras adquirir notoriedad aquí como operador del Kremlin en Crimea y, de acuerdo con sus propias declaraciones, en varios focos de tensión, hace poco apareció en Ucrania y se ostenta, desde mediados de mayo anterior, como primer ministro de la llamada República Popular de Donietsk.

A falta de un planteamiento común para todos los grupos de Donietsk y Lugansk enfrentados con Kiev, tanto Medvedchuk como Borodai respaldan la iniciativa de otro participante en la reunión de ayer: Oleg Tsariov, ex candidato presidencial y líder del movimiento político Sur-Este.

Tsariov propone que el gobierno de Poroshenko, tras retirar el ejército, firme una suerte de acta constitucional que establezca tres posibilidades para las regiones del sureste ucranio, a negociar: federación, confederación o amplia autonomía dentro de Ucrania.

Poroshenko sólo ofrece la última variante, pero a cambio ninguna de las defendidas en la iniciativa de Tsariov demanda la independencia y puede ser una buena base para comenzar a negociar, si no lo frustran los impulsores del separatismo como Igor Guirkin, Pavel Guvariev, Denis Pushilin y otros que, hasta ahora, mantienen su juramento de morir combatiendo.

Esta misma noche, las milicias bajo el mando de Guirkin reportaron el derribo de un helicóptero Mi-8 con un lanzacohetes cuando despegaba cerca de Slaviansk. A bordo iban 9 militares ucranios y, aparentemente, todos murieron. Poroshenko ordenó abrir fuego ante cualquier ataque, por lo cual la tregua pende de un hilo.

Desde Viena, donde realiza una visita para impulsar la construcción del gasoducto Flujo del Sur, alternativo a los que cruzan el territorio ucranio, Putin exhortó a las partes a prolongar el alto el fuego y opinó que el gobierno ucranio no debe exigir, como condición para empezar a negociar, que las milicias de Donietsk y Lugansk depongan las armas, dado que es muy grande la desconfianza recíproca.

Para un arreglo político, es indispensable que las autoridades de Kiev y las regiones del este inicien negociaciones acerca del futuro régimen estatal de la propia Ucrania, con garantías de que se respetarán los derechos legítimos y los intereses de las personas que viven en el sureste de ese país, apuntó Putin.