Cultura
Ver día anteriorSábado 28 de junio de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La escritora representa al estado de Campeche en ese cuerpo colegiado

Silvia Molina se incorpora a la Academia Mexicana de la Lengua

Dedica su discurso a la narradora y dramaturga Luisa Josefina Hernández, mujer de grandes pasiones aislada del ambiente literario, definió

 
Periódico La Jornada
Sábado 28 de junio de 2014, p. a10

La Academia Mexicana de la Lengua (AML) dio la bienvenida a la escritora Silvia Molina como correspondiente por el estado de Campeche, el jueves, en sesión solemne realizada en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo.

En el acto, leyó su discurso Campeche en los grandes muertos de Luisa Josefina Hernández, dedicado a la narradora, dramaturga y ensayista nacida en 1928 y de quien es coterránea. En el texto, la definió como mujer de grandes pasiones aislada del ambiente literario y quizá la más llamativa autora del siglo XX, porque dedicó su vida de la escritura sin más recompensa que saber que escribía por enamoramiento literario, no por publicar.

Insignias y diploma

Silvia Molina (DF, 1946), con un atuendo típico de Campeche, estuvo acompañada en la mesa por los escritores Gonzalo Celorio, Jaime Labastida, Felipe Garrido y Vicente Quirarte, quien respondió al discurso de ingreso.

La ex agregada cultural en la embajada de México en Bélgica describió con detalle los principales elementos que se hallan en la vasta obra de Hernández y el vínculo que la arraiga en Campeche, para lo que recuperó diversas entrevistas y las reflexiones de especialistas; asimismo, ofreció detalles de la vida de la autora de Apocalipsis cum figuris.

“Lo que Luisa Josefina Hernández hizo siempre, queda claro, es literatura y por lo mismo transformó la realidad. Los campechanos sabemos que Aguardiente de caña, Los frutos caídos y Botica modelo tienen su punto de partida en los personajes conocidos de la sociedad campechana”.

Foto
Silvia Molina, en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, durante la ceremonia de ingreso a la Academia Mexicana de la LenguaFoto Roberto García Ortiz

Y remató: Como campechana, me siento agradecida con Luisa Josefina Hernández por haber atrapado en sus páginas mi historia, las de mis antepasados, la de mi ciudad, San Francisco de Campeche.

Enseguida, el poeta Jaime Labastida impuso las insignias que la acreditan como integrante de la AML. Luego, Gonzalo Celorio dio lectura al diploma que recibió Silvia Molina, en el que se dice que el nombramiento se da en virtud de sus conocimientos lingüísticos y méritos literarios.

Doble acierto

Durante la alocución de bienvenida, Vicente Quirarte refirió, además de otras obras, la primera novela de Silvia Molina, La mañana debe seguir gris (1977), con la que obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia.

Resulta tan vigente como entonces. Ejemplar en ella es la manera sobria y honesta en que la narradora se acerca a la anécdota en que la sustenta: el enamoramiento por José Carlos Becerra, el retrato intelectual y humano que de él se traza, las dudas de una muchacha y de toda una generación que veía en el amor la única manera de subvertir el mundo.

Luisa Josefina Hernández –agregó Quiarte– si no está en esta Academia es por error o nuestra omisión. Por fortuna, Silvia Molina la trae hasta nosotros para recordarnos desde las primeras líneas que al igual que ella misma, se aleja de los reflectores y el triunfo efímero (...) Doble acierto ha sido el dedicar su discurso de ingreso a una mujer y escritora admirable y a un aspecto específico de su obra, la presencia de Campeche.